VERACRUZ, VER.- En los últimos 5 años, 12 tiendas chinas se han colocado en las avenidas comerciales más importantes –llamadas así por el historiador Ricardo Cañas Montalvo– de la ciudad de Veracruz: Independencia y 5 de Mayo.
Desde la calle Melchor Ocampo hasta Aquiles Serdán, negocios que venden productos importados desde China han utilizado locales que, debido al abandono que experimenta el Centro Histórico desde 1980, permanecían vacíos y ocupados de forma intermitente hasta su establecimiento.
Aunque reconoce que su llegada ha generado una reactivación económica en la zona, también explica que, al comprar estos productos importados, se ha dado cuenta que son desechables después de dos meses.
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Sobre la calle Hernán Cortés y ubicada al lado de La Parisina, en un puesto de lámina y rejas blancas se encuentra María Juana Uruña, una mujer de 62 años dedicada al comercio que da testimonio de cómo la llegada masiva de productos chinos, baratos y desechables al centro de Veracruz, ha disminuido las ventas de su familia.
Una realidad que, de acuerdo con Tomás Méndez Valerio, presidente de la Cámara Nacional de Comercio y Turismo (Canaco Servytur), afecta a los comerciantes veracruzanos hasta un 25 por ciento debido a la competencia desleal que realizan por sus precios bajos y artículos de mala calidad.
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Comercio chino: una realidad histórica
De acuerdo con Ricardo Cañas, el comercio chino en Veracruz data de finales del siglo XIX e inicios del siglo XX, cuando Benjamín Mak llegó al puerto en 1882 para fundar “La Mariposa”, un establecimiento “que vendía de todo”.
Entre vajillas, perfumes, chalinas y figuras de marfil –algunas traídas de Europa – que se vendían sobre lo que hoy es la calle Aquiles Serdán, se encontraba el primer gran comerciante chino en Veracruz, quien explica Ricardo, llegó desde Cuba con un buen español.
Luego, en la década de 1990, explica Ricardo Cañas que llegó una “ola intermedia de chinos”, quienes invirtieron en buffets de comida, donde también vendían materia prima de los platillos, en el centro de Veracruz.
Uno de los que más recuerda el historiador –porque aún existe el restaurante, pero en otra ubicación y con otro dueño– es el Mind Faid, el cual se ubicó en la avenida General Prim hasta hace 10 años.
El éxito de este tipo de negocios, describe, se debió a que “en Veracruz no había nada (...) el máximo restaurante que había era La Parroquia, Sears, Salinas y Rocha, Blanco y Chedrahui, que era muy local”.
A diferencia de “los antiguos chinos”, como él llama a los migrantes que llegaron hace 30 años, los “nuevos chinos” –migrantes que llegaron al puerto de Veracruz hace aproximadamente 10 años– colocan tiendas de artículos importados.
Tiendas chinas: un nuevo sistema de comercio que afecta a los veracruzanos
Desde la calle Ignacio López Rayón hasta Aquiles Serdán, sobre la avenida Independencia, La Silla Rota contabilizó 4 tiendas chinas que abrieron este 2024; estas son:
Casa Global, ubicada sobre Independencia casi esquina Melchor Ocampo. Abrió hace aproximadamente tres meses. En un principio era atendida por personas chinas; ahora, tienen al menos 5 trabajadores mexicanos.
Homemall, ubicada sobre Independencia entre Esteban Morales y Mariano Arista. Abrió hace un año y cuenta con una tarjeta VIP para aquellos que realicen compras superiores a los mil 500 pesos. En esta atiende personal mexicano y chino. No aceptan pagos con tarjeta.
Gangabox, ubicada sobre Independencia entre Melchor Ocampo y Francisco Canal. Abrió este 2024; es atendida por personal mexicano y no aceptan pagos con tarjeta.
Heping, ubicada sobre Independencia esquina Aquiles Serdán. Abrió en el año y no aceptan pagos con tarjeta; es atendido por personal mexicano.
Sobre la avenida 5 de Mayo, desde la calle Aquiles Serdán hasta la calle Melchor Ocampo, La Silla Rota contabilizó 7 tiendas chinas; de estas, solo una tiene 5 años abierta. Las demás se inauguraron durante el 2024.
De acuerdo con María Juana Ureño, comerciante “de planta” colocada en el callejón Reforma y vendedora en época navideña sobre la calle Hernán Cortés desde 1987 –año desde que paga impuestos al gobierno– fue aproximadamente hace 3 o 4 años, a la par de la llegada masiva de tiendas chinas en el centro de Veracruz, que las ventas de ella y su familia bajaron consideradamente.
Debido a que ella está al costado del Mercado Hidalgo, su competencia no está en Independencia, sino en la gran tienda china que abrieron en donde estaba el Soriana Mercado, entonces ubicado en la calle Cortés esquina Vicente Guerrero.
Sentada en una silla de madera mientras mira su teléfono a la espera de una venta, María Juana, de 62 años, explica que, para estas fechas próximas al 24 de diciembre, ya debería tener menos de la mitad de su mercancía.
Son luces, estrellas, guirlandas, escarchas y flores de Nochebuena las que adornan y exhibe en su puesto provisional colocado sobre la calle Hernán Cortés desde el 27 de noviembre.
“Desde hace 30 años vendemos luces, todo el tiempo. Se supone que las luces eran, supuestamente, fayuca, pero vendíamos las luces de navidad que eran de mejor calidad, pero eran un poquito más caras. Ahorita la calidad de los chinos es menor, pero es un poquito más barato”, explica.
Con la voz aguardientosa por ofrecer años atrás a gritos su mercancía, María Juana explica que, como comerciantes de temporada y de aparatos electrónicos, se enfrentan a una competencia directa con las más de 30 tiendas de productos chinos que existen en el centro, de acuerdo con el reciente conteo realizado por la Canaco Servytur.
“Se invadió Ciudad de México de puro chino”, dice al contar que, en los meses de septiembre, octubre y noviembre, viaja cada año a la capital del país para surtirse de mercancía que, al final, compra en los almacenes chinos por su accesibilidad y precio.
“Antes comprábamos en Tepito, pero venían los federales y decían que era fayuca y nos quitaban la mercancía, porque supuestamente todo lo que vendíamos era de contrabando (...) a los chinos ya tengo 10 años comprándoles”.
María Juana Uruña a pesar de comprar sus luces navideñas en los almacenes chinos para revenderlas en el puerto, explica que el problema no está en que los almacenes chinos de Veracruz tengan precios más bajos que ella, sino, que el problema está en la cantidad y variedad de productos que ofrecen.
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“Sí nos afectó bastante, porque pues quiera o no, la gente que pasaba nos compraba aquí, y ahorita ya se va a la tienda de chinos que venden esto y otras cosas y ahí la gente pues ya va comprando. O sea, no iban a comprar luces, pero se compran una cosita y ya se compran luces y ya no compran aquí (...) las luces están 30 o 40 pesos más baratas”.
A diferencia de los años anteriores, explica, este 2024 ha sido el peor año de todos. “A estas fechas ya tuviéramos poquitas luces, pero todavía casi todos tenemos mucha luz. Antes no se podía ni caminar por el centro, en todo esto te empujaban y ahora no hay nadie”.
“Ellos vinieron a invadir”, sostiene, “nos dieron en la torre, metieron de todo. Venden gorros, escarcha, esferas”. Ante esto, explica que el único artículo que vende y el cual describe como una muestra de resistencia ante el comercio chino, son las escarchas Naviplastic, decoración navideña producida por una empresa mexicana.
“Yo no le compro escarcha a los chinos porque es muy fea (...) pero yo la doy a 10 pesos el metro y ellos te dan 3 metros por 20 pesos, ¿pues a quién cree que le compran la gente? (...) La escarcha que venden la jalas tantito y se revienta, pero esta no. Esta tiene un alambrito que las hace resistentes y muy bonitas", explica.
Las escarchas y luces, explica, la hace recordar aquellas esferas y estrellas navideñas que se realizaban artesanalmente con vidrio inflado en la Ciudad de México, las cuales describe como figuras bonitas, frágiles y brillosas. “Pero ahora ya no hay eso, ya todo lo que trajeron los chinos es puro plástico, que ‘nomás lo pones, ya se cayó, ya se rayó y lo tiras, y las otras esferas se guardaban y hasta se veían brillositas”.
Comerciante: un oficio de coraje
María Juana Ureño, molesta por sentir la indiferencia de las autoridades ante la llegada sin regulación de productos chinos y, además, por ser tratados como “los patitos feos del mercado” por realizar un comercio informal y ambulante, les pide a las autoridades:
“Ahora sí que, pos, la autoridad se fije en todos, no ‘nomás en nosotros. A nosotros siempre nos echan que estamos aquí como comerciantes ambulantes, pero vienen los chinos y pues nos afectamos uno al otro”.
“Luego dicen que los comerciantes damos muy barato porque vendemos cosas robadas, pero es mentira. Si fuera así, no estuviéramos cada año. Todo lo que vendemos aquí lo compramos con esfuerzo”, puesto que, sin saber leer ni escribir, María Juana Ureño les dio escolaridad básica a sus hijos.
mb