El Senado de Estados Unidos consiguió, tras 40 días de cierre de gobierno, aprobar en voto de procedimiento avanzar hacia un proyecto de ley que permita desbloquear fondos para reabrir el gobierno federal.
Poco antes de las 23:00 hora local, el Senado consiguió los 60 votos necesarios para avanzar hacia un compromiso que permita pagar a los funcionarios y a las agencias federales, después de que ocho senadores demócratas decidieran romper con la disciplina de su partido para permitir extender el presupuesto hasta el 30 de enero.
Tras seis semanas de tensiones políticas y parálisis administrativa, los demócratas y republicanos del Senado estadounidense alcanzaron este domingo un acuerdo para poner fin al cierre del Gobierno federal, el más largo en la historia del país.
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La votación se realizó poco después de las 19:00 horas, en una jornada excepcional para el Capitolio, donde los legisladores suelen descansar los fines de semana. El resultado arrojó 60 votos a favor y 40 en contra, con lo cual la apertura total del gobierno podría darse el próximo miércoles.
Horas antes, los republicanos habían presentado una nueva propuesta para reabrir las operaciones gubernamentales, luego de múltiples intentos fallidos por destrabar la negociación. La medida recibió finalmente el respaldo necesario después de intensas conversaciones entre los líderes de ambas bancadas.
El viernes, el líder de la minoría demócrata, Chuck Schumer, había tomado la palabra en el Senado para ofrecer una alternativa que contemplaba reanudar el gasto público y posponer por un año los subsidios sanitarios previstos en la ley conocida como Obamacare. “Los republicanos solo necesitan decir que sí”, expresó entonces Schumer, tras catorce votaciones sin éxito. La mayoría republicana, encabezada por John Thune, rechazó en ese momento la propuesta, insistiendo en mantener sus condiciones para levantar el cierre.
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La presión aumentó este fin de semana luego de que la Administración Federal de Aviación (FAA) ordenara la cancelación de cientos de vuelos en los principales aeropuertos del país. La medida buscó hacer frente a la escasez de personal derivada de las bajas y renuncias de los controladores aéreos, quienes no reciben su salario desde el inicio del cierre el 1 de octubre. Este domingo, más de 1,600 vuelos fueron cancelados y miles de pasajeros enfrentaron retrasos generalizados.
El bloqueo presupuestal había dejado sin fondos a decenas de agencias federales, afectando a cerca de 750,000 funcionarios, de los cuales unos 13,000 pertenecen al cuerpo de controladores aéreos. Muchos empleados se vieron obligados a buscar trabajos temporales para cubrir sus gastos básicos, mientras otros solicitaron permisos sin goce de sueldo.
Con el acuerdo alcanzado, se espera que el Gobierno reanude gradualmente sus operaciones en los próximos días, mientras continúan las negociaciones sobre los términos fiscales y las prioridades presupuestales de cada partido. Aunque el consenso representa un respiro para millones de trabajadores y ciudadanos afectados, las tensiones políticas entre demócratas y republicanos se mantienen latentes en la antesala de la próxima discusión presupuestaria.
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