Las familias estadounidenses están cada vez agobiados ante el incremento en las facturas médicas, situación que podría deteriorarse en los próximos meses, de acuerdo con el medio Politico.
De acuerdo con un reporte publicado este jueves, los estadounidenses enfrentan deudas crecientes derivadas de hospitalizaciones, seguros con altos deducibles y procedimientos cuyo costo sigue escalando por encima de la inflación general. La presión financiera afecta tanto a personas aseguradas como a quienes carecen de cobertura.
Politico advierte que, pese a las promesas de alivio, las medidas federales recientes no han logrado contener el aumento de precios, mientras hospitales y proveedores de servicios de salud continúan ajustando tarifas para compensar los incrementos operativos.
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Las organizaciones benéficas que ayudan a las personas a cubrir sus gastos médicos afirman que están observando un aumento alarmante en las solicitudes de ayuda.
Por ejemplo, la ayuda financiera de la Fundación HealthWell, una de las organizaciones benéficas más grandes del país, señala que las solicitudes para apoyar a las familias con los gastos médicos aumentaron en un 23% en comparación con el año pasado, lo mismo reporta la Alianza contra el Cáncer Colorrectal ha experimentado un aumento del 26 % en las solicitudes interanuales, y CancerCare, otra organización benéfica, ha experimentado un aumento del 10 % en las solicitudes.
Michael Heimall, director ejecutivo de HealthWell, prevé que el aumento en las solicitudes de asistencia continúe el próximo año y expresó su preocupación por si los donantes, que también se encuentran bajo presión económica, podrán mantener o aumentar sus pagos.
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Especiaistas en salud señalan que los cambios regulatorios previstos para 2025 y 2026 podrían encarecer aún más los gastos de bolsillo, lo que pone en riesgo a millones de hogares que ya destinan una parte considerable de sus ingresos al pago de servicios médicos.
Inflación en EU
Durante el mes de octubre, la confianza del consumidor en Estados Unidos cayó a su nivel más bajo en cinco meses, ante la persistente preocupación por los altos precios y su impacto en las finanzas personales.
El índice final de confianza descendió de 55.1 en septiembre a 53.6, lo que representó un deterioro respecto a la lectura preliminar. La medición de las condiciones actuales se ubicó en su nivel más bajo desde agosto de 2022.
Las cifras publicadas mostraron que el IPC subió menos de lo previsto. Sin embargo, el gasto de los hogares fue dispar: mientras la inflación de comestibles se desaceleró, los precios de cereales y bebidas sin alcohol repuntaron. Los costos de la gasolina aumentaron, mientras que las primas de seguros de autos disminuyeron.
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