Líderes de pandillas como Barrio 18 y MS-13 de El Salvador revelaron detalles sobre supuestos pactos secretos con el gobierno de Nayib Bukele, en entrevista con el medio digital El Faro.
Sus declaraciones se suman a investigaciones hechas por medios de comunicación en base a documentos de inteligencia penitenciaria, investigaciones fiscales, fotos, audios y acusaciones del Departamento de Estado de Estados Unidos.
Según los testimonios de los líderes pandilleros, los acercamientos con el círculo de Nayib Bukele comenzaron en 2014, cuando Bukele se lanzó como candidato a alcalde de San Salvador, cargo que fue de suma importancia para impulsar su carrera política.
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Los pandilleros afirman haber ayudado a Bukele a tomar el poder el 1 de junio de 2019, ayudando, entre otras formas, amenazando a los militantes de la oposición en sus colonias y obligando a sus familias y vecinos a votar por él. Gracias a ello, afirman, Bukele ganó las elecciones presidenciales del 3 de febrero del mismo año.
El enlace principal entre Bukele y las pandillas ha sido, según diversas investigaciones periodísticas y el testimonio de los pandilleros, Carlos Marroquín, conocido como "Slip", un artista urbano que ha acompañado a Bukele en su carrera política.
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Los pandilleros aseguran que Marroquín actuaba en nombre de Bukele y, como parte de las negociaciones, les alertaba sobre operativos policiales dirigidos a sus colonias. También llevaba obras a las comunidades para congraciarse con ellos.
Los pactos entre los pandilleros y Bukele se mantuvieron hasta que este llegó al poder. Afirman haber recibido favores del círculo del presidente, lo que concuerda con las sanciones impuestas por Estados Unidos a funcionarios salvadoreños.
Entre los funcionarios salvadoreños sancionados por EU están: Carlos Marroquín y Osiris Luna, director de los Centros Penales de El Salvador, a quienes EU acusa de negociar con las pandillas una reducción de homicidios a cambio de beneficios carcelarios.
Durante el tiempo que duró el presunto pacto de Bukele con las pandillas, El Salvador presentó una reducción de homicidios sin precedentes.
Los pandilleros que revelaron los pactos con Bukele
El primer pandillero entrevistado por El Faro es Carlos Cartagena López, alias Charli, identificado como líder de la pandilla Revolucionarios de Barrio 18.
Fue capturado el 21 de abril de 2022 durante el régimen de excepción, pero posteriormente liberado en secreto por el gobierno de Bukele.
Se le acusa de un homicidio y 46 extorsiones. El mismo confiesa haber cometido varios asesinatos y otros delitos. Actualmente es prófugo de la justicia.
El segundo pandillero de las maras entrevistado por El Faro pidió mantener oculta su identidad. El también afirma haber sido liberado en secreto por el gobierno de Bukele.
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Otro pandillero liberado por Bukele
Ellos no han sido los únicos pandilleros liberados por el gobierno de Nayib Bukele. Elmer Canales Rivera, alias Crook, es otro de los jefes de la MS-13 que han sido liberados extraoficialmente.
Él fue solicitado en extradición por Estados Unidos y se suponía que debía cumplir una condena de 40 años en El Salvador, sin embargo, fue liberado ilegalmente y trasladado hasta Guatemala con ayuda de un funcionario público.
Posteriormente fue recapturado en noviembre de 2023 en México, luego de que El Faro hiciera pública su liberación ilegal.
El gobierno salvadoreño ha buscado recapturar a los líderes pandilleros que conocen sus acuerdos. Incluso, llegando a ofrecer un millón de dólares al Cartel Jalisco Nueva Generación (CJNG) para recuperar a Crook.
Y esta semana salió a la luz que un hermano del presidente ofreció un descuento del 50% en el alquiler de la megacárcel a la Administración de Trump en EU, a cambio de la devolución de nueve líderes pandilleros que tienen bajo custodia.
La guerra contra las maras y la detención masiva de pandilleros
El 27 de marzo de 2022, Nayib Bukele rompió el acuerdo secreto que su gobierno mantenía con las pandillas. Esta "traición" fue respondida por las pandillas con una masacre de 87 personas en todo el país.
Tras la masacre, Bukele declaró un estado de excepción, suprimió a los otros Poderes del Estado e inició entonces la llamada "guerra contra las maras", la cacería de todos los pandilleros en el país.
Desde entonces, las autoridades han detenido a miles de personas bajo excusas como haber recibido una denuncia anónima, tener tatuajes, ser familiar o vecino de un pandillero, o simplemente ponerse nerviosos ante una revisión policial.
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Se estima que cerca de 85,000 personas han sido encarceladas en condiciones deplorables y sin derecho a un proceso judicial. De este total, cerca de 400 han muerto sin ser juzgados y con signos de tortura.