VERACRUZ, VER.- El Día del Niño y la Niña en México es una conmemoración que va más allá de los regalos y las sorpresas. Reconocerlos como sujetos de derechos, con sentimientos y pensamientos propios sobre el entorno que les rodea, es darles voz a quienes serán la futura generación de profesionistas en Veracruz.
Eso es el 30 de abril, una conmemoración para reconocer los derechos de los niños y niñas, y la importancia que tiene gozar de una infancia feliz. Sin embargo, cada 30 abril, lo que suele recordarse es su derecho a las actividades recreativas y a la felicidad.
Esto se debe a que, José Vasconcelos, secretario de Educación Pública en 1924, decía que cada escuela debía ser “un palacio con alma” para que los niños pobres, descalzos y hambrientos, vivieran en palacios las mejores horas de su vida y guardaran recuerdos luminosos.
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Desde entonces, las instituciones fueron exhortadas a festejar cada Día del Niño y de la Niña, así como a desarrollar actividades para la promoción de sus derechos y bienestar. Lo que, con el tiempo, llevó a que las infancias sean celebradas con regalos, festejos y actividades en lugar de priorizar el reconocimiento de sus derechos.
La invisibilización de las emociones y sentimientos de los niños y niñas
El adultocentrismo, de acuerdo con el Sistema Nacional de Protección de Niñas, Niños y Adolescentes, es la consideración de que las personas adultas son superiores sobre los pensamientos y sentimientos de las niñas, niños, adolescentes y jóvenes.
A menudo, adultos suelen pensar que los niños y las adolescencias no tienen idea de lo que ocurre a su alrededor. No escuchan sus opiniones ni profundizan en las dudas que desarrollan sobre cómo funciona la sociedad.
Por ello, dice Manuel de 13 años: “nosotros no todo el tiempo nos las pasamos en el teléfono así, tan solo viendo videos. Por ejemplo, yo luego veo información sobre cómo está mi lugar donde vivo, donde radico. Veo noticias o busco información en páginas de internet”.
De acuerdo con el Censo de Población y Vivienda del 2020 del INEGI, los niños en Veracruz de entre los 0 y 14 años, conforman más de la cuarta parte de la población del estado (26 por ciento), con 1,960,903 mil niños.
Entre las recomendaciones que emite el Sistema Nacional de Protección de Niñas, Niños y Adolescentes para superar el adultocentrismo, se encuentra la identificación de que su participación es una oportunidad de diálogo, el tomar en cuenta sus opiniones sin verlas como una falta de respeto o como una amenaza a la autoridad en la casa o en la escuela, el involucrarles en las dediciones, el escuchar sus opiniones y valorar sus aportes.
Por ello, La Silla Rota entrevistó a 10 niños y niñas de Veracruz para conocer sus percepciones, miedos y preocupaciones sobre su entorno inmediato. Algunos, incluso, mostraron interés por temas que ocurren a nivel nacional, como el peligro de extinción que enfrentan diversas especies o lo bajo que se encuentra el salario mínimo.
Sin embargo, los temas que invaden las preocupaciones de los niños y niñas, se focalizaron en 4 puntos: inseguridad, limpieza pública, baches y medio ambiente. Esto fue lo que opinaron:
Inseguridad: impedimento en Veracruz para desarrollar una infancia tranquila
“A mí no me dejan salir después de las 6. Me han dicho que no salga más noche porque si no luego me roban y pues, me espanto”, dice Eduardo, un niño de 10 años. Así como él, a Dominique, de 11 años, le han explicado que es inseguro que los niños permanezcan en la calle después de que caiga la noche.
De acuerdo con una consulta realizada al Registro Nacional de Personas Desaparecidas y no Localizadas en 2024, entre el 1 de diciembre de 2018 y el 19 de septiembre de 2024, en Veracruz se registraron 2 mil 236 menores de entre 1 y 17 años como desaparecidos.
De estos, mil 967 fueron localizados. 19 fueron hallados sin vida como víctimas de homicidio o feminicidio; mientras que, hasta el 29 de septiembre de 2024, 269 de los menores de edad que fueron reportados como desaparecidos, aún no habían sido localizados.
Mientras que Eduardo y Dominique continúan en los juegos del parque Cri-Cri, con sudor en la frente y una sonrisa en sus rostros, sus madres los vigilan desde una banca a dos metros de distancia.
“A los niños les preocupa no poder salir a jugar por la inseguridad que hay. Ahora sí, que dijeran, estar al pendiente de ellos porque pues tantas cosas que pasan en estos tiempos que ya no están seguros en ningún lado”, dicen sus madres.
Y con esta opinión, aunque enfocada en la existencia de algún accidente, concuerda Ana María, madre de tres hijos. “Me preocupa que luego salgan en la noche, porque ha pasado mucho accidente. Ha habido casos que pues, luego motociclistas, carros, y pues ya no fácilmente pueden jugar”, explica.
El jueves 24 de abril, en la ciudad de Boca del Río, el pequeño Said murió atropellado por un motociclista, que presuntamente circulaba sin luces y a exceso de velocidad frente a su casa, en la colonia Venustiano Carranza.
Said tenía 4 años y murió de camino al hospital. El accidente ocurrió durante la noche, cuando el niño se encontraba enfrente de su casa jugando, como cada noche. Sin embargo, el presunto culpable se dio a la fuga.
Arón Alexander, de 9 años e hijo de Ana María, explica que su mamá además le menciona que existe el secuestro, lo que muchas veces los hace sentir asustados o tristes.
“Dicen que no podemos salir porque nos pueden robar, que no podemos salir luego porque a veces roban muchos niños y luego nos pasa algo malo y ya no podemos ver a nuestros padres”.
Medio ambiente: animales en peligro de extinción, perros y gatos
Lo que más le gusta a Arón, son las tortugas que están en el Zoológico Miguel Ángel de Quevedo. Pero lo que menos le gusta a María, de 12, a Alison, de 8 y a Jhonny, también de 8 años, es la forma en que los animales son tratados.
A María, lo que más le preocupa es el peligro en el que se encuentran los ajolotes y las ballenas. Según explica, ve muchas noticias e información de internet en donde alertan sobre estos, ya que su hábitat está en riesgo y, en el caso de las ballenas, aparecen muertas a las orillas de las playas.
Para Alison, una niña de 8 años que sueña con ser veterinaria, el principal problema de Veracruz son los animales callejeros y cómo estos son tratados por las personas. “Hay perros callejeros y hay gente mala que no les da de comer, que no les da refugio”, explica mientras está en un columpio".
Según explica su abuela, si por Alison fuera, ella recogiera a cada animal abandonado y lo llevaría a su casa. Con pena, Alison admite que cada vez que observa un gato o un perro abandonado, se acerca a acariciarlos ya que le gustan mucho.
El maltrato animal, definido como cualquier acto que cause dolor innecesario o estrés a los animales, ya sea como la negligencia en los cuidados básicos, hasta la tortura, mutilación o muerte intencionada, es común en Veracruz.
A pesar de que este ya está tipificado en el código penal del estado, este permanece impune ya que sólo se han logrado dos órdenes de aprehensión contra infractores a pesar de las denuncias presentadas en la Fiscalía General del Estado (FGE).
De acuerdo con Tania Arenas, abogada ambientalista, el problema radica en que no existe colaboración -ni informes ministeriales- por parte de la Policía Ministerial de la zona centro para resolver los casos denunciados.
Problema de basura en Veracruz afecta a animales y a personas
De acuerdo con Jhonny, un niño de 8 años, la basura puede también ser perjudicial para los animales domésticos o para las ardillas, ya que, en caso de tratarse de cristales o plástico, los animales pueden tomarlos y herirse en sus patas o en otras partes del cuerpo.
“Me preocupa que no tengan para comer, que se lastimen o se entierren vidrios. Dicen mis papás que les pudiéramos ayudar limpiando, quitando los vidrios o dejándoles comida”.
Para Josgar, de 10 años, el problema de la basura que ve de forma diaria en los parques y en las calles de Veracruz, radica en que esta puede terminar en el mar y contaminarlo.
“Veo muchas botellas tiradas en la calle, me preocupa porque luego va hacia el mar y lo ensucia. El agua se empieza a poner negra y puede eliminar a todos los peces”, explica.
Para Manuel, de 13 años y quien dijo al principio que los niños también tienen preocupaciones, explica que ve su escuela y los parques de la ciudad “muy sucios”. Aunque él quisiera levantar cada basura que ve, e incluso comenzar con la recolecta de latas para llevarlas a un punto de reciclaje, poco puede hacer sin el apoyo de su familia.
“La contaminación podría afectarnos a que haya un cambio climático. Hay mucha basura y en algunas superficies se crea como moho o óxido”, apunta.
Baches y el futuro para cuando sean adultos
Sobre esta línea, Manuel explica que otra de sus preocupaciones se enfoca en la economía de México y, principalmente, en los bajos salarios de Veracruz. “También la economía está muy baja, o sea, los salarios no son los adecuados. Yo opino”.
Según la Encuesta Nacional sobre Salud Financiera (ENSAFI) 2024 del INEGI, en el estado de Veracruz se necesita un ingreso mensual de 14,600 pesos para tener una vida digna, cantidad que difiere con el ingreso obtenido por una persona que gana el salario mínimo vigente del país, que es de 278.80 pesos diarios.
Juan Pablo es otro menor de 13 años que, con preocupación, expresa que le da miedo que, por un bache de su colonia, él y su mamá sufran un accidente vehicular.
“Siempre que paso con mi mamá casi casi nos volamos la llanta y casi todo el carro. Me preocupa que la llanta se explote y choquemos”, dice preocupado. Aunque su mamá le ha dicho que la mala condición de las calles en su colonia se debe a que el ayuntamiento no les presta atención, él hace un llamado:
“Me gustaría que el gobierno tome en cuenta cada rincón de la ciudad”.
LM
