VIOLENCIA EN CHIAPAS

Ante asedio del crimen organizado, maestra pidió ayuda... se la negaron y murió

Carolina Marroquín Roblero dejó su escuela en Frontera Comalapa porque sicarios querían reclutar a su hijo adolescente

Carolina Leticia Marroquín Roblero.Créditos: Especial
Escrito en ESTADOS el

Tuxtla Gutiérrez, Chiapas.- Carolina Leticia Marroquín Roblero laboró por varios años en la Escuela Secundaria Técnica número 32, del municipio de Frontera Comalapa, pero hace unos meses pidió el apoyo de sus directivos, incluso, de la Secretaría de Educación, porque su hijo era acosado por integrantes del crimen organizado.

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De acuerdo con la información que, en su momento, emitió la Sección VII de la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE), la maestra solicitó el cambio de sede para evitar que al adolescente lo reclutara el “narco”, pero le negaron ese trámite.

Ante la presión y luego de ser “dada de baja” por los mismos responsables de su plantel debido a que dejó de asistir por el miedo, la salud de Carolina comenzó a deteriorarse, hasta que, hace unas semanas, le dio un derrame cerebral y, este domingo, dejó de existir.

Luego de enterarse de su fallecimiento, la Asamblea Estatal Democrática (AED) de la Sección 40 de la CNTE, condenó el deceso de la profesora, lo que llamó “una víctima más de los grupos paramilitares que operan con aquiescencia del Estado”.

Reconoció que Carolina fue cesada, luego de refugiarse para protegerse de los crímenes de “lesa humanidad” que acontecen en esa región, “sin seguro médico, fallece de derrame cerebral”.

Ante este hecho, la AED responsabilizó al gobernador del estado, Rutilio Escandón Cadenas; a las secretarias de Educación en Chiapas y federal, Rosa Aidé Domínguez y Leticia Ramírez Anaya, respectivamente.

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En marzo pasado, la AED ya había advertido el clima de terror que se vive en varias regiones de la entidad chiapaneca, y el riesgo que corre personal docente y el mismo alumnado.

En una entrevista en ese entonces, José Armando Falconi Borraz, representante de la AED de la Sección 40, advirtió que en Chiapas, al igual que en gran parte del país, se vive una gran descomposición del tejido social.

Detalló que, en localidades como Frontera Comalapa, Chicomuselo, Motozintla, Amatenango de la Frontera, Siltepec, Bella Vista, La Concordia, Villacorzo, Villaflores, Tapachula, San Cristóbal, Teopisca, Tila, Palenque y últimamente Ocozocoautla, Berriozábal y la capital del estado, han sido escenarios de cruentos enfrentamientos entre grupos armados en la lucha por el control de territorios y municipios en año electoral.

Advirtió que se genera terror en la población y quedan a expensas de estos grupos por los constantes asaltos en la carretera, robo de vehículos, pago de piso, reclutamiento de jóvenes, trata de niñas, ejecuciones extrajudiciales, desapariciones forzadas y desplazamientos de comunidades, ante la nula presencia de la policía del estado, la municipal, la Guardia Nacional y el Ejército.

Personal docente, víctima crimen organizado

La disputa entre los cárteles de la droga va en ascenso y, a su paso, ha dejado una estela de dolor entre la población, y sobre todo entre el magisterio.

El 7 de septiembre del año pasado, la maestra Berni Flor Mejía Velázquez daba clases en uno de los salones del Colegio de Bachilleres de Chiapas (Cobach), en el ejido río Guerrero, municipio de Amatenango de la Frontera, cuando hombres armados ingresaron y, frente a sus alumnos, se la llevaron. 

Casi cinco días después, fue hallada muerta, cerca del panteón de esa localidad, con un balazo en la cabeza.

De acuerdo con la información obtenida, ella y su esposo, un empresario transportista, habían recibido amenazas por parte de “Maíz”, una agrupación “afiliada” a un cártel. Como se negaron a participar en bloqueos y otras acciones, comenzó una especie de persecución.

Casi un mes después (21 de octubre de 2023), José Artemio López Aguilar fue asesinado de un balazo en la cabeza frente a su familia, en el barrio Las Salinas, de Chicomuselo; impartía clases en la Telesecundaria “Josefa Ortiz” de ese municipio de la Sierra de Chiapas.

El profesor, emanado de la Sección 40 de la CNTE, también era activista y formaba parte del Morena; el 12 de octubre del año pasado, encabezó una multitudinaria marcha por la paz en esa región, lo que, según fuentes consultadas, le habría costado la vida. En esa ocasión, él fungió como orador principal.

Como se informó, Chicomuselo es uno de los dos municipios de la geografía chiapaneca en donde no se pudieron efectuar las elecciones el pasado 2 de junio, debido a la violencia que impera.

Pero la violencia no se detiene ahí. En diferentes momentos, pero de este mismo año, dos docentes fueron asesinados en el municipio de Tila: Domingo Lugo (14 de marzo) y Edilberto Damián Hernández Gutiérrez (4 de junio); ambos recibieron impactos de bala.

En el caso de Lugo, hombres armados lo emboscaron cuando se dirigía a dar clases, a la altura del tramo carretero Tila-Petalcingo. Mientras que Domingo perdió la vida a manos de un grupo conocido como “los autónomos2, quienes entraron a su casa por la fuerza.

De hecho, en Tila se vive un problema agrario desde hace como 40 años, pero se recrudeció desde hace como nueve años, con la injerencia del crimen organizado. Esto provocó, además, el desplazamiento de cientos de personas a otros poblados, como Yajalón, ante el temor de ser asesinados.