VERACRUZ, VER. - Un camino empinado de terracería y con maleza alrededor, conduce al Gimnasio de box Tomás "Gusano" Rojas. Hace 12 años la leyenda del boxeo veracruzano abrió este lugar en la colonia popular La Pochota, donde ahora entrenan jóvenes y niños que, inspirados por su ídolo, buscan alcanzar la fama mundial y otros lo ven como una opción para alejarse de las drogas.
Este sitio es el refugio para 25 jóvenes provenientes de distintas colonias de la periferia y de otras partes del estado que cada día suben al cuadrilátero para entrenar y forjar su futuro en el box. Aquí son liderados por Fortino Rojas Gómez, hermano de Tomás y quien dirige el lugar.
“Mi carnal salió de aquí, de La Pochota, él creció aquí. Entonces él dijo que, si él salió adelante siendo de la colonia, pues decidió hacer un gimnasio que sea para la gente humilde, pobre, porque todo mundo se enfoca a Costa de Oro o más allá. Entonces que mejor que aquí, donde hay hambre, hay que buscar a la gente del barrio, sacar a la gente de las drogadicciones y todas esas cosas”, comenta Fortino.
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La Pochota es una colonia que se encuentra en la zona poniente de la ciudad de Veracruz, en alguna de sus calles todavía sin pavimentar, corren aguas negras debido a la falta de drenaje. En medio de este lugar se construyó el gimnasio de boxeo; dentro del inmueble sus paredes son tapizadas de lonas con la imagen de Tomás “Gusano” Rojas, de los campeonatos que ganó y junto con otras figuras del boxeo mexicano y de la política veracruzana, como el exgobernador priista, Fidel Herrera Beltrán y el líder ferrocarrilero, Víctor Flores.
Fortino cuenta que su hermano y toda su familia crecieron en este lugar, por lo que le guardan un cariño especial, al igual que a la gente que aquí vive. Tomás “El Gusano” Rojas, fue tres veces campeón mundial de peso Supermosca del Consejo Mundial de Boxeo (CMB), el primer campeonato lo obtuvo en el 2009, le siguieron 2010 y en el 2011. Esto hizo que su popularidad en el barrio y en todo México creciera, por lo que años más tarde y como una manera de seguir con su legado decidió fundar su gimnasio, cuenta su hermano.
“Hemos tenido bastantes chavos que tomaban alcohol y se drogaban, les empezamos a dar clases y poco a poco, les fue costando, pero poco a poco se fueron abriendo de esos vicios y ahorita están muy metidos en el gimnasio”, cuenta Fortino.
Jairo, volvió al boxeo luego de estar en rehabilitación
Sobre el cuadrilátero 7 hombres y jóvenes realizan su entrenamiento, entre ellos está Jairo Pineda Castro, de 27 años de edad, él vive en la colonia Predio 4, también en la periferia de la ciudad. El boxeador fue uno de los primeros chicos que llegaron al gimnasio a entrenar cuando solo era un niño.
En este lugar estuvo hasta los 20 años, durante todo ese tiempo logró obtener distintos campeonatos; en el 2014 ganó el Guante de Oro, para el 2016 obtuvo el Campeonato Jarocho. Después de probar suerte en el boxeo, las malas compañías hicieron que se alejara de este deporte, lo que le ocasionó un problema de drogadicción.
“A los 20 años fue cuando las malas influencias llegaron, me conocieron y por mi mala cabeza y no hacerle caso a mi entrenador, pise el mundo de las drogas. Fueron 5 años los que yo estuve ahí. Fue muy difícil para mí admitir que yo estaba dentro de las drogas, yo no quería reconocer eso, con el tiempo dejé de entrenar”, explica.
En esos 5 años Jairo perdió a su familia, dejó de ver a su hija, comenzó a robar y vender sus cosas parar conseguir dinero y así comprar la sustancia que consumía, hasta que sus familiares lo anexaron. Estuvo 5 meses en rehabilitación, al salir volvió al boxeo, con el temor de no ser aceptado, pero con las ganas de regresar al ring.
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“Ahorita tengo un año y medio entrenando constantemente. Yo tenía muchos nervios porque pensé que no me iban a tratar igual que antes, pero fue muy emocionante estar en el anexo y pensar que saliendo iba a pedir otra oportunidad, yo soñaba con venir y ahora estoy muy emocionado, tengo cinturones, medallas. De enero para acá hice dos campeonatos, me coroné campeón relámpago, 7 medallas y apenas debuté profesionalmente”, cuenta emocionado Jairo.
En su colonia también quiso replicar el ejemplo del “Gusano” Rojas y fundó su gimnasio, ahí entrena a niños y niñas que, como él, tienen las mismas ganas de destacar en el mundo del Box, pero que no cuentan con las oportunidades para ir a un lugar a practicar.
“Tengo que echarle muchas ganas, también tengo un gimnasio en el predio, muy humilde, ahí van algunos morritos que les inculco el no estar en la esquina drogándose, los motivo, soy su motivación eso es lo que también me da fuerza para venir todos los días”.
12 años de formar a futuros campeones del boxeo veracruzano
Desde el día que el gimnasio abrió sus puertas, la respuesta de la gente fue positiva, a partir de entonces no solo entrenan jóvenes y niños, también adultos que acuden a cuidar su salud y prevenir enfermedades.
Aunque muchas personas solo llegan de forma esporádica, hay otros que toman este deporte con seriedad y con la meta de obtener un campeonato mundial. Con orgullo, Fortino dice que, durante más de una década, en este lugar se han formado muchos campeones y futuros boxeadores profesionales, gracias a la experiencia de su hermano.
“Hemos sacado bastantes chavos, tanto amateurs muy buenos, profesionales. Cuando mi hermano era campeón del mundo llegamos a tener 9 peleadores profesionales y todos llegaron a pelear en una sola cartelera, era algo impresionante”, agrega.
Con el paso de los años algunos se retiraron de box, pero otra nueva generación llegó con las mismas ansias de destacar, actualmente destacan Jonathan “El Tachi” Rojas, campeón nacional, Mauricio Castro, Jairo Pineda, Alessandro Aria y Leonardo Casares, que debutaron de manera profesional.
Así como ellos hay otra generación que viene con las mismas ganas e intensidad en el boxeo jarocho, con la experiencia de Tomás y Fortino y gracias a las redes sociales, tienen la facilidad de darse conocer.
MB