En días pasados, generó cierto revuelo la propuesta del ejecutivo de “recuperar” o tomar los recursos de las 259,945 cuentas de las Afores que no han sido reclamadas para llevarlo a un fondo de pensiones denominado del Bienestar y que la oposición y medios afines de comunicación, no tardaron en hacer un festín propagandístico y de desinformación electoral.
Resulta chocante para los opositores y detractores del gobierno, que se tenga que estar recurriendo constantemente a hechos del pasado para evidenciar la hipocresía o ignorancia de quienes, durante dos semanas, estuvieron desgarrándose las vestiduras con este tema que aderezaron con calumnias, falsedades, denostaciones y señalamientos que no tienen en esencia más que el desprecio y odio por quien hoy gobierna este país.
Algunos medios escritos, televisivos y hablados, hicieron eco de la desinformación y buscaron en ello, golpear y restarle votos a la candidata oficial que, les guste o no, mantiene una importante ventaja en la intención del voto.
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Pero de vuelta a las pensiones y gestión de las afores, vale decir que no es la primera vez que se tocan las pensiones buscando de una u otra manera, obtener “mejores resultados” de la gestión de dichos recursos. Como lo dijo el presidente, la primera vez fue con la iniciativa de Ernesto Zedillo que restaba con ello, en 25% el monto con que serían pensionados los trabajadores a partir de 1997. Es decir, sólo podrían pensionarse con el 75% del sueldo al momento de jubilarse. De hecho, la propuesta de crear el Fondo del Bienestar, tiene como finalidad, revertir los efectos del plan de pensiones del gobierno zedillista.
Pero la cosa no para ahí, años después, los tecnócratas e ingenieros financieros, haciendo honor al evangelio neoliberal, se plantearon la posibilidad de utilizar los fondos de pensiones como instrumentos de inversión para capitalizar empresas privadas y proyectos de infraestructura inmobiliaria también privada.
Así, en 2009 el congreso entonces controlado por los neoliberales hoy oposición, reformaron la Ley del Ahorro para el Retiro con la finalidad de que los recursos acumulados en las cuentas, se utilizaran para financiar proyectos y empresas de carácter privado con el argumento de que utilizar dichos recursos, devengaría un rendimiento mayor a diferencia de permanecer en calidad de cuentas de ahorro.
La propuesta fue crear los denominados certificados de capital de desarrollo mejor conocidos como CKDs, que serían gestionados por los llamados fondos de capital privado (private equity) que agrupa la Asociación Mexicana de Fondos de Capital Privado (AMEXCAP), gremio en el que operan gestores nacionales y extranjeros. Estos operarían a través de fideicomisos quienes colocarían los certificados en la Bolsa Mexicana de Valores para su bursatilización.
En menos de un año, los fondos de capital privado se hicieron con poco más de 20 mil millones de pesos que, si trasladamos ese monto a valor presente, es decir le aplicamos la inflación, estaríamos hablando de más de 39 mil millones de pesos, por supuesto, esa cifra corresponde sólo al arranque.
Hoy, el monto que los fondos de capital privado manejan provenientes de las Afores, es de cerca de 900 mil millones de pesos, pues las opciones de certificados, se extendieron para crear los llamados Certificados Fiduciarios de Proyectos de Inversión (CERPIs) y los Fideicomisos de Inversión en Bienes Raíces(FIBRAS) que, junto con los CKDs, “administran” dichos recursos que son invertidos principalmente en acciones, construcción de parques industriales, centros comerciales y vivienda de interés medio y residencial.
Es de verdad chocante regresar al pasado para evidenciar dichas operaciones que hoy muchos de los indignados que vociferan que el gobierno está tomado las pensiones para robárselas, fueron quienes aplaudieron, apoyaron y promovieron el uso de las pensiones para enriquecer a los gestores y empresarios que hoy pomposamente cotizan en la bolsa de valores bajo estas etiquetas.
Por supuesto que la oposición comandada por el aquel entonces progresista PRD, se opuso a dichas medidas impulsadas y promovidas desde el gobierno de Felipe Calderón, sin conseguir más que ser tachados de retrogradas populistas.
Pero el asunto no termina ahí, la promesa era que los recursos utilizados por fondos como Wamex, Carlyle (EMX), Artha Capital, México Retail Properties, Nexxus Capital, Umbral Capital y Jones Lang LaSalle, entre otros y algunos de ellos ya desaparecidos, era que el desarrollo de oficinas corporativas, parques industriales, centros comerciales y plantas industriales, devengarían un interés a los fondos para el retiro que ayudaría a que las pensiones fueran más robustas.
Eso no sucedió y difícilmente sucederá, pues el rendimiento que dichos instrumentos han reportado por el manejo de las pensiones desde 2009 a la fecha es de 1% promedio anual, el mejor rendimiento reportado en un año por los gestores de capital privado fue en 2011 con un 7%. En la actualidad, operan en el mercado de valores 128 CKDs, 141 CERPIs y 17 FIBRAS.
Pero vayamos un poco más, la estrategia desde la AMEXCAP, era aprovechar los fondos de las Afores y otros recursos para decían, potenciar el sector energético y desarrollar su infraestructura, sector que en ese momento se encontraba en uno de sus momentos más álgidos para su apertura.
Por aquel entonces, dichos gestores de fondos, ya hablaban de la transición energética sustentable, misión que era promovida e impulsada por Claudio X González. Por supuesto que no hace falta decir que, con la llegada de la 4T, los fondos de capital privado, dejaron de utilizar las pensiones de los trabajadores en el sector energético para invertir en otros sectores más lucrativos.
Mentir, confundir y propalar falsedades por todos los medios disponibles, tiene la finalidad de manipular el imaginario colectivo, por ello, es aberrantemente y chocantemente áspero recurrir al pasado para evidenciar la hipocresía y el descaro de algunos a la hora de hablar del manoseo de las pensiones para el retiro.