La relación entre las familias mexicanas y sus mascotas atraviesa una transformación profunda. El lazo afectivo que antes se limitaba a la compañía doméstica hoy implica una integración total al núcleo familiar. Y esa nueva visión, más emocional y responsable, también alcanza el momento más difícil: la despedida.
Adrián Rodríguez-Granada, especialista en servicios funerarios para animales y general manager de Pets in the Sky, explicó en entrevista con YoSoiTú que hablar de la muerte de una mascota dejó de ser un tabú.
“Hoy las mascotas han llegado a ocupar lugares tan importantes como los propios hijos”, afirma.
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Una cultura que cambia: previsión y servicios funerarios para animales
La muerte de un animal de compañía solía resolverse con decisiones improvisadas: entierros domésticos, servicios informales o la búsqueda urgente de un crematorio sin referencias, pero eso está cambiando.
Según Adrián, esta transición forma parte de una idea más amplia: la tenencia responsable.
“Casi siempre se nos olvida esta parte de qué vamos a hacer cuando nuestra mascota fallezca”, explica.
Si bien México no es aún una cultura previsora, el especialista reconoce avances: más familias preguntan, comparan servicios y buscan garantías antes de que llegue el duelo.
La falta de previsión advierte, puede llevar a experiencias traumáticas: servicios clandestinos, cremaciones colectivas que se entregan como individuales o instalaciones que operan sin permisos ambientales. Por ello insiste en que la decisión debe tomarse con información completa.
“Hay que conocer a los distintos proveedores, ir a ver sus instalaciones y preguntar por sus permisos de operación”.
Los requisitos formales incluyen uso de suelo, aviso de funcionamiento como crematorio y funeraria para mascotas, permisos de protección civil y autorizaciones ambientales para los hornos. Todos deberían estar a la vista del usuario.
Otro punto que suele preocupar a las familias es el costo. Adrián explica que un servicio funerario completo —recolección, sala de despedida, cremación individual y urna— ronda los 4,500 pesos, y un plan de previsión cuesta 4,800 pesos, sin importar el tamaño del animal. Más allá del precio, asegura, el valor está en la certeza.
“Te da la seguridad de saber que sí es tu mascota la que regresa a casa”.
Un mercado en expansión: más servicios y más especies
El crecimiento de esta industria es exponencial. Pets in the Sky inició en 2015 con apenas mil servicios al año. Una década después realizan esa misma cantidad cada mes.
“Estamos haciendo cerca de 12 mil servicios anuales… multiplicamos por 12 en diez años”, detalla el especialista en servicios funerarios.
El aumento está ligado a dos factores: el auge de los gatos como animales de compañía en zonas urbanas y la nueva relación emocional entre humanos y animales. Aunque los perros siguen encabezando la lista —representan alrededor del 70% de los servicios—, los felinos ya ocupan el segundo lugar con un 20%. El resto corresponde a animales poco comunes: serpientes, conejos, ponis, tarántulas e incluso ajolotes.
Para Rodríguez-Granada, cada uno merece el mismo respeto: “Hay una gran diversidad de mascotas y todas merecen una despedida digna”.
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El duelo también es parte del vínculo
La despedida de una mascota no solo involucra trámites; es un proceso emocional que muchas familias viven con la misma intensidad que la pérdida de un ser humano. Por eso, además de la logística funeraria, las empresas han comenzado a incorporar protocolos de acompañamiento emocional.
Adrián insiste en que la forma de vivir el duelo es individual y válida: “El duelo es algo muy íntimo y muy personal. Todos lo vivimos diferente”.
Recomienda buscar ayuda profesional cuando la tristeza supera la capacidad personal para procesarla.
También hace un llamado a quienes no tienen mascotas, pues suelen minimizar la pérdida ajena. Evitar frases como “solo era un perro” es parte del respeto hacia quienes experimentan un dolor real y profundo.
Para las familias que sí comparten su vida con animales, el consejo es claro: prever. Así como se adquiere una cama, un plato o un veterinario, la despedida también debe contemplarse desde el inicio.
“Hay que estar prevenidos… conocer proveedores y tener claro a quién recurrir”, concluyó Adrián Rodríguez-Granada, especialista en servicios funerarios y general manager de Pets in the Sky.
LCM
