Las almohadillas de los perros, esas pequeñas pero resistentes estructuras situadas en sus patas cumplen una función vital: actúan como amortiguadores ante el contacto con el suelo, protegen de superficies calientes o rugosas y resguardan huesos y articulaciones del desgaste diario. Sin embargo, a menudo su cuidado pasa desapercibido. Aunque están diseñadas para soportar grandes esfuerzos, como advierte Purina, “no son impenetrables”, y requieren atención constante para evitar grietas, quemaduras o lesiones.
Según la red de clínicas veterinarias AniCura, las almohadillas están formadas por varias secciones con depósitos de grasa que amortiguan los impactos y glándulas sudoríparas que regulan la humedad y la temperatura corporal. Su salud es, por tanto, un indicador del bienestar general del animal.
La veterinaria Cristina Pascual, especialista en ExpertoAnimal, recomienda recurrir a productos naturales como aliados para mantener estas estructuras en óptimas condiciones. A continuación, presentamos 5 soluciones caseras que combinan eficacia, seguridad y respeto por la naturaleza.
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Estos ingredientes caseros te ayudarán a cuidar e hidratar las almohadillas de tu perro
1. Gel de aloe vera: regeneración y alivio
El gel de aloe vera, conocido por sus propiedades curativas en humanos, resulta igualmente beneficioso para los perros. Rico en vitaminas, minerales y enzimas, ayuda a reparar almohadillas secas o agrietadas, ejerce acción antibacteriana y antiséptica, y promueve la regeneración celular gracias a su efecto estimulante del colágeno. Pascual sugiere utilizar gel puro, sin alcohol ni parabenos, aplicándolo sobre las almohadillas limpias y dejándolo absorber de manera natural.
2. Manteca de karité: suavidad y protección
Extraída de las nueces del árbol de karité, esta manteca es un emoliente natural que aporta hidratación profunda, elasticidad y protección frente a agresiones externas como el calor o el frío. Sus propiedades antioxidantes y antiinflamatorias ayudan a calmar irritaciones y estimular la regeneración de la piel. Además, su textura sólida se derrite con el contacto con la piel, facilitando su aplicación. Siempre es recomendable optar por manteca de karité pura y orgánica, sin aditivos ni fragancias.
3. Aceite de coco: humectación y defensa natural
El aceite de coco, extraído de la pulpa del fruto mediante prensado en frío, hidrata y protege la piel gracias a sus propiedades antimicrobianas y antibacterianas. Al ser comestible, es seguro si el perro lame sus patas tras la aplicación. Su uso regular ayuda a mantener las almohadillas suaves y a prevenir infecciones derivadas de pequeñas grietas o heridas.
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4. Aceite de rosa mosqueta: regeneración profunda
Con alto contenido de ácidos grasos esenciales y antioxidantes como vitamina C y retinol, el aceite de rosa mosqueta es un potente regenerador cutáneo. Favorece la cicatrización, nutre la piel en profundidad y contribuye a mantener la elasticidad de las almohadillas. La clave, según Pascual, es utilizar siempre aceite 100% puro y orgánico, libre de perfumes o químicos que puedan irritar.
5. Aceite de aguacate: nutrición y reparación integral
Este emoliente natural, rico en vitaminas A, B, E y K, minerales y ácidos grasos, hidrata en profundidad y fortalece la barrera cutánea. También promueve la regeneración tisular y la producción de colágeno, ayudando a reducir inflamaciones y mejorando la textura de las almohadillas. Su aplicación debe ser suave, con pequeñas cantidades masajeadas hasta su completa absorción, siempre asegurando la pureza y calidad del producto.
La salud de las almohadillas de un perro refleja directamente su bienestar general. Incorporar cuidados regulares, apoyados en remedios naturales, no solo previene lesiones y grietas, sino que también aporta confort y protección en la rutina diaria. Cada gesto de hidratación y protección es, en esencia, un acto de amor hacia el compañero de cuatro patas.
LCM
