Absolutamente, todos hemos comido una hamburguesa; ya sea en las grandes cadenas que existen en los centros comerciales y en las avenidas más importantes de la ciudad, en los puestos locales cercanos a nuestra casa o incluso prepararlas en la comodidad de nuestro hogar, este alimento se convirtió en una de las favoritas de los mexicanos.
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Las hamburguesas llegaron a México no hace tanto tiempo. Fue durante la primera mitad del siglo XX cuando poco a poco se empezaron a darse conocer, esto debido al auge que tenían los primeros restaurantes modernos en el país, donde se tenía pensado servir para las élites y las preparaciones eran de corte internacional.
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Sin embargo, las hamburguesas eran muy diferentes a como las conocimos hoy en día. En distintos sitios eran presentadas como el típico sándwich, otras como steak, mostrando la influencia de sus países de origen: Alemania y Estados Unidos.
Poco a poco, su popularidad fue creciendo, provocando que cadenas de comida rápida norteamericanas llegaran a tierras aztecas, no solamente trayendo la hamburguesa tradicional, sino implementando la experiencia gringa (un refresco, papas a la francesa y para los niños un juguete).
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¿Cuál es la historia detrás de la hamburguesería más vieja de la capital mexicana?
Gracias a la llegada de un nuevo mercado americano y la necesidad de reinventarse, fue como nació Burger Boy, conocida por ser la primera cadena de comida rápida de la Ciudad de México. Su gran auge llegó durante la década de los 70 y 80, cuando parecía que asistir al negocio en familia ya formaba parte de una tradición de hace muchos años.
Fue fundada en 1968, luego de que un puertorriqueño y un cubano llegaron a México para replicar el exitoso modelo de "fast food", mismo que comenzó en Estados Unidos donde McDonald's y Burger King ya eran sitios emblemáticos del país americano.
La primera sucursal de Burger Boy fue en San Ángel, una de las colonias con mayor historia en la capital, justamente en la avenida Insurgentes Sur, donde actualmente se encuentra un banco de BBVA México.
Su popularidad fue creciendo. Dentro de su menú ofrecían las "Brontohamburguesas": "Unifante", "Brontodoble" y "Dinotriple", causando sensación en chicos y grandes; eso, sumando a que estrellas como Chabelo o Salma Hayek lo promocionaran en la televisión. Burger Boy se fue convirtiendo en un emblema de la comida en la Ciudad de México; de hecho, fue tanto su impacto que para 1974 fue comprado por Grupo Maseca, haciendo que abriera otras sucursales en varias ciudades del país.
Poco a poco su reconocimiento fue disminuyendo, causando que en 1985 viviera una fuerte crisis, llegando al grado de que fuera reemplazado por McDonald’s. Para 1994 intentaron darle un giro más fresco, remodelando sus instalaciones y agregando nuevos platillos. Sin embargo, dos años después la marca fue vendida a Whataburger, una empresa estadounidense, quienes al ver que no tenían más remedio decidieron cerrar Burger Boy.
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