Decía Alexander Hamilton que "un gobierno efectivo es aquel que busca el bienestar de sus ciudadanos, no la gloria personal”.
Durante su primer discurso, posterior a tomar protesta como presidenta, la doctora Claudia Sheinbaum pidió evaluar al gobierno saliente “con la cabeza fría”, y es que sin duda, en uno de los momentos de más polarización de nuestro país, es necesario que el Gobierno y la oposición acepten los aciertos, pero también los errores, para retomar lo que se hizo bien, así como con autocrítica, corregir los errores de las asignaturas pendientes en las que el gobierno del presidente López Obrador no obtuvo resultados.
La presidenta Claudia Sheinbaum llega con las expectativas de todas las mujeres, no solo por ser la primera mujer en encabezar el Poder Ejecutivo en más de 200 años de República, sino también por la esperanza que millones de mexicanas y mexicanos depositamos en el cambio de rumbo de este nuevo gobierno.
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Por ello es importante conocer las cifras que acuerdo a la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), son la mayor preocupación de los mexicanos: la seguridad en primer lugar (69.8%), seguido del desempleo (43.6%), la inflación (42.9%) y la corrupción (41.6%).
En cuanto a seguridad, la presidenta recibe un país en crisis por violencia, sometido por el crimen, con más de 200 mil familias a las que les arrebataron a un ser querido durante los últimos seis años en el que es oficialmente, el sexenio es el más violento de la historia, el del presidente López Obrador.
El sistema de salud y el desabasto de medicamentos son quizá el área más problemática que hereda el gobierno de la presidenta Claudia Sheinbaum. En el sexenio pasado 30 millones de personas perdieron el acceso a la salud, dejaron de brindarse más de 2.5 millones de consultas médicas públicas y 7 millones 503 mil recetas no se surtieron debido al desabasto de medicamentos. A pesar de ello, la Presidenta aseguró que la salud será uno de sus principales compromisos y con la apertura de las Farmacias del Bienestar y la reconstrucción de hospitales, buscará concretar la promesa de su antecesor de lograr un “sistema de salud como el de Dinamarca”.
Finalmente, el endeudamiento de nuestro país es uno de los elefantes en la habitación al que más pronto que tarde habrá de hacérsele frente por el bien de las finanzas públicas, la propia economía de los mexicanos, y la continuidad de la política social.
Estamos a punto de que la deuda de nuestro país rebase el techo del 50% del PIB, después de uno de los mayores periodos de endeudamiento de los últimos 30 años: más de 6 billones de pesos. A la par, la economía no avanza de la misma manera, ya que apenas creció 1% en 6 años.
Afortunadamente, también hay aciertos que reconocer: la tasa de desocupación disminuyó 1.4%, hoy hay menos desempleados; 5.1 millones de personas salieron de la pobreza gracias a las transferencias directas que representaron los programas sociales; y la inflación en niveles generales se mantuvo estable, cerrando en 4.6% frente al 4.8% de 2018 y el salario mínimo general cierra con un aumento del 182%.
Frente a los retos que asume la presidenta de la República, en la oposición hacemos eco a sus palabras, para evaluar con “la cabeza fría” qué caminos habrán de continuarse, cuáles mejorarse y aceptar los que por sus malos resultados han de abandonarse. Reconocemos que esta nueva administración habrá de ser examinada por las decisiones que se tomen a partir del primero de octubre, y no por la administración que le precede.
Estamos conscientes de los retos que enfrenta México, de los caminos que debemos andar quienes estamos dispuestos a sumar por nuestro país, así como la vigilancia con la que debemos hacer énfasis sobre cada una de las promesas que la presidenta hizo de gobernar con respeto a los valores democráticos, la República y la división de poderes.
Cerramos el capítulo del gobierno del presidente López Obrador y comenzamos el de la presidenta Claudia Sheinbaum. Por el bien de México ¡mucho éxito!