Antes de despedirse de la presidencia, Joe Biden firmó la ley "No Marcas Robadas Reconocidas en Estados Unidos", que prohíbe el uso de marcas confiscadas durante la Revolución cubana. La medida busca garantizar derechos a los propietarios originales y beneficia a empresas como Bacardí, involucrada en el litigio por el ron Havana Club.
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La disputa enfrenta a dos versiones del ron: una producida en Cuba por la estatal Cubaexport, y otra en Puerto Rico por Bacardí, que compró los derechos de la marca y la receta original a la familia Arechabala, despojada de sus bienes tras la Revolución.
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El ron Havana Club fue creado en 1934 por José Arechabala en Matanzas, Cuba. Tras la confiscación de sus propiedades, la familia Arechabala emigró a EE. UU., donde vendió la marca a Bacardí en 1994. Mientras tanto, en Cuba, el ron siguió produciéndose bajo la tutela estatal.
En 1993, Cubaexport se asoció con Pernod Ricard para comercializar el ron internacionalmente, excepto en EE. UU. Bacardí, por su parte, promovió su versión del Havana Club en el mercado estadounidense, avivando la batalla legal.
Las disputas comenzaron en 1976 cuando Cubaexport registró la marca en EE. UU. Décadas después, en 2023, la Corte de Apelaciones del Cuarto Circuito falló a favor de Bacardí, cerrando filas contra los derechos de Cubaexport.
La ley H.R. 1505, aprobada ampliamente en el Congreso, refuerza la posición de Bacardí al impedir que tribunales estadounidenses reconozcan marcas confiscadas, salvo que los dueños originales consientan su uso.
Legisladores como Debbie Wasserman-Schultz calificaron la norma como "justicia histórica" para las familias afectadas. Por otro lado, Pernod Ricard expresó su decepción, argumentando que la medida socava sus derechos legítimos adquiridos en 1976.
En 2023, Cubaexport y Pernod Ricard vendieron 3,8 millones de cajas de Havana Club a nivel mundial, reflejando la relevancia económica de la marca, cuya venta está vetada en territorio estadounidense debido al embargo comercial.
La ley ha sido vista como una maniobra para proteger intereses de exiliados cubanoamericanos y fortalecer la presión sobre el Gobierno cubano. Además, revive tensiones propias de la Guerra Fría. Más allá de las disputas legales, el caso simboliza la lucha por identidad y propiedad cultural entre el exilio cubano y el régimen de La Habana, encapsulando décadas de conflicto político y económico.
La polémica sobre el verdadero Havana Club no solo abarca cuestiones legales y comerciales, sino que también refleja el peso histórico de la Revolución cubana y sus consecuencias en la relación entre Estados Unidos y Cuba.
"Medida agresiva": Cuba
Funcionarios del Gobierno cubano calificaron como "agresiva" la ley firmada por Joe Biden que prohíbe el uso de marcas confiscadas tras la Revolución, cerrando las puertas a la comercialización del ron Havana Club en Estados Unidos. El ministro de Asuntos Exteriores, Bruno Rodríguez Parrilla, aseguró que la medida viola el Derecho Internacional y forma parte de una política hostil contra la Isla.
Por su parte, Johana Tablada de la Torre, subdirectora general de la Dirección de Estados Unidos del Ministerio de Relaciones Exteriores, señaló que esta ley busca impedir la renovación del registro de la marca Havana Club en 2026 y despojar a Cubaexport de sus derechos legales sobre la misma. Tablada calificó la decisión como una “maniobra” que beneficia a intereses particulares en Estados Unidos, en detrimento del comercio legítimo.
En noviembre de 2023, el Congreso estadounidense aprobó el proyecto de ley "No Marcas Robadas Reconocidas en Estados Unidos", que prohíbe la validación y uso de marcas confiscadas por el Gobierno cubano desde 1959, año del triunfo de la revolución en ese país.
Esta ley prohíbe el uso de una marca comercial cuando quien la utilice sepa, en el momento de la adquisición, que el nombre de la marca comercial es igual o similar al de una que fue confiscada por el Gobierno cubano.
La medida busca proteger los intereses y derechos de los empresarios cuyos bienes fueron confiscados en la isla a partir de 1959, a menos que se demuestre que hubo un consentimiento claro otorgado por el propietario original de la marca comercial.
Por su parte, el vicecanciller cubano, Carlos Fernández de Cossío, consideró que EE.UU. "ataca al sistema de protección internacional de la propiedad industrial, al aprobar la ley que facilita robar marcas que Cuba ha registrado en ese país. Lleva la agresión económica al terreno de las marcas".
Asimismo, alude a la presunta existencia de "una alianza entre (la marca de ron) Bacardí, congresistas anticubanos y el régimen de Biden".
Bacardí, una de las marcas de ron más icónicas del mundo, es el centro de un conflicto con las autoridades cubanas por la marca de ron Havana Club, registrada por la empresa estatal de la isla Cubaexport en EE.UU. en 1976, que mantuvo los derechos hasta 2006, cuando le fue denegada la renovación de la licencia debido a las leyes del embargo estadounidense.
Pero durante el mandato del presidente Barack Obama (2009-2017), la Oficina de Control de Activos Extranjeros (Ofac) cambió su decisión, permitiendo a Cubaexport renovar su registro y, con ello, se reavivó la batalla judicial.
El conflicto legal entre Bacardí -creada en Cuba en 1862- y Havana Club comenzó cuando Bacardí reclamó los derechos sobre la marca Havana Club, argumentando que la expropiación había sido ilegal, y lanzó su propia versión de Havana Club en Estados Unidos, desatando una batalla legal y comercial que se ha extendido por más de dos décadas. EFE