VERACRUZ, VER.- El maestro Gallito –como lo conocen sus alumnos– nunca se imaginó como maestro. De niño quiso ser arquitecto y futbolista. De joven, literato. Sin embargo, debido a esos “caminos que se van abriendo” en la vida, Jose Luis Rogel Montalvo decidió ser académico y un poco más que eso. Tras 20 años de experiencia, también se convirtió en un amigo y apoyo para algunos estudiantes.
“Ven, aquí el periodista también escribe, redacta”, le dijo su amigo Fernando Mendoza, también académico de la Universidad Veracruzana (UV), para convencerlo de estudiar comunicación.
Y aunque Jose Luis Rogel Montalvo creyó haber encontrado su pasión en las relaciones públicas, las prácticas que formaron su perfil profesional fueron el periodismo y la docencia universitaria. Etapa en la que, dice, los estudiantes suelen requerir apoyo, ya que suelen estudiar y trabajar al mismo tiempo.
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Contexto: Día del Maestro en México y sus implicaciones
El Día del Maestro en México se celebra cada 15 de mayo. Esta fecha, festejada desde 1918 por decreto del entonces presidente Venustiano Carranza, fue implementada para reconocer la labor que realizan los docentes en el país.
En México, este día suele celebrarse con eventos escolares, homenajes, actividades e incluso regalos hacia los maestros. Para Rogel, ser facilitador –como se les conoce en la etapa universitaria– significa proximidad con los estudiantes y una nueva forma de aprender.
De acuerdo con la UNESCO, los maestros tienen un papel importante en la educación y en el desarrollo de la sociedad. Como “configuradores” del futuro, los docentes liberan el potencial de cada alumno, lo que a su vez ayuda a lograr una educación de calidad, inclusiva y equitativa.
Lo cual ha sido un reto constante para Rogel, especialmente después de la pandemia del Covid-19. La llegada de la inteligencia artificial (IA), así como la creación de nuevos programas de edición utilizados en la carrera de Ciencias de la Comunicación, en la que se desempeña como docente, ha intensificado el reto en su vida como docente.
“La pandemia vino a cambiar toda la dinámica, tanto para estudiantes como para académicos. Antes, pues, tal vez (la enseñanza) era un poco más cercana, desde el punto de vista de que convivíamos todo el tiempo. Después de la pandemia llegaron otras cosas, las tecnologías. Sobre todo, te vuelves más virtual”, explica.
Según explica, después de pasar por la nueva normalidad y regresar a lo más parecido a la “antigua normalidad”, los estudiantes se han vuelto más exigentes en cuanto a la forma de enseñar y a los temas abordados en clase.
Desde entonces, por ejemplo, la Universidad Veracruzana propició el uso de aplicaciones como Teams, Zoom y la plataforma Eminus 4 para la entrega de trabajos, actividades y exámenes.
“Ocurría una cosa muy interesante (durante la pandemia). Nos tocaba estar con 20 a 25 muchachos conectados y la gran mayoría apagaba la cámara, entonces tú, como profe, estabas hablando y hablando, y a veces participaba uno, dejaba de participar otro y era muy difícil estar con una pantalla con 25 cuadros negros”, recuerda.
Entonces, explica que la incomodidad y frustración se fusionaban sin que pudiera hacer algo más que recomendar encender la cámara. “Nada más oías la voz, a veces preguntabas y no te contestaban. ¿Y qué hacías tú? Nada más que tratar de seguir”.
Cámaras y micrófono: el acercamiento a los estudiantes
En contraste, su época como maestro durante la pandemia fue muy distinta a sus inicios en el año 2000. Con una sonrisa, recuerda que en aquel momento trabajaba como reportero en Telever y que, al llegar a la universidad, bajaba la cámara y el micrófono para evitar que estos fueran robados.
Pasear por el campus con estos aparatos y llevarlos hasta el salón era insólito para los estudiantes. Con los años, Rogel Montalvo se estableció como maestro para las experiencias educativas de Televisión y Video I, Taller de Comunicación Gráfica y Periodismo de Investigación.
En estas, de acuerdo con estudiantes, lo que destaca es la forma en que “el profe Gallito” se dirige hacia ellos. El respeto, la disciplina y la creatividad frente a las cámaras son cualidades por las que eligen sus clases con él.
Según explica Rogel, él siempre intenta tener un acercamiento con sus alumnos. Escucharlos y saludarlos dentro y fuera del campus no solo le gusta, sino que le hace feliz.
Con emoción, recuerda que su primer editor del noticiero que daba a las 6:30 de la mañana fue alumno suyo. Con el tiempo, la relación de trabajo con su exalumno Roberto Hernández se convirtió en amistad.
Cualidades transformadas
Debido a su gusto por la escritura, Rogel Montalvo quería estudiar Letras Españolas. Sin embargo, después de estudiar Ciencias y Técnicas de la Comunicación en la Universidad Veracruzana, encontró la forma de hacer lo que siempre supo: hablar en público.
Desde niño, recuerda, ha tenido esa cualidad de platicar con cualquier persona. Incluso, dice entre risas, de ser capaz de dar una cátedra católica. “Cuando tenía 14 años asistía a un grupo de oración de la Biblia (...) La maestra Ter, que en paz descanse, me pidió que hablara un poco del sermón que daba el padre, entonces me subí al Cristo y yo me puse a hablar, hasta que siento que tengo al padre a un lado y me dice ‘oye, eso lo tengo que decir yo’”.
Así que, admite: “Ese tema de conversar, de compartir, siempre me gustó, siempre me llamó la atención. Tal vez eso tenga que ver también con el tema del trabajo en la televisión o en los medios”.
Y eso, puntualiza, es lo que disfruta de la docencia: el compartir con los estudiantes. De quienes, de hecho, aprende nuevas perspectivas y formas de hacer las cosas. “Ellos viven en otra frecuencia. Nosotros ya estamos con más responsabilidades y los muchachos sí traen responsabilidades, pero siempre tienen otro estado de ánimo. Siempre andan más ligeros de equipaje”.
Por eso, dice, sus risas y sus murmullos suelen “cargarle la pila” en días estresantes, por lo que, a pesar de dedicarse a algo muy distinto a ser arquitecto o futbolista, está satisfecho y contento con su empleo.
