En el ámbito de la psicología, los objetos que usamos a diario pueden convertirse en reflejos simbólicos de nuestras emociones y relaciones interpersonales. Un elemento que a menudo pasa desapercibido, pero que puede tener un profundo significado, es la presencia de platos o vasos rotos en el hogar. Desde la psicología del apego, estos objetos pueden representar fracturas emocionales, heridas del pasado y patrones de relación disfuncionales interiorizados con el tiempo.
La teoría del apego, formulada por John Bowlby y expandida por Mary Ainsworth, explica cómo nuestras primeras interacciones con los cuidadores influyen en la manera en que nos vinculamos con los demás en la adultez. Se han identificado cuatro estilos principales de apego: seguro, ansioso, evitativo y desorganizado. Según el estilo de apego de cada persona, la percepción y gestión de los objetos rotos en su entorno puede ser distinta.
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¿Eres de los que tiene platos o vasos rotos? Esto dice la psicología
Apego seguro: Las personas con este estilo de apego suelen tener una relación equilibrada con los objetos y las emociones que evocan. Para ellos, un vaso roto es solo un accidente sin mayor carga emocional.
Apego ansioso: Quienes presentan un apego ansioso pueden sentir una gran carga emocional al ver un objeto roto, interpretándolo como un mal augurio o una manifestación de sus temores al abandono y la pérdida.
Apego evitativo: Estas personas tienden a restarle importancia a los objetos y a sus posibles significados. Si se rompe un vaso, lo desechan sin mayor reflexión, evitando así cualquier conexión con emociones profundas.
Apego desorganizado: Este estilo de apego, a menudo derivado de experiencias traumáticas, puede generar reacciones contradictorias. Dependiendo del estado emocional en el que se encuentren, un vaso roto podría causarles angustia extrema o total indiferencia.
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Desde una perspectiva simbólica, los objetos rotos pueden reflejar relaciones deterioradas, conflictos sin resolver o emociones reprimidas. Cuando hay una acumulación de estos objetos en casa, podría ser una señal de resistencia al cambio o dificultades para cerrar ciclos emocionales.
En psicoanálisis, los objetos rotos pueden asociarse con una sensación de vulnerabilidad interna, experiencias de rechazo o dificultades para procesar la pérdida de manera saludable. Una persona que ha atravesado una ruptura sentimental o que vive en un ambiente tenso podría, sin darse cuenta, conservar estos objetos como una manifestación tangible de su dolor emocional.
El acto mismo de romper un plato o un vaso también tiene un significado. En algunos casos, puede ser una forma de expresar frustración o enojo reprimido. La energía liberada al arrojar o quebrar un objeto simboliza la necesidad de canalizar emociones contenidas. En terapia, estas acciones pueden interpretarse como una externalización de conflictos internos que la persona no ha logrado procesar de otra manera.