COMUNIDAD LGBTIQ+

Un bar llamado El Nueve fue válvula de escape para jóvenes en los 70’s y 80’s

La Silla Rota conversó con quien fuera el administrador del sitio que es recordado como un lugar a favor de la diversidad sexual. En el establecimiento se escuchaba música de vanguardia y se bailó slam por primera vez en México

Créditos: Armando Cristeto Patiño
Escrito en YO SOI TU el

En un contexto en donde los homosexuales eran exhibidos en medios impresos sensacionalistas, El Nueve representó una válvula de escapé para los jóvenes de los años 70’s y 80’s, quienes sufrieron la represión del moviendo estudiantil de 1968, la matanza del “Jueves de Corpus” en 1971 y la prohibición de conciertos masivos. 

Una de las asistentes a los eventos que se organizaban en el establecimiento fue la exdirectora del Fondo de Cultura Económica (FCE), Consuelo Sáizar Guerrero, quien ha dicho que el establecimiento abrió la vida hacia la libertad.

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En entrevista para La Silla Rota el administrador de El Nueve, Henri Donnadieu, explicó que al abrir el bar nunca imaginó la leyenda que se iba a construir y expresó que, aunque la serie Tengo que morir todas las noches no refleja la vida cultural que se vivó en el establecimiento, porque es una ficción dirigida al público joven, le agradó el homenaje que le hicieron en la última escena y el video que aparece del noveno aniversario, que fue el 23 de enero de 1986. 

“Nadie se metía drogas dentro de El Nueve. Si consumían cocaína, lo hacían de manera muy discreta en el baño, pero la droga no circulaba en el bar”, dijo Henri Donnadieu.

Cuando era niño le producía miedo dormir porque pensaba que jamás iba a despertar, fobia que superó con los años. En su época de estudiante universitario solía faltar a los seminarios magistrales porque visitaba sitios donde se ligaban a inmigrantes árabes por las noches, en París. 

Archivo Henri Donnadieu

Teatro de lo ridículo  

Durante la década de los 80´s las agendas de Henri Donnadieu se fueron llenando de cruces porque la mayoría de sus amigos murieron a causa del Síndrome de Inmunodeficiencia Adquirida (SIDA). Entre ellos estaba el maquillista Jean Jacques, quien al enterarse que portaba el virus cayó en una depresión. 

Un día después del terremoto del 19 de septiembre de 1985, el amigo de Henri se enteró que era seropositivo y para animarlo creó la Kitsch Company, grupo de actuación que tenía como influencia el Ridiculous Theatrical Company del director y actor neoyorquino Charles Ludlam.

Para las obras que se estrenaban cada miércoles, Jean Jacques y el peluquero Cristian Mercklen caracterizaban de manera extravagante a Jaime Vite, Miguel Ángel de la Cueva, Tito Vasconcelos y Alejandra Bogue. Las escenografías estaban a cargo de Ramón Sánchez, “Mongo”.

Una de las presentaciones más populares fue la interpretación del cuadro Les Demoiselles d’ Avignon, de Pablo Picasso; en el performance, Miguel Ángel de la Cueva representa a una trabajadora sexual sufrida, Jaime Vite a una prostituta abnegada y Alejandra Bogue a una mujer sin prejuicios. 

Archivo Henri Donnadieu

En el video que Luis Mercado grabó para la obra, Alejandra Bogue explica que la obra refleja la doble moral y los estigmas que existe en la sociedad mexicana sobre el trabajo sexual. 

Cuando Henri Donnadieu tenía 14 años conoció a Pablo Picasso porque una de sus vecinas, quien tenía una editorial comunista, le pidió que cuidara el stand donde ofrecían los ejemplares del libro “Toros y toreros” -que trata sobre la vida del pintor- en el Festival de Cannes.

“Tuve la suerte de que llegó Pablo Picasso y me felicitó. Yo muy joven y muy despierto y el muy grande. Conocer a Pablo Picasso a mi edad, fue lo máximo que me podía pasar en la vida. Siempre me encantó Pablo Picasso, soy muy fan de su obra”, recordó Henri Donnadieu. 

De jueves a domingo, en compañía de dos pericos y un cigarro de marihuana con goma de opio, Henri Donnadieu se encerraba en su casa para escribir el guion de las obras, que desde el mediodía del lunes comenzaban a ensayar. Por esta carga de trabajo, solía decir: “tengo que morir todas las noches y renacer al siguiente día”. 

Andy Warhol en El Nueve 

Henri Donnadieu viajaba con frecuencia a Nueva York para conseguir música de vanguardia, temas que, después de un año de escucharse en el bar, eran populares en todo México. En uno de esas vistas, el diseñador de modas, Victor Suárez, le presento a Andy Warhol

El administrador de El Nueve recuerda que, aunque el artista plástico era un sujeto serio, se hicieron amigos porque le gustaba que todo el mundo se diera cuenta que podía conversar con él en francés.

Para adornar El Metal, discoteca que sería la más grande de Latinoamérica y que sólo estuvo abierta 4 días, al artista plástico le compró los cuadros de la serie Dancing Shoes; además, lo contempló para que fuera el padrino del establecimiento, pero murió el 22 de febrero de 1987, antes de que concluyera la construcción del inmueble. 

Días después del fallecimiento, el artista plástico y fundador del colectivo Peyote y la Compañía, Adolfo Patiño, participó en un homenaje que El Nueve hizo a la memoria de Andy Warhol, donde Jaime Vite se caracterizó de Marilyn Monroe y Ángel de la Cueva de Liza Minnelli

Armando Cristeto Patiño 

De acuerdo con la crónica de Guillermo Osorno, Tengo que morir todas las noches, el homenaje consistió en un altar de muertos con la fotografía de Andy Warhol que le hizo Gerard Malanga, junto a la imagen estaba el retrato que el artista plástico hizo de Marilyn Monroe y una versión de La Mona Lisa, el evento lo fotografió Armando Cristeto Patiño.  

“Existe un video de esa noche. Carla Rippey aparece colocando flores alrededor de las imágenes que están montadas sobre el escenario. Adolfo Patiño, vestido con una camisa negra, echa flores al piso. Este video tiene una edición profesional y juega con cortes y repeticiones para sincronizar la imagen con la música de The Velvet Underground”, escribió Guillermo Osorno. 

 

Copas de champagne y slam en El Nueve 

El Nueve es recordado como un sitio a favor de la diversidad sexual y por la hospitalidad de Henri Donnadieu. Durante los meses del cine club, a los asistentes les regalaba una copa de champagne para que disfrutaran la proyección. 

En aquellas funciones se exhibieron películas de John Waters, el documental de Néstor Almendros y Orlando Jiménez Leal, Conducta impropia, que evidencia la violación a los derechos humanos que padecieron los homosexuales en campos de concentración. También se proyectó la historia del activista y político de San Francisco Harvey Milk.

Sin embargo, fue clausurado porque Henri Donnadieu presentó la película Yo te saludo, María, obra que fue censurada por el gobierno mexicano y que causó disgusto cuando a nivel internacional se publicó un cable en donde se informaba que el administrador de El Nueve vencía a la iglesia católica. 

A mediados de los años 80´s Casino Shanghai fue la primera agrupación que se presentó en el bar, la banda estaba conformada por Ulalume Zavala, Charlie Robledo y Walter Schmidt, quienes mediante sintetizadores crearon un sonido que Guillermo Osorno llamó techno pop. 

 

En México comenzaban a ser populares las bandas que surgieron durante la movida española y, al notar que los jóvenes no contaban con espacios para tocar, Henri Donnadieu, junto con Mongo y el periodista cultural Rogelio Villareal -quien presentó las revistas La Regla Rota y La Pus moderna en El Nueve-, organizaron cada jueves eventos de música en vivo, tocadas donde se bailó slam por primera vez en el país. 

En el escenario del bar se hicieron famosos La Maldita Vecindad, agrupación que dedicó su primer disco a El Nueve, Café Tacvba, Ritmo Peligroso, Las insólitas imágenes de Aurora, Santa Sabina, entre otras, pero también fue un sitio abierto para bandas de punk de la periferia de la Ciudad de México.

Diversión y cultura 

Henri y Manolo Fernández reabrieron El Nueve, cuya inauguración fue el 23 de enero de 1977. El establecimiento de dos cuartos de 50 metros cuadrados se encontraba en la calle de Londres 156 de la colonia Juárez. En aquellos días, pensaba que en la Ciudad de México no existía homofobia y percibía a la capital del país como si fuera París, Londres o Berlín.

Para graduarse de la licenciatura de Ciencias Políticas, Henri Donnadieu hizo una tesis relacionada con la preservación y la promoción cultural en Grenoble, Francia, proyecto que fue dirigido por el escritor André Malraux, en la conclusión de su investigación propuso que la gente llegaría al conocimiento si se le daba diversión. 

Tiempo después, cuando estuvo al frente de El Nueve, pensó que la diversión iba a perdurar si a los asistentes se les ofrecía cultura y, aunque era un sitio de esencia gay, bajo la consigna de respeto se generó una mezcla extraordinaria. 

En el 2000, Henri Donnadieu regresó a París como representante de una coproducción franco mexicana, para la puesta en escena, llevó a marimberos de Veracruz y a Lila Downs, en aquella visita también se exhibieron videos de la Kitsch Company que fascinaron a los asistentes. 

Archivo Henri Donnadieu

Al dar un discurso para presentar las grabaciones, que ahora son resguardados en el acervo filmográfico de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), expresó que, aunque había nacido en Francia, era mexicano porque el país le abrió los brazos y, al decir lo siento por ustedes, la gente comenzó a aplaudirle.

En la actualidad, concibe a la Ciudad de México como pionera en la legislación a favor de la diversidad sexual, pero piensa que la sociedad sigue siendo machista y religiosa, aspecto que se refleja en las personas que han muerto de SIDA por el rechazo de su familia y la sociedad. 

Para revivir las noches que se vivieron en El Nueve, el Museo Universitario del Chopo muestra una serie de fotos, videos e invitaciones de las bandas que se presentaban en el establecimiento, la muestra estará hasta el 18 de agosto del 2024. 

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