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Margarito y Gonzalo cantan a los fieles difuntos el Día de Muertos en panteón de Palo Verde

Los dos músicos recorren entre las tumbas, para llevar unas melodías a los familiares que visitan a sus difuntos. Tocan las canciones que les gustaban en vida y se ganan unas monedas

Tocan para recordar a los fallecidos
Músicos de Coatepec.Tocan para recordar a los fallecidosCréditos: Isabel Ortega
Escrito en VERACRUZ el

XALAPA, VER. - En medio del bullicio, risas y rezos, se escuchan las coplas de La Barca del Olvido. Margarito y Gonzalo, dos adultos mayores, son los responsables de entonarla, es un tributo para la residente de una de las tumbas del Panteón Palo Verde, en Xalapa, que recibió la visita de su esposo, hija y nietos.

Los adultos mayores son uno de los tantos duetos que este sábado 2 de noviembre visitaron el cementerio para dar serenata a quienes, en su última morada, recibieron la visita de familias completas.

En los pasillos del cementerio avanzan decenas de familias, llevan en mano ramos o cubetas de cempasúchil y rosas. Otras más optaron por coronas de papel, fomy y/o rehiletes. Algunos coinciden con sus parientes y envían saludos a los que no acudieron al camposanto. 

Otros grupos acudieron con alimentos preparados y pequeñas bocinas para amenizar la visita y la estancia en el lugar. Rodeando las tumbas degustaron de la comida, luego de limpiar los espacios que, por un año al menos, no recibían una manita de gato.

Margarito y Gonzalo son amigos desde hace una década. Desde esa época son compañeros de cantada, normalmente están en el centro de Xalapa, pero este sábado acudieron al panteón Palo Verde, donde aprovecharon para ganarse ingresos extra.

Margarito Ruiz, originario de Coatepec es un adulto de 60 años. Cuenta que cantar es su pasatiempo y desde hace 30 años, en sus ratos o días libres le gusta tocar su guitarra y entonar una o dos canciones.

Explica que este sábado es el primer día que acudieron al panteón, pero adelanta que irán de visita el domingo pues, como es fin de semana, seguramente se prolongarán las visitas de las familias que llevan flores a sus “muertos”.

“Venimos (al panteón) los días festivos como el día de la madre o el padre, o de los muertos. O en el centro nos ponemos a cantar, en la Plaza Lerdo. Tenemos como 10 años cantando juntos”, dice en entrevista con La Silla Rota.

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Margarito comenta que, aunque hay una buena afluencia en Palo Verde, no a todos les gusta que le canten a sus muertos, incluso, algunos acuden con bocinas o grabadoras para poner la música favorita de su familiar.

“Sí, hay gente, pero no a toda la gente le gusta la música. Vamos a estar hasta que cierre el panteón, llegamos a las nueve de la mañana. La situación está difícil, cada vez nos cuesta más que nos digan que sí (podemos cantar)."

Los precios de los duetos son variados, algunos cobran 40 pesos la canción, sin embargo, Margarito y Gonzalo ofrecen una canción por 30 pesos, dos por 50 pesos o tres por 70 pesos. La oferta les ha permitido tener más clientes que otros cantantes.

“Aquí los compañeros cobran 40 pesos por una canción o tres por 100. Nosotros cobramos a 30 la canción o dos por 50. Hoy no vinieron tantos, la mayoría se van al panteón de la avenida Xalapa, en donde hay más competencia”, confiesa.

El adulto comenta que dentro de su repertorio suelen cantar -en reiteradas ocasiones- Amor Eterno, Puños de Tierra, Cruz de Madera y la Barca del Olvido.

“Uno viene para ver qué cae, incluso, a veces estando aquí hay personas que nos piden que vayamos a cantar a sus casas”, cuenta el adulto mayor que confiesa no tiene claro cuánto va a ganar, pero servirá para llevar comida a casa.

De lunes a viernes, dice, tiene un trabajo fijo en un edificio de intendente; sin embargo, en sus ratos libres acude con su compañero a cantar al centro de Xalapa. Con clientes frecuentes, la gente suele ir a buscarlos para llevar serenata a domicilio, especialmente los fines de semana, “lo hago por hobby, no dependo de la música”.

Gonzalo Hernández, con 68 años, cuenta que desde hace una década acude al panteón con su compañero con quien toca la guitarra. Es originario de Naolinco, y aunque se dedica al campo, encontró en la música otra forma de vida.

En el caso de Gonzalo, dice, entre semana está en el centro de Xalapa en la Plaza Lerdo, o en la zona de restaurantes donde ofrece una o dos canciones a los comensales, lo que le permite ganar dinero cuando no es temporada de cosecha.

mb