Desde el sexenio del presidente Felipe Calderón, el uso indiscriminado de los testigos colaboradores terminó por convertirse en una moneda de dos filos, donde personajes del mundo criminal incriminaban a diestra y siniestra según su conveniencia. “Paco”, “Tauro”, “Conde”, “Karen”, “Pitufo”, “Tadeo”, “el Grande”, e incluso algunos tan impresentables como “Jennifer” Gildardo López Astudillo, todos ellos fueron piezas clave en las narrativas de las investigaciones que parecían completar de manera precisa las intenciones de los fiscales en turno, algunos para bien, otros para no tanto.
Este es el caso de "El Mayo" Zambada, cuyos dichos, como hemos advertido, resultarán poco precisos ahora que probablemente pasará el resto de sus días entre tribunales y acusaciones a lo largo y ancho de toda la geografía americana. Sin embargo, aún lo más importante es: ¿Qué dirá? ¿A quién incriminará? Y es que aún no había pasado un día desde que el capo sinaloense, a través de una carta, señaló que fue engañado y sustraído de una reunión a la que supuestamente había sido convocado para mediar en una disputa entre el gobernador de Sinaloa, Rubén Rocha Moya, y el exrector y diputado Héctor Melesio Cuen. Zambada argumenta que no hubo negociación con los estadounidenses y que estos hechos se suscitaron por una traición del “Güero” Guzmán.
Resulta interesante y perspicaz que dicha declaración, emitida a través de una carta por medio del abogado Frank Pérez, surgiera solo 24 horas después de que el embajador de los Estados Unidos, Ken Salazar, advirtiera que Zambada presentaba “rasgos de haber sido llevado contra su voluntad”, y que “donde un narco entregó a otro”. Además, que “No hubo recursos de los Estados Unidos en esta operación; no fue un avión de EE. UU., no fue un piloto de EE. UU., no fueron nuestros agentes ni nuestra agente en México”, sentenció en conferencia de prensa.
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¿Cuáles son los hechos? Que Héctor Melesio Cuen perdió la vida siendo ejecutado el día de la captura de "El Mayo", y que sus dichos, por lo menos respecto a este evento, no coinciden con lo relatado en la carta, donde se afirma que el exrector había sido ultimado en el lugar de la reunión.
Otro hecho es que el Gobernador Rocha Moya, salpicado por lo que podría ser una infamia, se haya convertido en la cara de la narrativa que busca, falsamente o no, pintar a la cuarta transformación con el tufo del narco. Rocha ha dado algunos elementos: el día de la reunión, él y su familia estaban fuera del estado en un avión propiedad de Jesús Vizcarra Calderón; que el hecho de ser de Badiraguato no lo convierte en narco; que él es una persona respetable. Hasta este momento, ha sido respaldado públicamente por el presidente López Obrador y por la próxima presidenta, Claudia Sheinbaum. Lo último es política; la verdad, al tiempo.
La bomba informativa de Zambada se presta a un momento ávido del ambiente público que espera con desesperación que salga a la luz cualquier conexión con el sinaloense, ya sea política, empresarial, del medio del espectáculo, del gobierno, no importa el momento, o la parte del mundo donde haya sucedido, en el transcurso de cerca de cincuenta años de vida criminal, el morbo por lo que diga el Capi di tutti capi alimentará con cualquier testimonio el ideario deseado por muchos de narco estado.
La única realidad es que todo lo que se diga hoy es una moneda de cambio con sus captores, todo tiene un interés jurídico, legal, tiene una estrategia, una negociación y un tiempo determinado, pero sobre todo, un beneficio. Esto no significa que sus dichos sean mentira, pero sí que por lo menos la verdad se dosificará.
Por lo que respecta a nuestro país, resulta importante que la Fiscalía General de la República sepa todo lo que pueda, para la actual administración resulta correcto y positivo que haya iniciado carpetas de investigación, primero por el homicidio de Héctor Melesio Cuen, por los supuestos lugares desde donde pudo haber partido la nave que llevó a Zambada y Guzmán, por el paradero de los policías de la fiscalía estatal desaparecidos a los que aluden ser parte de la escolta del cartel Sinaloense, por el uso ilícito de instalaciones aéreas, por la violación a la legislación migratoria y aduanera, por el secuestro, la traición a la patria, por la matrícula del avión, por el verdadero piloto, y lo que resulte. Pero la verdad que oculta el arribo de Zambada a los Estados Unidos parece muy lejana, al menos por el momento.
La otra cara de la moneda: Alito “Madurito” Moreno y la hidalguense Carolina Viggiano lograron conjurar su reelección. Colocaron a Manuel Añorve, el “incondicional” de Manlio Fabio Beltrones a quien el sonorense lo hizo, diputado, senador, candidato a la gubernatura de Guerrero, hoy como coordinador de la bancada priista en el Senado dejando de lado a Viggiano y traicionando a Beltrones, mientras que a este último lo defenestraron de manera ilegal, expulsándolo de la bancada. Al final, le hacen un favor por no ser parte de ese fracaso.
En unas horas, o días, las negociaciones en Medio Oriente arrecian. Todos miran a Irán, a Hezbollah, a los hutíes y a Israel. Vladimir Putin, por su parte, también se prepara para responder a Ucrania luego de la incursión de su ejército con ataques en Kursk. “Una respuesta de altura”, advirtió.
Cabe una duda de aclarar en el episodio de la captura/entrega de "El Mayo” si no existía ninguna coordinación y participación de parte de las autoridades americanas ¿Por qué un helicóptero Apache escoltaba la nave donde arribaron los capos sinaloenses?