VERACRUZ, VER.- Marcos toma una carretilla, sube dos bocinas y corre con ellas 3.6 kilómetros sobre el bulevar de Boca del Río mientras reproduce rock and roll a todo volumen. En lugar de audífonos, el entrenador de 58 años lleva un mensaje claro con la carretilla: “si una persona de la tercera edad puede, no nada más corriendo sino cargando algo, entonces tú también puedes”.
Tenis, short, una camisa y el soporte para su teléfono es lo que utiliza el entrenador recién apodado “maestro Roshi” para correr. Con una sonrisa y paso firme, Marcos Cabrera busca que jóvenes, adultos y personas de la tercera edad “se levanten del sillón” y decidan mejorar su calidad de vida a través de un mensaje que, dice, no puede darse de otra forma.
“No es lo mismo que yo haga un deporte con audífonos a que lo haga con una carretilla. Va a ser algo más impactante para la gente que todavía está en un sofá, en un colchón que todavía no se decide en su lucha contra la depresión o mil demonios”.
Te podría interesar
Hace cinco años que lo intenta, pero recientemente su método comenzó a atraer personas luego de que conocidos subieran sus vídeos corriendo a redes sociales.
“La gente ha entendido el mensaje, la gente ha entendido lo que quiero decir sin hablar. Me ven y ven a una persona de la tercera edad corriendo, y es un mensaje sin decir nada. El mensaje es ¡muévete!, deja el colchón, el ‘no puedo’ y cámbialo un poco. Mira, sí se puede”, explica.
Ahora, son entre 80 y 90 personas quienes corren junto a la carretilla tres veces por semana. Mientras que algunos sólo quieren la compañía, otros acuden por el reto que representa correr con los 20 kilos extra.
Aunque para los más experimentados, el reto aumenta. Para aquellos competidores, Marcos suma otros 20 kilos con dos placas de fierro para que pongan a prueba su resistencia física. “Al principio no pesa porque arrancas, pero lo pesado es la distancia”, asegura sonriente.
También lee: Zoé, gimnasta veracruzana, sueña con participar en Panamericano de Gimnasia para atletas con Síndrome de Down
Una vida en el fitness
Marcos desde siempre se sintió atraído al mundo del fitness. La inquietud le nació cuando salía de la primaria, cuando tenía 12 años. Sin embargo, su primer acercamiento fue al baile.
De a poco, las certificaciones y talleres relacionados al fitness llegaron durante sus veintes, cuando los aeróbicos eran tendencia. Con el tiempo, viajó a Guadalajara, México, otras ciudades e incluso a Estados Unidos para impartir clases de step flow fitness.
El step flow es una actividad física asociada con el aeróbic que mezcla baile y una serie de ejercicios sobre una plataforma elevada en la que Marcos se especializó. Según recuerda, llegó a ser un referente nacional en esta actividad gracias a sus vídeos en YouTube.
Cuando finalmente decidió establecerse, Marcos abrió un gimnasio en Tijuana. Allí entrenó a mujeres que, finalmente, se hicieron madres e inculcaron a sus hijos el deporte, algo que lo enorgullece hasta hoy.
También lee: “Es un deporte, no es algo sensual", Marina, con 64 años, practica pole fitness en Veracruz
Sin embargo, el proyecto llegó a su fin tras 15 años de operación debido a la pandemia del COVID-19. Fue entonces cuando regresó a Boca del Río, Veracruz, hace cinco años.
Compartir la carretilla: adrenalina pura
El fitness le permitió a Marcos ser un padre presente y darles educación universitaria a sus hijos. Pero, también, le dio gratitud. Saberse independiente y fuerte a los 58 años, es la razón que lo llevó a querer que otras personas iniciaran gratuitamente en el mundo del acondicionamiento físico.
La idea de correr con una carretilla en mano llegó de Freddy, un amigo de Tijuana. Durante los medios maratones decidieron incluirla y turnarla, mientras continúan corriendo, para agregarle emoción.
“Cuando corres con la carretilla es otra cosa. La gente cuando me ve dice: oiga, ¿qué tiene?, ¿está dañado? Pero yo mismo no me siento igual cuando corro sin carretilla, cuando corro sin carretilla no me siento completo”, admite.
También lee: Una mujer sin límites: Xóchilt Romero, entrenadora con ceguera de básquet y voleibol infantil
Explica que ser visto y compartir la carretilla con las demás personas es bonito, incluso maravilloso ya que, dice, se crea una conexión que, de hecho, se ha visto reflejada en su popularidad y en sus redes sociales, en donde las personas lo animan a continuar y le admiten que les interesaría acompañarlo.
Marcos Cabrera aparece en todas sus redes como Step Flow. Ahí, dice, cualquier persona que deseé cambiar su estilo de vida y salir a correr tres veces a la semana con una carretilla, puede comunicarse con él.
Mientras tanto, Marcos continuará con su carretilla hasta que su cuerpo le dicte un alto.
lm
