Las restricciones impuestas a los aficionados durante el Mundial de Fútbol de 2022 desanimaron a Diego de viajar a Qatar para apoyar a la Selección Mexicana. Ello, a pesar de haber ahorrado durante varios meses para poder pagar ver a su equipo jugar; sin embargo, lo que pudo ser una mala experiencia, lo convirtió en una oportunidad, pues ese dinero que tenía ahorrado lo utilizó para pagar el enganche de la casa en la que ahora vive y que, en ocasiones, renta a través de Airbnb.
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Diego Palacios tiene 30 años, se dedica al marketing digital y compró su casa en Tecámac, Estado de México, a unos kilómetros del Aeropuerto Internacional Felipe Ángeles (AIFA). Su casa, afirma, “se paga sola”, pues las ganancias que obtiene por alquilar su hogar cubren la totalidad de su hipoteca y, en meses de alta demanda, le deja un "dinerito" extra.
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“Yo la compré hace 2 años. En ese momento estaba ahorrando para irme al Mundial de Qatar, pero después de ver todas las restricciones que tenía el país, como no poder beber alcohol en la calle y demás, se me quitaron muchísimo las ganas de ir. Tenía ya ese dinero y lo utilicé mejor para el enganche y me aventé a comprar la casa con un crédito bancario”, cuenta a La Silla Rota.
La casa de Diego es enorme, comparada con los nuevos departamentos que se están construyendo en la Ciudad de México, tiene tres recámaras, dos baños, patio y lugar de estacionamiento. En el lugar caben hasta seis personas y la renta es de 800 pesos por noche. Sus principales clientes son usuarios del AIFA que buscan hospedaje cerca del aeropuerto para llegar a tiempo a sus viajes.
“No me comparo en precios al hotel que está cerca del AIFA, representó una opción más económica. En mi casa caben hasta seis personas y cuesta 800 pesos la noche, que si lo divides entre seis es menos de 150 pesos por persona. El hotel, me han comentado, está alrededor de los 2,500 pesos por noche y obviamente solo es para dos personas”, detalla.
Además del hospedaje, Diego ofrece más servicios a sus huéspedes, como llevarlos al AIFA, con un costo menor que al de un taxi, y servicio de “pensión” para automóviles: “En el AIFA el estacionamiento cuesta 210 pesos por día, yo les cobro 80 pesitos y el auto está completamente seguro, pues mi casa está dentro de un fraccionamiento”.
La idea de comprar cerca del AIFA se debe a la plusvalía que han tenido las viviendas en dicha zona. Hace 2 años, Diego compró su propiedad en 1 millón 250 mil pesos; hoy, su propiedad está valuada en más de 1 millón 800 mil.
“El AIFA fue la razón por la que compré en esta zona. No sé si quisiera vivir toda mi vida aquí, pero pensando a futuro, lo veo como una inversión. Además, mi trabajo me permite hacer home office, por lo que no tengo problema en estar aquí”, señala el joven, quien no descarta comprar otra propiedad en un futuro.
Diego no es la única persona que ha aprovechado la construcción del AIFA para hacer negocio, pues muchos de sus vecinos también han puesto sus viviendas en renta, ya sea en plataformas como Airbnb o directo a trabajadores de las aerolíneas que operan en el nuevo aeropuerto. Asimismo, han comenzado negocios en materia aduanal, aeronáutica y de recepción y envío de productos.
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“Yo creo que es importante mantener la esencia de Airbnb, que es: ‘yo tengo un espacio y te puedo compartir ese espacio por un costo mucho más económico que un hotel’. Yo lo que busco es eso, ofrecer un lugar mucho más barato que los hoteles”, asegura.
Como Diego, miles de mexicanos utilizan Airbnb para obtener un ingreso extra. De acuerdo con datos de la empresa, casi el 77% de los llamados anfitriones afirman que la plataforma no es su actividad principal, ya que la mayoría tiene otra profesión o trabaja en un sector diferente; sin embargo, los ingresos por esta actividad no son menores, puesto que los ingresos típicos de un anfitrión son de 64,000 pesos, equivalentes a poco más de tres meses adicionales de salario promedio en México.