El duelo es un proceso el cual todos los seres humanos vamos a vivir en algún momento de la vida; aunque en un principio es difícil de aceptar, poco a poco la persona irá aceptando y teniendo paz interior. Esto es un sentimiento que el cineasta Poncho Pineda decidió plasmar en su más reciente proyecto, Todavía conmigo.
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En este largometraje nos cuenta la historia de Daniel, que tras el fallecimiento de su esposa, Mariana decide hacer un recorrido en moto de Tijuana a La Paz, con el único propósito de esparcir las cenizas de su esposa.
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"No quiere ni siquiera empezar un duelo y, por lo tanto, empieza a tener conversaciones con ella, en su cabeza, pero tiene la necesidad de seguir comunicándose con ella porque no puede seguir adelante", explica el director.
Un mensaje poderoso
Pineda explica que uno de los principales propósitos del largometraje es justamente que el espectador analice junto con el protagonista por qué cuesta decir adiós, despedirnos de la persona, seguir adelante con nuestra vida y ver las diferentes etapas del duelo.
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Tanto ha sido el impacto, que el cineasta mexicano confiesa que tras proyectarse en un festival de cine en Estados Unidos, una persona del público se acercó a contarle que llevaba seis años desde el fallecimiento de su esposo que no se quería sentir nada hasta que vio el filme en la pantalla grande.
"Y a mí me paralizó, me enchinó la piel y ahí podríamos resumir un poco la razón de hacerla… Todos tenemos la posibilidad de pasar por un duelo, pero muchas veces no lo queremos hacer, no tenemos el tiempo, lo taponeamos emocionalmente".
Esta película ayudó a que Poncho Pineda pudiera hacer su propio duelo y una catarsis en su vida, ya que confiesa que recientemente había perdido a sus padres y a una tía que consideraba como su segunda madre.
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"La edición fue difícil": Poncho Pineda
Uno de los procesos cinematográficos en el que el director debe estar presente es la edición. Esto fue algo complicado para Poncho Pineda, quien confesó que al ser muy emotiva la cinta, no dejó de llorar cada que la veía con su equipo, debido a que cada escena tenía un impacto dentro de la historia, pero debía borrar unas cuantas para que el ritmo fuera más dinámico.
"Aunque cada vez que veía el corte yo lloraba y me afectaba, también creo que una catarsis muy importante era poder ver la película y verla y verla y volver a llorar y sentir algo diferente cada vez que la veía y al mismo tiempo de repente decir ‘ok, ahora seamos objetivos, ¿cómo contamos la mejor historia?’".
El primer corte tenía una duración de dos horas con cuarenta minutos, pero, al decidir que escenas quedaban y cuáles se iban, hicieron que solamente durara una hora con cuarenta minutos, es decir, le quitaron una hora. "Esa hora nos costó sudor, lágrimas".
Todavía conmigo aún no tiene fecha de estreno para la pantalla grande; sin embargo, Poncho es optimista señalando que una vez que acaba su tour de festivales, alguna plataforma de streaming podrá recibirla en su aplicación.