HERMETISMO EN MUERTE DE BUZO EN CHIAPAS

Víctor, el buzo que succionó una presa de CFE; Bartlett guarda silencio ante la familia

Una revisión de rutina en la Presa Hidroeléctrica “La Angostura”, en Chiapas, se convirtió en la muerte misteriosa de Víctor Antonio García Colorado; la CFE lo contrató, pero no informó a la familia del deceso

Una revisión de rutina en la Presa Hidroeléctrica “La Angostura”, en Chiapas, se convirtió en la muerte misteriosa de Víctor Antonio García Colorado; la CFE lo contrató, pero no informó a la familia del deceso
Tragedia de Víctor Antonio García Colorado en Chiapas.Una revisión de rutina en la Presa Hidroeléctrica “La Angostura”, en Chiapas, se convirtió en la muerte misteriosa de Víctor Antonio García Colorado; la CFE lo contrató, pero no informó a la familia del decesoCréditos: Especial
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TUXTLA GUTIÉRREZ.- Lo que parecía una revisión de rutina en la Presa Hidroeléctrica “La Angostura”, en Chiapas, se convirtió en una muerte misteriosa: Víctor Antonio García Colorado ya no pudo emerger de las aguas, pues una “falla” del bypass en una de las compuertas lo llevó a la muerte.

Según Valeria, su hermana, él les avisó que, antes del 24 de septiembre de este año (cuando falleció), ya llevaba varios días en esa presa. Lo más raro de todo, dice, es que sólo revisaría el trabajo hecho por uno de los contratistas, una labor al parecer “sencilla” o rutinaria.

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La situación se tornó más extraña luego de que uno de los compañeros de Víctor manifestó que en esa ocasión trabajaban con poco personal, cuando para lo que hacían necesitaban del doble; “eran sólo seis personas”, recuerda.

Desde hace un año y tres meses, el técnico superior en buceo industrial, originario del puerto de Veracruz había conseguido un contrato para laborar de manera formal con la Comisión Federal de Electricidad (CFE), cuyo director es Manuel Bartlett, empresa en la que tenía más tiempo, pero como empleado externo (outsourcing).

Su labor, cuentan familiares, era el de brindarle mantenimiento a todo el sistema de la Central Hidroeléctrica de Malpaso, también ubicada en la entidad chiapaneca; sin embargo, de repente lo comisionaban para hacer labores en otras presas, como la de “La Angostura”.

Valeria cuenta que, por desgracia, esa compañía, autodenominada “de clase mundial”, nunca les informó sobre el accidente, sino que como familiares se enteraron a través de un usuario de Facebook que les proporcionó dos números telefónicos de altos mandos de la CFE.

Poca información

“Yo tuve que pedir la información, pues lo único que sabíamos es que se lastimó una pierna, muy hermético todo”, revela la mujer, quien afirma que fue hasta el lunes 25 de septiembre, a las 4 de la mañana, cuando contactó a un contador de esa presa hidroeléctrica.

Según ella, esa persona le reveló que Víctor se sumergió cerca de 50 metros, en compañía de dos buzos más y que, tras el incidente, la posibilidad de rescatarlo era mínima.

De acuerdo con el acta de defunción, el joven de 31 años de edad murió a las 5 de la tarde del 24 de septiembre y, después de cuatro días, su cuerpo fue rescatado, pero con un alto grado de descomposición.

“La CFE me llevó a dos especialistas en buceo, porque los primeros con los que hablé no sabían qué decir, sólo advirtieron que, al bajar, un ‘bypass’ se abrió y que eso hizo que fuera succionado de una pierna, y por la presión del agua, él perdió el conocimiento como a los 4 minutos”, detalla.

Si ella y su familia cuentan con información, confiesa, es porque han hecho sus propias investigaciones, debido a que la CFE se ha mantenido hermética en todo este tiempo.

Inclusive, en un principio, la misma Fiscalía ubicada en el municipio de Venustiano Carranza, donde se sitúa la presa donde falleció Víctor, les puso muchas “trabas”.

Recuerda que el 28 de septiembre se abrió una carpeta de investigación en esa localidad, “lo único que quiero es justicia”. Por fortuna, añade, se logró mover esa CI a Tuxtla Gutiérrez, pues el único avance que se tenía era la entrevista a una sola persona (testigo).

“Pasó un mes y sólo eso hicieron, y luego ni siquiera fue un relato importante, era muy vago; no hubo más pesquisa, por eso me moví, hice oficios, los entregué, hasta que el caso llegó a la Fiscalía Especializada en Homicidios en Tuxtla”.

Víctor, quien no era casado pero sostenía una relación amorosa, era amante de los deportes, le gustaba la lectura, pero sobre todo sus seres queridos y amigos lo catalogaban como una persona responsable y honesta.

“Casi todos los días hablábamos con él, era muy unido a la familia, ayudaba a muchos primos y tíos, siempre hacía todo lo que en su posibilidad podía hacer”, puntualiza Valeria.

 

Versión clave de la muerte

El escrito que le dio un giro de 180 grados a la tragedia fue el que compartió Emilio Alcalde Saldaña, un compañero de Víctor, quien afirmó lo siguiente: “Desde hace semanas siento la urgente necesidad de escribir y pronunciarme al respecto de lo que pasó en cuanto al accidente fatal de mi compañero y amigo, buzo de la CFE”.

Aunque esperó, según él ya no podía aplazar su testimonio ante irregularidades que detectó en la versión oficial de la Fiscalía General del Estado sobre el caso.

“Todo esto que les comparto se los digo porque a Víctor no sólo lo consideraba un compañero sino también un amigo con el que viví y conviví; no contar lo que pasó, y las cosas que fallaron, lo considero un insulto a su memoria. Quiero esclarecer la verdad de lo ocurrido independiente de las versiones oficiales que pueda llegar a emitir la CFE”.

En la carta, contó, a detalle, los hechos y errores que se cometieron, desde las fallas en la supervisión hasta las decisiones directivas equivocadas que notó, dijo, a lo largo de los días posteriores al accidente.

El también buzo especialista adscrito a la Central Hidroeléctrica de Chicoasén, de la misma CFE, relató que, a pesar de que hubo “muchos testigos potenciales”, desde sus seis compañeros buzos, un supervisor y el dueño de la compañía “Seamar”, nadie fue llamado a declarar ante las autoridades.

El presidente visitó la presa en mayo de 2021 

Declaró que la única versión que la FGE rescató de todos los que estuvieron presentes en esa ocasión fue la de Antonio Espinoza Bernabé, cuyas declaraciones, lamentó, no correspondieron a lo que en realidad ocurrió.

Trabajo extenuante, con poco descanso

Además de advertir que la cantidad de buzos no era la adecuada, confesó que habían laborado durante varios días sin descanso, es decir desde el 17 de septiembre hasta el 24 del mismo mes, cuando pereció Víctor.

“Sé que hemos trabajado por tiempos más prolongados en el pasado, pero el viaje casi diario no ayudaba. Si bien no fue una causa del accidente, se tiene que considerar un factor para el futuro, y respetar debidos tiempos de descanso para buzos en operaciones continuas”.

Tras revelar más “irregularidades”, detalló que, durante las operaciones de buceo en la obra de toma, había gente que trabajaba en la tubería de presión en la parte del rodete, situación que desconocían.

Hubieran sido más víctimas

De haberlo sabido, añadió, “ni Víctor ni yo hubiéramos entrado, por el riesgo que representaría para los compañeros más que por nosotros mismos y de no ser por el calafateo, hubieran sido nueve víctimas más”.

Subrayó que el hecho de que estuviera abierto el acceso al rodete también fue determinante para que las operaciones de rescate se dificultaran, ya que las presiones no se igualaban de forma apropiada, “y por eso fueron cuatro días los que se tardaron en recuperar su cuerpo”.

La descripción de Emilio es crucial, pues refirió que “lo más seguro es que levantaron de más el bypass y éste succionó a Víctor por la pierna. Creo que no hace falta describir mi desesperación al momento del accidente; supliqué bajar por él, pero por el buceo y descompresión previo que hice, no se me permitió; como deben saber, fueron minutos que parecieron horas, ya que el micrófono estaba abierto y yo desesperado escuché cómo mi amigo moría. Al igual que todos los presentes”.

Entre otros “detalles”, reveló que, ese día, el plan de emergencia que se platicó en la reunión previa al trabajo, no fue funcional. “Un error de supervisión grave”.

Lo que le pareció terrible, rememoró, es que el superintendente de la CFE, Gilberto Figueroa y otros directivos, les dieran falsas esperanzas a los familiares de Víctor, al decirles que había una probabilidad de que él estuviera vivo.

“Me parece siniestro que, en afán de tranquilizar la situación con su familia y neutralizar el problema, recurrieran a las mentiras”. Asimismo, Emilio lamentó que la CFE se niegue a pagarle a los deudos por todos los gastos, como los funerarios, que la muerte de Víctor implicó.

“Lo que le corresponde por ley, es cubierto por accidente de trabajo, lo que no cubre son los errores y negligencias que hubo, y los intentos por encubrirlo”.

Aunque está consciente de que nada le devolverá a su hermano, lo que Valeria García quiere es que no ocurra de nueva cuenta un accidente similar, pues se ha enterado, dice, de las condiciones en que las labora el personal de la CFE en esas presas.

“La verdad es que hablé con ellos (Fiscalía Especializada en Homicidios), me han preguntado algunas cosas, me pidieron contactos, y pues sólo confío en que no pase lo que ocurrió en Venustiano Carranza, donde el MP me dejó de contestar, me negaban las llamadas, me bloquearon”.

A pesar de que ella y su familia radican en Veracruz, aclara que no descansará hasta que la justicia llegue a sus vidas.