Según Walter Benjamin el Ángel de la Historia –que creyó identificar en una pintura de Paul Klee– daba la espalda al futuro mirando al pasado. Y donde Benjamin veía la apariencia de una cadena de acontecimientos del pasado, el Ángel veía una única catástrofe, que sin cesar acumulaba bajo sus pies montañas de escombros. Usando esa figura para mirar por la ranura de este año 2024 que declina, nos asomamos al horizonte de un convulso 2025. Cuando menos en lo que podríamos identificar como cuatro toques de ese Ángel se pueden avistar desde ahora, indicios que llaman a mantenerse despiertos o, bien, a despertar de una vez por todas del sueño de la abundancia y el bienestar material progresivo, garlito de la humanidad desde hace más de doscientos años.
Primer toque del Ángel
Hace tres días, el coloso de hielo llamado A23, con una superficie del doble del Gran Londres o cinco veces el tamaño de la Gran Manzana. Es decir, aproximadamente 1.57 km y un volumen de 3.6 km², con treinta años de estar encallado en el fondo marino, se desprendió y ahora flota en las corrientes del Atlántico Sur. Este fenómeno se agrega a las previsiones del Informe Protecting a Changing Southern Ocean, de la Coalición Antártida y del Océano Austral (ASOC por us siglas en inglés), que con evidencia científica ha alertado sobre las “anomalías sin precedentes” en la Antártida, por la presencia de temperaturas récord, olas de calor marinas más frecuentes y un deshielo acelerado. Sobre el deshielo de los polos hay evidencia de que se disuelven en ritmos y temporalidades distintas, como efecto de su posición geográfica, temperatura y campo magnético de cada uno, de modo que tienen peculiaridades distintas. En términos muy simples, el Polo Sur es un continente totalmente copado por el hielo, tiene temperaturas más bajas y dimensiones más vastas de hielo, casi completamente deshabitadas, rodeadas de una inmensa isla de puro glaciar. El Polo Norte está habitado, rodeado de continentes de tierra, contiene masa de tierra por debajo por lo que mantiene temperaturas menos bajas. Pero se derrite cien veces más rápido del Polo Sur. Así se estima que el primer día sin hielo en el Polo Norte será en junio de 2027.
Segundo toque del Ángel
La humanidad ha iniciado un proceso de movilidad masiva que no se presentaba con dimensiones y efectos tan dramáticos desde el siglo II al IV (NE). En aquel momento, movimientos desde África, Asia y las actuales regiones nórdicas hacia Europa central, oriental y del sur, transformaron de tajo la composición demográfica de las actuales naciones de España, Francia, Italia, Alemania, Rusia, Ucrania y los Balcanes.
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En el siglo XXI la movilidad masiva de la población estará transformando también el perfil demográfico de los países del norte. En 2020 se contaron aproximadamente 281 millones de migrantes internacionales, cifra equivalente al 3.6% de la población mundial, pero más del triple de las personas que en 1970 vivían en un lugar distinto de su país natal. En este año que concluye de los 135 millones que migraron, 41 millones, es decir el 30% son latinoamericanos. El paso por México de estos migrantes en 2023, contabilizó 11 de los 41 millones.
Para 2070 las previsiones del Centro Común de Investigación de la Unión Europea (JRC por sus siglas en inglés) estiman conservadoramente que cerca de 1,234 millones de personas afectadas por el cambio climático más de 200 millones de personas podrían estar migrando. El mundo entero cambiará de color: la región con más desplazados climáticos internos sería el África subsahariana (Shegel), con 86 millones de personas en movimiento y el norte de África, con 19 millones. El este de Asia y el Pacífico, con 49 millones; mientras que desde el sur de Asia, 40 millones. América Latina, con 20 millones; y de Europa del Este y Asia Central cinco millones.
Los movimientos antimigración en los países del Norte van a ralentizar el proceso de migración del Sur al Norte pero no a detenerlo. La marea humana seguirá fluyendo hacia allá y las sociedades del norte decreciendo en su población joven. México tendrá también una nueva composición etnodemográfica ya que al menos tres de cada diez migrantes podrían quedarse aquí.
Tercer toque del Ángel
Entramos de lleno desde 2022 a una realineación acelerada en la arena geopolítica en vías a la configuración de un mundo multipolar, que desplazaría el poder cuasi omnímodo de Estados Unidos a partir de la caída de la URSS. En este marco se encuentran por un lado Estados Unidos con Europa y los países nórdicos, protagonistas de la OTAN; por la otra, potencias emergentes como China, Rusia, Brasil, Sudáfrica o la India. Y otro grupo emergente como Japón, Turquía, Australia y las dos Coreas que también proyectan su influencia regional, contribuyendo en los escenarios regionales y globales.
La guerra en Ucrania, donde occidente in toto, se enfrenta a la emergente Rusia, impulsa la reconfiguración de Europa Central y el acotamiento de Rusia. El conflicto israelí inicialmente contra Hamás se ha centrado en el desplazamiento o exterminio de los palestinos de Gaza y Cisjordania, mientras se asientan en estos territorios colonos israelíes y se extienden los ataques a los aliados palestinos (Líbano, Yemen, Siria, Irán) con vistas a una guerra regional.
Esta guerra donde el gobierno de Netanyahu ha usado intensivamente las capacidades extraordinarias de sus servicios de inteligencia, pero también inteligencia artificial, está modificando las reglas de la guerra. Con el uso del programa Lavender, que cruza miles de datos en las ofensivas contra Gaza, se generan miles de objetivos de acuerdo con un algoritmo con efectos brutales contra la población, porque suelen atacar a individuos cuando están en sus hogares o, tomar como blancos escuelas y hospitales, con la supuesta presencia de un miembro de Hamás o de un alijo de armas. (Ver) Así, han muerto en Gaza más mujeres y niños en un año que en cualquier otro conflicto en los últimos 20 años, según datos de Oxfam, con el uso de las campañas más destructivas del siglo XXI y exportando estas estrategias al Líbano y a Yemen.
Con todos estos recursos el gobierno de Israel está reconfigurando las reglas de la guerra, básicamente con la intención de que no haya reglas en las nuevas guerras y redibujando el equilibrio de fuerzas regional, incluyendo la redefinición del mapa de sus fronteras y el diseño mismo del orden de gobernabilidad internacional y sus instituciones, reavivando la división entre los países Occidente y el resto del mundo a la era de la descolonización.
Cuarto toque del Ángel
La omisión, el silencio o disimulo de los gobiernos de Occidente ante la violencia genocida del gobierno israelí han afectado directamente al orden internacional y a las instituciones que aplican y/vigilan las reglas y leyes de éste. Los reiterados llamados al orden y la moderación de parte de la comunidad internacional han sido continuamente desoídos. Mientras las órdenes de detención de la Corte Penal Internacional en contra el primer ministro israelí y el exministro de Defensa, Yoav Gallant (21 nov), representan un hito en la historia de la diplomacia (NYT) por considerarse la primera vez que dirigentes de una democracia occidental moderna han sido acusados por un organismo judicial mundial de crímenes de guerra y contra la humanidad. Los gobiernos del resto de las democracias de Occidente, con la excepción de España, Holanda, Irlanda, Suecia y Dinamarca que se han mostrado proclives a la sanción, han hecho mutis. Pero Hungría, Italia, Francia y Alemania no se han comprometido a cumplir estas órdenes. De modo que el resto del mundo ha interpretado esta respuesta, como una señal de que las instituciones internacionales ya no son necesariamente herramientas de la gobernabilidad de Occidente.
El resquebrajamiento del orden internacional también se hizo evidente en el fracaso de la COP16 recientemente celebrada en Cali, que tras 12 días de negociaciones cerró sin acuerdo claro para seguir la hoja de ruta para salvar al planeta, ni voluntad política para que los países ricos aumentaran en 200 mil millones de dólares anuales. A contrapelo han financiado la guerra en Ucrania los últimos dos años con más de 170 mil millones. Lo que significa que para casi todos los efectos, el sistema de gobernabilidad internacional creado a partir de 1945, está prácticamente quebrado.
Pero la quiebra de este sistema no viene sola, el resquebrajamiento de las democracias y la falta de credibilidad en los dirigentes y partidos políticos del otrora mundo democrático es cada día mas extendida. El Índice Global de Estado de Derecho 2024 del World Justice Project (WJP) apunta que: entre 2016 y 2024, en 81% de los países las personas han perdido la protección de sus derechos fundamentales, junto al debilitamiento de los controles y contrapesos gubernamentales, la debida supervisión por parte de las legislaturas, los tribunales, la sociedad civil y los medios de comunicación en 71% de ellos. Las pulsiones autoritarias se asoman por todas partes. Por mucho tiempo se ha dicho que sin partidos la democracia no funciona, y hoy por hoy los partidos políticos están desacreditados en todo el mundo, atravesados por corrupción, nepotismo, patrimonialismo y complicidades. Las juventudes buscan y crean otras opciones, desilusionada con la política general y en clara desventaja frente a los adultos en las leyes y medidas parlamentarias. Los parámetros en los que se inscribían las instituciones de la democracia representativa han cambiado sustancialmente; el liberalismo ya no alcanza para diseñar soluciones cooperativas e integrantes socialmente hablando. La desigualdad se ha diversificado y complejizado de modo que las fórmulas de salida desde un igualitarismo abstracto están desahuciadas. Y los métodos liberales para que la ciudadanía incida en las decisiones políticas, vaciados de sentido.
En este momento cabe apreciar mejor el potencial de los ensayos de organización social que buscan la reconstrucción de vínculos y sentidos colectivos de pertenencia. Tanto en economía como en la solución de problemas sociales. Vendrán más aires de éstos después de la caída de la historia a los pies del Ángel. ¡Salud!