En el Centro Histórico de la Ciudad de México puedes encontrar una gran variedadde establecimientos especializados, desde comida, bebidas hasta vestidos, herramientas, zapatos y mochilas; muchos de estos locales tienen una gran historia que comenzó desde finales del siglo XIX o principios del siglo XX, donde gracias al sueño de un hombre o una familia es cómo lograron ser testigos de los grandes cambios del país.
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Con anterioridad, te hemos mencionado de la camisería, la taquería, la tortería, la cantina, el restaurante, la zapatería, entre muchos más; la gran mayoría de estos espacios siguen existiendo y son una muestra de la perseverancia, el talento y el reconocimiento que han obtenido por parte de sus clientes quienes han sido fieles desde hace décadas.
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Ahora, te platicáremos de la ferretería, un negocio que ha existido desde hace varios siglos, cuya función principal es la venta de artículos y objetos para la agricultura, la carpintería o la reparación del hogar, oficios que nacieron épocas atrás, que con el tiempo fueron incorporando la venta de otros materiales ideales para la reparación de espacios.
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¿Cuál es la historia detrás de la ferretería más vieja de la capital?
De acuerdo con historiadores, cronistas y aficionados de la ciudad, la ferretería más antigua de la CDMX es la Casa Boker, fundada en 1865 por el empresario alemán Roberto Boker, quien vio en este edificio la oportunidad de colocar un negocio especializado en la compra-venta de productos importados.
La historia de esta ferretería es digna de contarse en la pantalla grande. Roberto Boker llegó a México cuando el país estaba dividido en dos gobiernos, por un lado, la monarquía de Maximiliano de Habsburgo y por el otro, la república de Benito Juárez. Esto le ayudó a introducir varios artículos de Estados Unidos para la venta en territorio nacional; uno de ellos fue la máquina de coser.
Poco a poco y debido a la demanda de productos por parte de sus clientes, fueron incorporando una gran cantidad de artículos, objetos y materiales a su catálogo, desde carros a vapor hasta herramienta manual para la agricultura y la carpintería. Fue así como Casa Baker se convirtió en una de las ferreterías más conocidas de la capital.
Costó alrededor de 1.5 millones de pesos de oro que este edificio viera esta construcción. Durante muchos años, en el primer piso podías encontrar los utensilios de cocina, lámparas y bienes de cuero. En el segundo piso había muebles para oficina, así como los accesorios de arte; mientras que para el último y tercer piso se hallaban las máquinas agrícolas.
Algo que destaca este edificio de la mayoría que está en el Centro Histórico no solamente es su arquitectura, sino también el origen de sus materiales, donde puedes descubrir que provinieron de Estados Unidos, Alemania, Italia y Bélgica, por mencionar algunos, además de ser uno de los primeros establecimientos en contar con luz eléctrica.
Sin embargo, no todo ha sido felicidad para Casa Baker. En 1975 fue víctima de un terrible incendio que sucedió dentro de sus instalaciones, provocando que el fuego se llevara varias décadas de historia y tuviera que ser remodelado; un año después, en 1976 se alquiló una parte a la empresa Sanborns para que construyeran un restaurante.
Actualmente, Casa Baker se encuentra con las puertas abiertas para recibir a los amantes de la construcción con su gran variedad de materiales y artículos. Está ubicada en la Avenida 16 de septiembre 58 en el Centro Histórico de la Ciudad de México.