La Navidad es sinónimo de reuniones familiares, festejos y, para muchos, la ilusión de dar regalos. Entre los más populares durante esta época se encuentran los animales de compañía, que muchas veces llegan como sorpresas bajo el árbol. Sin embargo, esta tradición entrañable puede tener consecuencias negativas si no se toma en cuenta la responsabilidad que implica cuidar de un ser vivo.
Cada año, los refugios de animales reportan un aumento en la cantidad de perros y gatos abandonados tras las fiestas, consecuencia de compras impulsivas. La doctora Claudia Edwards, directora de programas de Humane World for Animals México, advierte:
“Regalar un animal sin consultar al futuro responsable puede dificultar una convivencia adecuada y, cuando pase la euforia, derivar en problemas de conducta, falta de cuidados y abandono”.
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1. No son juguetes: la vida detrás del regalo
Uno de los errores más comunes es ver a los animales como objetos de regalo.
“Son seres vivos con necesidades físicas, emocionales y sociales. Un perro puede vivir entre 10 y 15 años, y un gato más de 16, lo que implica un compromiso largo y constante”, explica la doctora Edwards.
2. Adoptar o comprar un animal no debe ser un acto impulsivo
Alimentación, revisiones veterinarias, vacunas, esterilización, educación, paseos y enriquecimiento ambiental son solo algunas de las responsabilidades que conlleva un nuevo integrante en la familia. Todo esto requiere tiempo, dinero y disposición emocional, aspectos que muchas veces no se consideran en el frenesí navideño. Por ello, la experta insiste en que “no se les puede dejar o ‘botar’ cuando se aburran de ellos”, recordando que un regalo de estas características es un compromiso a largo plazo.
3. Evaluar si la familia está lista
Antes de sorprender a un ser querido con una mascota, es crucial evaluar si la familia está preparada. Muchos de los animales que terminan en situación de calle fueron comprados por impulso, sin consultar a todos los miembros del hogar. Esto puede generar conflictos, descuidos y finalmente, abandono.
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4. El estilo de vida de la familia
Además, el estilo de vida de la familia influye directamente en la calidad de vida del animal. Es necesario considerar tiempo disponible, espacio, presupuesto y disposición para enfrentar situaciones inesperadas como enfermedades o emergencias. Algunos animales, como perros con hocicos cortos o gatos con predisposición a ciertas enfermedades genéticas, requieren cuidados adicionales que no siempre se prevén.
5. No es una sorpresa de temporada
Si la decisión de incorporar un animal a la familia es consciente y meditada, la recomendación es acudir a refugios de animales. Según Edwards, “sería un gran detalle regalar el collar, la camita y un certificado de adopción. Un animal es un miembro más de la familia, no una sorpresa de temporada”.
En definitiva, regalar un animal durante las fiestas no es solo un acto de cariño, sino también de gran responsabilidad. La Navidad puede ser la oportunidad ideal para enseñar a los más pequeños sobre compromiso, empatía y cuidado hacia los seres vivos, siempre y cuando la decisión se tome con conciencia y planificación. Adoptar o regalar de manera responsable asegura que los animales reciban el amor y cuidado que merecen durante toda su vida, evitando así que la ilusión de diciembre se convierta en abandono en enero.
LCM
