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“Es un deporte, no es algo sensual", Marina, con 64 años, practica pole fitness en Veracruz

Desde hace seis años Mariana de 64 años inició a practicar el pole fitness el que desde 2019 ya es considerado un deporte por la CONADE, el cual mejora la fuerza, flexibilidad, inteligencia espacial y el autoestima de cada practicante

“Es un deporte, no es algo sensual', Marina, con 64 años, practica pole fitness desde hace 6 años en Veracruz
Deporte.“Es un deporte, no es algo sensual", Marina, con 64 años, practica pole fitness desde hace 6 años en VeracruzCréditos: Mara Lopez
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VERACRUZ, VER.- “¿Le bailas a tu marido?”, le preguntan a Marina imaginándola con tacones y música sensual de fondo cada vez que saben que ella, una mujer de 64 años, practica pole fitness. “¡No!”, responde entre risas, “es un pole deportivo, lo que menos hace una es bailarle al marido”. 

Marina Domínguez no baila en el tubo, tampoco usa tacones ni realiza movimientos eróticos durante sus clases de pole fitness. Ella y cinco compañeras suyas, practican descalzas el pole fitness: un deporte centrado en la técnica y el entrenamiento físico. 

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Aunque el objetivo de Marina es mejorar la fuerza, la flexibilidad y la resistencia, también reconoce que el pole fitness le ha traído un evidente mejoramiento en su coordinación y habilidad mental.  

El pole sport un estilo más atlético y enfocado en la competencia donde los competidores son juzgados por sus movimientos y “trucos” en la barra, y el pole fitness, más centrado en la técnica y en el entrenamiento físico, son considerados un deporte desde 2019 por la Comisión Nacional de Cultura Física y Deporte (CONADE). 

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Sin embargo, en 2010 se creó la Federación Mexicana de Pole Sports (FEMEXPOLE) debido al auge que tuvo en el país en los años anteriores. Actualmente, diversas federaciones y asociaciones buscan que el pole sport sea reconocido por el Comité Olímpico Internacional para que, eventualmente, forme parte de los Juegos Olímpicos

Un deporte desgastante

La preparación para subir a la barra de acero de dos metros de largo comienza con un calentamiento breve. De a poco, la intensidad del ejercicio prepara la parte inferior, el abdomen y la parte superior del cuerpo de Marina para ensayar la primera figura de su entrenamiento. 

Su cuerpo, con algunos moretones, se tensa en la mayoría de los músculos para poder agarrarse y empezar a darle fricción al tubo: una técnica utilizada para que, una vez arriba, sea fácil moverse.  

Con alcohol etílico, un trapo y algunas pasadas, el tubo está listo para que Marina se suba. “Se ve fácil, pero no lo es. Implica mucha fuerza de los brazos y de las piernas”, explica sonriente.

Marina, en total, ha practicado el pole fitness durante seis años, aunque su primer acercamiento fue hace poco más de una década gracias a unos amigos colombianos. Recién lesionada de las rodillas y con la instrucción de no regresar al gimnasio para evitar los deportes de alto impacto, Marina decidió ir a una clase muestra de pole

En ella, descubrió que no había zapatillas y un deporte que resultó apasionarla. “Hace unos 10 o 15 años la gente no lo tomaba como un deporte. Habrá personas que me podrán decir ‘ay, haciendo eso a su edad’, ¡pero yo me siento tan bien!”, platica. 

A Marina nunca le han importado las críticas. Sin embargo, reconoce que las más duras las ha recibido de las mujeres de su edad, no de su esposo, hijos y nietos.  

“Yo me reúno con mis compañeras de mi edad. Muchas ya están enfermas, son diabéticas, hipertensas, tienen sobrepeso y al principio no lo ven bien, pero ahora ya lo ven muy normal”, cuenta Marina

Según explica, del deporte disfruta la convivencia, el aprendizaje constante y lo bien que le hace a su memoria como una mujer de la tercera edad, además de que ve al pole fitness como un reto personal. Por ello, asegura, cuando tenga 75 años seguirá practicándolo. 

Los beneficios del pole fitness

Según explica Andrea Arenas, entrenadora de Marina y de otras cinco mujeres, el pole fitness es benéfico para todas las personas sin importar su edad. No es sólo la fuerza, elasticidad e inteligencia espacial las que mejoran, sino también el cambio repentino en la autoestima de cada practicante. 

Además, asegura que incluso es un deporte recomendado por especialistas para aquellas personas que tengan una hernia.  “Mi objetivo es que ellas puedan tener una vida plena, sin ayuda y con un movimiento completo en una edad más avanzada. Que ellas puedan ir a hacer el súper, que se paren de sus camas solas, que puedan hacer su propia comida, que se puedan valer por sí mismas”, explica sobre sus alumnas. 

Esther Bulgonguia, de 64 años, también practica pole fitness junto a Marina y la entrenadora Andrea en la academia Dance Fit Studio Pole Fitness del puerto de Veracruz

Orgullosa de su proceso, cuenta que para ella el pole fitness ha sido su mejor herramienta para superar la ansiedad y enfrentar sus problemas de salud física.  “Yo me sentía enferma, pero el ejercicio me ha ayudado mucho a sobreponerme. Es más ahorita ya no me acuerdo de la ansiedad”, dice con una sonrisa.

lm