Las cantinas de la Ciudad de México han formado parte de la vida pública, política, cultural y social del país. Surgieron durante la época colonial, cuando las pulquerías dominaban la escena; sin embargo, tras la llegada de las bebidas destiladas en el siglo XIX, comenzaron a tener una mayor popularidad en territorio mexicano, gracias también a la influencia de las tabernas españolas.
ÚNETE A NUESTRO CANAL DE WHATSAPP. EL PODER DE LA INFORMACIÓN EN LA PALMA DE TU MANO
Para 1872, el gobierno reguló su funcionamiento, exigiendo comida con cada trago servido. Durante el porfiriato, las cantinas se convirtieron en puntos de reunión para políticos, intelectuales y trabajadores. Se popularizaron locales emblemáticos en el Centro Histórico, como "La Ópera" y "El Nivel", la primera cantina registrada en 1855.
Te podría interesar
En el siglo XX, las cantinas evolucionaron, incorporando música en vivo y gastronomía más elaborada; no obstante, su esencia aún permanece ahí, con sus 4 paredes siendo testigo de miles de historias y sucesos importantes: espacios de convivencia y cultura. Aquí te contamos la historia detrás de la segunda cantina más antigua de la capital.
TE PUEDE INTERESAR: Los países que más acero y aluminio le venden a EU; ¿en qué posición está México?
TE PUEDE INTERESAR: Negligencia de Semefo en Cancún: apilan cientos de cadáveres sin identificar
¿Cuál es la historia detrás de la segunda cantina más vieja de la capital?
Se trata de la cantina “El Gallo de Oro”, establecimiento que abrió sus puertas en 1874. Fue fundada por Antonio Huerta, un mexicano descendiente de españoles. Ubicada en la esquina de Venustiano Carranza y Bolívar, en el Centro Histórico de la Ciudad de México, se ha consolidado como una de las cantinas más emblemáticas y antiguas de la capital.
Con el paso del tiempo, la cantina fue haciéndose de un nombre en el corazón de la capital mexicana. En 1932, Ramón Valle, un inmigrante español que llegó a México a los 16 años, adquirió la cantina de su compatriota Emeterio Solorio. Desde entonces, la familia Valle ha mantenido la tradición y el legado de "El Gallo de Oro", preservando su esencia a lo largo de las décadas.
A lo largo de su historia, "El Gallo de Oro" ha sido testigo de innumerables anécdotas y ha recibido a personajes ilustres, desde políticos y periodistas hasta figuras de la cultura mexicana. Su ambiente tradicional y su oferta gastronómica la convierten en un referente de la vida nocturna y cultural del Centro Histórico.
SÍGUENOS EN EL SHOWCASE DE GOOGLE NEWS
Algunos de los personajes públicos que se han emborrachado en la cantina “El Gallo de Oro” van desde el asesino serial Goyo Cárdenas, el reconocido periodista Jacobo Zabludovsky, hasta incluso importantes figuras de la política como Justo Sierra y Mariano Azuela, entre muchos más. En 1982, el establecimiento permitió la entrada de mujeres, provocando que se convirtieran en importantes clientelas.
En la década de 1970, la cantina experimentó una renovación significativa, modernizando su decoración y adaptándose a los nuevos tiempos, pero sin perder su esencia. Esta transformación atrajo a una clientela diversa, consolidando su reputación como un punto de encuentro para diferentes generaciones.
Durante la pandemia de COVID-19, "El Gallo de Oro" enfrentó desafíos económicos debido a la disminución de clientes y las restricciones sanitarias. Sin embargo, gracias a la resiliencia de la familia Valle y al apoyo de su clientela fiel, la cantina logró mantenerse en pie, adaptándose a las circunstancias y preservando su legado histórico.
Hoy en día, "El Gallo de Oro" continúa siendo un símbolo de la tradición cantinera de la Ciudad de México, ofreciendo a sus visitantes una experiencia auténtica que combina historia, gastronomía y cultura en un ambiente único que evoca el pasado y celebra el presente.