Donald Trump, a sus 79 años, es la persona de mayor edad en ser elegida para la Presidencia de Estados Unidos. Aunque históricamente ha utilizado su resistencia y energía como una fortaleza política, mantener esta imagen se está volviendo más difícil. La realidad de su envejecimiento en el cargo se refleja en cambios notables en su agenda presidencial y en la persistente opacidad en torno a su salud, lo cual genera especulación, de acuerdo con el periódico The New York Times.
Trump respondió y aseguró este miércoles que no ha perdido energía y rechazó el artículo "difamatorio" del que dijo es un "pasquín", refiriéndose al NYT.
El presidente de Estados Unidos, Donald Trump fue diagnosticado en julio con una insuficiencia venosa crónica esto luego de someterse a un examen médico por disfunción en las piernas, informó la Casa Blanca.
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"Se trata de una afección benigna y corriente, y no se ha apreciado una trombosis venosa profunda o enfermedad arterial", dijo Leavitt.
¿Qué es la insuficiencia venosa crónica?
La insuficiencia venosa crónica (IVC) es una condición en la que las válvulas venosas de las piernas no funcionan adecuadamente, lo que impide el retorno eficaz de la sangre al corazón. Esto genera acumulación de sangre, hinchazón, dolor y cambios en la piel, principalmente en extremidades inferiores.
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De acuerdo con la Guía de Práctica Clínica del Sistema Nacional de Salud de México, la enfermedad está asociada con envejecimiento, obesidad, sedentarismo y antecedentes familiares.
¿Cuáles son los síntomas?
- Dolor o pesadez en piernas
- Calambres nocturnos
- Hinchazón o edema en tobillos
- Cambios en la coloración de la piel
- Aparición de várices
Disminución de la energía y cambios de horario
El análisis de la agenda del presidente, realizado por The New York Times, revela un patrón de actividades públicas menos frecuentes y más tardías en comparación con su primer año en el cargo en 2017.
- Horarios más tardíos: en su segundo mandato, el primer evento oficial programado de Trump comienza en promedio a las 12:08 p.m., un contraste significativo con el promedio de las 10:31 a.m. durante su primer año en 2017.
- Menos eventos: el número total de apariciones oficiales de Trump ha disminuido en un 39 por ciento. Entre el 20 de enero y el 25 de noviembre de 2017, realizó 1,688 eventos, mientras que en el mismo periodo de este año ha participado en 1,029 eventos oficiales.
- Horario público acortado: la mayoría de sus apariciones públicas se concentran entre el mediodía y las 5 p.m., en promedio. A pesar de ello, su rutina de llegar a la Oficina Oval después de las 11 a.m. se mantiene, una costumbre de su primer mandato tras quejarse de estar sobrecargado por las mañanas.
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Aunque su agenda pública es más corta y se observa menos que antes, Trump sigue siendo casi omnipresente en la vida estadounidense. Sin embargo, esta menor actividad doméstica contrasta con un incremento en sus viajes internacionales; ha realizado ocho viajes internacionales en su segundo año, en comparación con los cuatro de su primer año en 2017.
En raras ocasiones, cuando está en público, su "batería muestra signos de desgaste". Por ejemplo, durante un evento en la Oficina Oval al mediodía el 6 de noviembre, Trump pareció dormitar intermitentemente durante varios segundos, con sus párpados caídos hasta que sus ojos estuvieron casi cerrados.
Opacidad médica y la batalla por la imagen política
El presidente Trump y su círculo han luchado por proyectar una imagen de energía, virilidad y resistencia física ininterrumpidas, a menudo comparándolo con el "Conejo de Energizer" de la política presidencial. Para desviar las críticas sobre su edad (79 años), frecuentemente se compara con su predecesor, Joe Biden, quien a los 82 años fue la persona de mayor edad en ocupar el cargo. Trump a menudo menosprecia la condición física de Biden, alegando que "duerme todo el tiempo" y enfatizando que él "no es un dormilón".
No obstante, las preocupaciones y preguntas sobre la salud de Trump han sido recibidas con obnubilación o explicaciones mínimas por parte de su equipo.
- Informes médicos incompletos: aunque Trump reveló haberse sometido a una resonancia magnética en el Centro Médico Militar Nacional Walter Reed en octubre, posteriormente tergiversó el resumen de su médico, afirmando haber dado "los resultados completos" cuando se ofrecieron pocos detalles. Ante las preguntas, simplemente declaró que los resultados fueron "tan buenos como los que jamás hayan visto".
- Signos físicos: el presidente utiliza maquillaje para cubrir un hematoma en el dorso de su mano derecha, lo que sus ayudantes y médico atribuyen al consumo de aspirina y al exceso de apretones de manos. La aparición de este hematoma, junto con tobillos hinchados en septiembre, provocó una intensa especulación pública sobre su salud.
- Declaraciones oficiales vs. realidad: La secretaria de prensa de la Casa Blanca, Karoline Leavitt, defiende que el presidente ha sido "abierto y transparente" sobre su salud, la cual afirma que sigue siendo "excepcional". El médico de Trump, Dr. Sean P. Barbabella, certificó en abril que el presidente exhibe una "excelente salud cognitiva y física y está plenamente apto para ejecutar los deberes".
Sin embargo, historiadores políticos señalan que el equipo de Trump, al igual que los de Biden, ha creado una "ficción" sobre su salud para ocultar "la dura y fría verdad de que tiene 79 años". Además, un exmédico de la Casa Blanca ha notado que, si bien Trump es eficaz, es "sedentario" cuando está en la Oficina Oval, un contraste con los presidentes más jóvenes que incorporaban ejercicio regular a sus agendas.
A pesar de que Trump sigue una dieta conocida por incluir carne roja y grandes cantidades de McDonald's, y que tiene la teoría de que el ejercicio agota una reserva finita de energía, su médico informó que ha perdido peso, pasando de 244 libras en 2020 a 224 libras este año.
