Bajo la convicción de que impuesto global a los súper ricos ayudará a paliar la desigualdad imperante en todo el mundo, 19 ex jefes de Estado y de Gobierno de diferentes países han instado al presidente de Estados Unidos, Joe Biden, así como al resto de mandatarios que conforman el grupo de las 20 naciones más desarrolladas del mundo (G-20) apoyar esta iniciativa.
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A través de un documento firmado por diferentes ex líderes mundiales, entre los que destacan los ex presidentes españoles: Felipe González y José Luis Rodríguez Zapatero, se apoya la iniciativa que busca imponer un impuesto global a la riqueza de las 3,000 personas más ricas del mundo, y financiar con esto, proyectos de salud e infraestructuras en los países más pobres.
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Otro de los ex líderes mundiales que apoya el pan fiscal creado por el economista francés Gabriel Zucman, es la ex presidenta chilena Michelle Bachelet.
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El porqué del impuesto a la riqueza
El proyecto para este impuesto global a la riqueza pretende recaudar alrededor de 250,000 millones de dólares al año. La razón para su promoción es que las 3,000 personas más ricas del mundo pagan tasas impositivas significativamente más bajas que las personas con ingresos medios y bajos.
Mientras que las personas de clase media y baja pagan impuestos que rondan entre el 30% y el 50% de sus ingresos, en algunos caso más, los más ricos del mundo, personas multimillonarias, pagan en promedio, menos del 0.5% de sus ingresos reales en impuestos. Esto favorece la acumulación de riqueza de forma desproporcionada a favor de solo unos cuantos.
Este impuesto a los súper ricos busca reducir la extrema desigualdad y restaurar la confianza en el contrato social y las democracias.
De cuánto se busca que sea el impuesto a los ricos
El proyecto de un impuesto global a la riqueza, apoyado por países como España, Francia y Brasil, busca que el gravamen sea impuesto sobre la riqueza y no sobre los ingresos de los súper ricos, porque es más difícil que estos oculten de forma premeditada sus bienes y activos en paraísos fiscales, o que incurran en prácticas que les ayuden a pagar menos impuestos.
Por ello, el plan de un impuesto global a la riqueza pretende que este sea de un 2% del patrimonio total de las personas más ricas del mundo. Y al hacerlo global, es decir aplicable por igual en todos los países, se busca evitar que los ricos emigren de un país a otro con el único objetivo de evadir el pago de impuestos.
De acuerdo con los impulsores de este impuesto global a la riqueza, al implementarse este, los gobiernos recaudarán recursos extras que podrán utilizar para resolver problemas críticos de infraestructura, servicios públicos y mejorar la calidad de vida de millones de personas.
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Estados Unidos se opone a impuesto global a la riqueza
La propuesta, la cual lleva varios años en discusión, se ha topado con obstáculos políticos, siendo el más grande la negativa de Estados Unidos a imponer un impuesto global a la riqueza. Esto se debe a que el país norteamericano es el país en el que radica la mayor cantidad de súper ricos del mundo, nacionales y extranjeros, ello al ofrecerles beneficios fiscales.
Entre los súper ricos radicados en Estados Unidos se encuentran Jeff Bezos, Warren Buffett y Elon Musk, quienes en 2021 fueron exhibidos por una investigación periodística, por pagar una cantidad prácticamente nula de impuestos al declarar que ganan mucho menos de lo que en realidad generan sus empresas.
Un ejemplo es Warren Buffett, quien entre 2014 y 2018 declaró ganar 125 millones de dólares, por los que pagó 23.7 millones en impuestos, pero su riqueza se incrementó, en ese mismo periodo, en más de 24,000 millones de dólares. En realidad solo pagó el 0.10% de lo que generó.
El impuesto global a la riqueza no sería el primer impuesto homologado entre todos los países del mundo, ya que actualmente opera un impuesto mínimo global del 15% para las empresas multinacionales, pero para lograrse se requiere de la cooperación de todos los países, principalmente aquellos receptores de multimillonarios que buscan pagar menos impuestos.
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VGB