“No manches, estoy tocando con Junior Klan”, pensaba Maximiliano Calderón Pale, un niño veracruzano de 13 años que, además de efectivamente haber tocado un palomazo con Junio Klan, acaba de entrar a la Facultad de Música de Xalapa para estudiar percusiones.
“Es que mi maestro René me dijo: estás en edad de hacer el examen porque si te esperas hasta los 16 años, vas a salir ya a los 28”, cuenta Maximiliano a Yosoitu una semana después de que recibió los resultados de ese examen.
Max se hizo viral por el palomazo que se echó con Junior Klan, una banda musical que ha grabado unos 40 discos y está en activo desde la década de los 70. El video del momento en que se subió al escenario para tocar la batería en un concierto en Xalapa convirtió a Max Calderón, de un día para otro, en el baterista más popular de Veracruz.
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“Lo que nadie vio es que cuando estaba abajo, antes de que me subieran a tocar, yo estaba llorando y llorando… llorando de la emoción”, cuenta Max.
La aventura comenzó semanas antes, cuando la mamá de Max se enteró de que Junior Klan daría un concierto en Xalapa el 11 de abril como parte de la feria anual. Le preguntó a su hijo si quería ir al concierto y ya el mero día se les ocurrió la idea del palomazo.
Max salió corriendo a comprar una cartulina. “Que sea verde”, le advirtió su mamá, para que fuera más visible.
“Ese mismo día teníamos ensayo y terminamos a las 9. Nos fuimos al concierto y llegamos a las 9:45. Ahí estuvimos un rato con la cartulina y un señor me ayudó para cargarme y que se viera más”.
¿Cómo fue el palomazo del niño Max con Junior Klan?
La cartulina decía: “Junior Klan quiero echarme el palomazo en la batería la canción Bailando de Jalón”. El tiempo pasó y cuando parecía que no sucedería, un fotógrafo que estaba cerca del escenario vio la cartulina y le dijo a Max: ¿Quieres que se la dé al cantante?
Así fue. Hugo Fernández leyó la cartulina y pidió a Max que subiera para cantar Bailando de jalón”, un tema que el niño baterista ya tenía bien armada. “Para mí fue como pan comido”, dice Max.
Lo difícil en ese momento fue lidiar con los nervios del público, miles de personas que esperaban su actuación. Por eso, al recordarlo, el niño baterista repite: “No manches, yo decía, no manches estoy tocando con Juior Klan”.
Max heredó el gusto por la música de su padre, quien es integrante del grupo Pasión Kumbiera.De hecho, Max toca con ellos desde hace varios meses por lo que se puede decir que ya es un baterista profesional… ¡y famoso!
“Después de que toqué con Junior Klan, las mamás de mis compañeros luego me dicen: te volviste famoso, regálanos un autógrafo o una foto”.
Y Max se los concede porque “para el público lo que pide”. Aunque apenas tiene 13 años, está seguro de lo que quiere como destino: ser música durante toda su vida y sentir una y otra vez lo mismo que sintió cuando tocó la batería con Junior Klan.
“Es una alegría que no puedo explicar, en mi corazón sentí mucha felicidad porque sentía que mis abuelitos me estaban viendo desde arriba”.
Sus abuelitos, sobra decirlo, fueron motor de su sueño de ser baterista porque siempre le decían: “nunca te des por vencido”.
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