La torta en México tiene una historia que se remonta a la época colonial, cuando los españoles trajeron el pan europeo al continente. Sin embargo, no fue hasta el siglo XIX que el pan de bolillo o telera, elementos básicos de la torta, comenzaron a ser parte esencial de la comida mexicana.
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Se convirtió en una comida rápida, accesible y deliciosa, popular en todo el país, tanto en mercados como en puestos callejeros. Su versatilidad y sabor han hecho de la torta un símbolo de la gastronomía mexicana, que sigue evolucionando con nuevas combinaciones y sabores que reflejan la diversidad cultural de México.
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El impacto de la torta mexicana ha logrado trascender fronteras y generaciones al convertirse en un emblema de la historia de la gastronomía nacional. Es por eso, que a continuación te traemos la historia detrás de este local que se volvió un ícono de la comida en el Centro Histórico.
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¿Cuál es la historia detrás de esta tortería querido por periodistas?
Se trata de Tortas Robles, un establecimiento reconocido de la Ciudad de México con más de 50 años de antigüedad; fue fundada en 1940 por Alejandro Robles, un hombre originario de Sonora, que llegó a la capital en busca de nuevas oportunidades. Junto a su esposa, Lorena Martínez, comenzó a vender tortas frías en la esquina de Doctor Mora y Avenida Juárez, en las inmediaciones de la Alameda Central.
En ese entonces, las tortas que ofrecían Alejandro como Lorena eran sencillas, la mayoría hechas con ingredientes como milanesa, chorizo o huevo que llamaron la atención por ser vendidas desde una canasta. Con el tiempo, la calidad y el sabor de las Tortas Robles ganaron popularidad entre los habitantes del Centro Histórico.
Gracias a su popularidad, fue como la familia Robles decidió instalar la primera tortería en la calle Basilio Badillo. Una vez consolidado el éxito y tras el fallecimiento de Alejandro en 1979, su esposa e hijos continuaron con el negocio y para 1993 se trasladaron a su ubicación más conocida: Cristóbal Colón 1, en el edificio Trevi, donde el reconocimiento capitalino comenzó a crecer mucho más.
A lo largo de los años, el menú de Tortas Robles ha mantenido su esencia, ofreciendo una gran variedad de tortas y tacos dorados. Algunas de las opciones incluyen chorizo, milanesa, huevo, así como diversos tipos de queso, todos a precios accesibles, llegando a costar menos de $50.00 pesos mexicanos, reflejando el compromiso de la familia Robles con su clientela.
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La relación de Tortas Robles con la comunidad periodística ha sido notable. Ubicados cerca de diversas oficinas de medios de comunicación, Alejandro estableció una estrecha amistad con periodistas y fotógrafos. Cada primero de septiembre, durante el Informe Presidencial, ofrecía comidas gratuitas a los reporteros y fotógrafos que cubrían el evento, gesto que fortaleció los lazos con el gremio y convirtió al local en un punto de encuentro para profesionales de la prensa.
Durante décadas, Tortas Robles ha sido testigo de los grandes cambios que han ocurrido en la capital mexicana, desde el desastre que causó el terremoto de 1985 hasta la gentrificación que trajo consigo la segunda década del siglo XX, provocando el aumento en los costos de renta.
Sin embargo, la crisis inmobiliaria fue el destino final para Tortas Robles, en 2020, ¿o lo fue la pandemia por el COVID-19 que obligó a que varios establecimientos cerraran sus puertas de forma indefinida? Como sea, después de 73 años, el negocio tuvo que cerrar aunque fuera nombrado por las autoridades en 2018 como Patrimonio Cultural y Gastronómico del Centro Histórico.