ELECCIONES

Votos de segunda, ciudadanos de tercera

La lógica de la derecha es que el pobre es pobre porque quiere. | Ismael Jiménez

Escrito en OPINIÓN el

Es irónico escuchar que uno de los estribillos de batalla de la oposición es el de “defender la democracia”. Como reclamo social ese principio tiene sentido, pero en voz de la derecha, cobra otra connotación, sobre todo cuando observamos recurrentemente, como utilizan la denostación y denigración como su mantra principal para descalificar a sus contrarios.

Uno de los principios de la democracia es la inclusión y el respeto a la diversidad de credo y de pensamiento, o eso es al menos lo que algunos entendemos como parte del proceso democrático.

De hecho, la lucha por la democrática, basa y sustenta sus movimientos precisamente en el reconocimiento de esos derechos para todos sin importar condición social, económica ni religiosa.

De esa manera, se sobreentiende que todos los ciudadanos, estamos en condición de ejercer dicho derecho y que nuestra participación es paritaria, independientemente de la zona en que radiquemos o la condición social a la que pertenezcamos.

Esto viene a razón porque junto con la campaña de miedo que ha implementado la oposición al gobierno de la 4T, también tienen como cometido, denostar, denigrar y menospreciar a quienes por diversas y extensas razones, mantienen una postura distinta a sus ideas como preferencia político electoral.

Quienes se manifiestan a favor de la candidata de la oposición y desde dentro de su plataforma y estructura de campaña, promueven una campaña de desprecio y denigración por quienes manifiestan su preferencia electoral a favor del actual gobierno.

El epíteto de “chairo” es lo de menos, su animadversión y desprecio por los afines al gobierno actual los lleva a señalar a la “masa” como retrasada, miserable ignorante y despreciable, por eso consideran que ejercer el voto es un acto supremo para quienes cuentan con la “luz del entendimiento”, es decir, es un “derecho” solo de ellos, ganado en el templo del conocimiento a través de la “educación” en las mejores escuelas de México y del extranjero a cuyos recintos no tiente, ni tendrán acceso quienes son considerados la plebe.  

A Vicente Fox le ganó ese ánimo, por ello invito a la gente a no leer ni informarse y aunque parezca increíble, aún hay gentes que preguntan a sus empleados, para qué necesitan más dinero, si con lo que ganan deberían de ser felices. Ernesto Cordero como secretario de hacienda, refirió en 2011 que, con 6 mil pesos mensuales, podía vivir una familia en México.

Pero para otros, lo mejor es que no existieran los pobres, esos subhumanos nacidos de la nada son además de una carga, un peligro para la familias decentes y clase media trabajadora que, con su esfuerzo, han forjado el “desarrollo” de esta nación. En 2019 Gabriel Quadri refirió que México sería una potencia si no tuviera que cargar con los estados pobres del sur.

Aquí en la ciudad de México, entre los círculos cerrados de los privilegiados con empleo y educación, palpita el deseo de desaparecer y de ser posible que no volvieran a existir, las alcaldías marginadas de Iztapalapa, Iztacalco, Tláhuac, Xochimilco y Gustavo A madero entre otras. Por eso en las elecciones intermedias de 2021 la oposición se alegro tanto de cómo el voto dividió entre “jodidos e ilustrados” a los habitantes del Poniente y el Oriente de esta ciudad.

Entre la derecha todavía se preguntan cómo es posible que el voto de una gente de “bien” de Polanco o de las Lomas, valga lo mismo que el de un “ignorante” de Tulyehualco o de la Ramos Millán. Y así nos podemos ir estado por estado, municipio por municipio y colonia por colonia a lo largo y ancho del país.

La lógica de la derecha es que el pobre es pobre porque quiere, no trabaja porque lo consideran holgazán, no progresa porque es ignorante y presume que su privilegio sobre de esos pensamientos, está en su esfuerzo que es mayor que el del pobre. Es pocas palabras, es un “Nini” que tiene bien ganado el mote porque sólo estira la mano.

El tema es que muchos que piensan así son los mismo que encontramos promoviendo a una fundación, recibiendo galardones por su trabajo en la fundación de la empresa para la que trabajan o pidiendo recursos al gobierno para implementar los programas sociales de su fundación.

El pobre no espera nada del rico, y del gobierno y sus instituciones, espera condiciones parejas para desarrollarse y progresar, pero como en todo y en todas partes, entre ricos y pobres, se encuentran truhanes, corruptos, atenidos y mantenidos, pero también gente valiosa, humanista y trabajadora, de eso se trata la democracia, de reconocer a todos y cada uno de los individuos de la sociedad como iguales y no unos de primera y otros de segunda.

 

Ismael Jiménez

@ijm14