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Geovanna sobrevive con 7,500 pesos al mes; la lucha de la clase baja en Veracruz

Pese a contar con carrera profesional, la falta de oferta laboral en Veracruz mantiene a Geovanna estancada en trabajos con salarios menores a los esperados por su preparación académica

Geovanna, profesionista en Veracruz.Créditos: Pexels
Escrito en VERACRUZ el

VERACRUZ, VER.- Geovanna Hermida, una mujer alta, de ojos grandes y de 30 años, explica que es licenciada en Mercados y Relaciones Internacionales; sin embargo, debido a que en Veracruz es complicado encontrar la especialización en segmentación de mercados a la que le gustaría dedicarse, sólo ha podido conseguir trabajos como promotora de ventas, donde ha ganado hasta 8 mil pesos mensuales.

"Contemplando que fue hace como 9 años, pues sí era mucho más de lo que ganaba. Ahora gano ponle que 7 mil 500 pesos", explica.

A pesar de que los indicadores del Inegi señalan que el salario promedio de la clase baja en la zona urbana es de 11 mil 394 pesos mensuales, con poco menos de la mitad Geo -como le dicen sus amigos- debe cubrir los gastos de su casa y los de su madre, una mujer de 60 años que depende completamente de ella.

La realidad de Geo es una que afronta el 64.8 por ciento de los hogares en el estado de Veracruz, según el estudio “Cuantificando a la Clase Media en México 2020”, elaborado por el Inegi.

Lo que convierte a Veracruz y a sus más de 8 millones de habitantes en el séptimo estado con mayor número de hogares en clase baja de México.

En dicho estudio se especifican los ingresos económicos que recibe cada una de las clases sociales en promedios mensuales en las zonas urbana y rural; donde la clase alta percibe ingresos de casi 78 mil pesos, la clase media de 22 mil 297 pesos y la clase baja de 11 mil 343 pesos.

Geo explica, entre algunas risas, que no sabe si su mamá vive con ella o al revés, ya que la casa pertenece a su madre desde la juventud. Sin embargo, nadie la habitó hasta hace 4 años, cuando ella llegó después de vivir con roomies.

Desde entonces, Geo se dedicó a comprar utensilios para su ahora hogar en el fraccionamiento Infonavit Las Brisas, desde donde viaja hasta su trabajo ubicado a media hora de distancia.

Debido a que su empleo le da únicamente un salario de 7 mil 500 pesos, seguro social y acceso a un crédito Infonavit -excluyendo las demás prestaciones que le corresponden por ley-, Geo vende ocasionalmente postres, cosméticos y/o utensilios del hogar para sustentar otras actividades, como los viajes organizados por la agrupación a la que pertenece.

De acuerdo con Carlos Quiroz, economista y catedrático de la Universidad Veracruzana, miles de personas suelen ganar mucho menos de los 11,349 pesos mensuales que delimita el INEGI como el salario promedio, incluidos entre ellos profesionistas como Geo, quien pudo acceder a prestaciones apenas hace dos años en la empresa donde labora hace nueve. Para él, esta situación se debe a diversos factores. 

“Llegas a los 60 y ya te quieren jubilar, no te dan trabajo, y los jóvenes que quieren trabajar tampoco lo encuentran. Es una situación que orilla a las situaciones de pobreza, porque en una familia de 4 o 5, trabajan si acaso 2 (personas), y los otros en edad de trabajar se quedan a realizar tareas en el hogar”. 

Si bien sus ingresos catalogan a Geovanna en clase baja, ella no es pobre. De acuerdo con el Coneval, las personas pobres son aquellas que tienen ingresos entre los 1,804 pesos en zonas rurales y 2,342 pesos en zonas urbanas. A diferencia de ellas, Geo tiene un trabajo estable que le permite cubrir sus necesidades básicas, aunque no sin preocupaciones.

“¿Qué determina la situación de pobreza de un municipio, de un estado? Pues los niveles de marginación adyacentes, como (el acceso a la) luz, agua potable, escuelas, alcantarillado, edad promedio...”, comenta, además, que debido a esos mismos factores se determina el presupuesto federal para las entidades. 

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Pertenecer a la clase baja no significa ser pobre

Para Geovanna Hermidapertenecer a la clase baja quizá no es tan marginal como se piensa, aunque sí es una calidad baja (de vida)”. 

El estudio “Cuantificando a la Clase Media en México 2020” del INEGI, justifica su investigación en “mostrar que aún sin tener una definición apriorística y consumada de lo que es la clase media es posible identificar qué tramo y magnitud del espectro social en México le podría corresponder”. 

En el 2014, por primera vez la Secretaría de Economía (SE) determinó el número y tipo de clases sociales que existían en México, las cuales se presentaron en el ACUERDO por el que se aprueba el Programa Nacional de Protección a los Derechos del Consumidor 2013-2018, publicado en el Diario Oficial de la Federación. 

Según esta publicación, que tenía la intención de proteger los derechos del consumidor, en el 2014 existían 3 clases sociales con dos grupos cada una, las cuales se determinaron de acuerdo con los perfiles de ocupación o actividad que desempeña dentro de la sociedad mexicana, sus ingresos económicos, su nivel cultural y, finalmente, sus pautas de comportamiento: la clase baja a baja y baja a alta; la clase media a baja y media a alta; y la clase alta a baja, y alta a alta, la cual es presentada por el 1 por ciento de la población mexicana. 

Sin embargo, en el estudio ya citado del INEGI, solo se clasifica tres clases sociales: la baja, media y alta, en donde el 64.8 por ciento de las viviendas del estado de Veracruz pertenecen a la clase baja con un salario promedio de 11,394 pesos.

Trabaja desde los 16 años

“No es como que tenga yo encasillado a alguien (de la clase baja)”, cuenta Geo. Sin embargo, agrega: “los demás a lo mejor piensan que ganamos lo que ganamos porque quizá no trabajamos lo suficiente, o quizá porque no le echamos ganas o porque no estudiamos cuando realmente sí estudiamos y trabajamos lo más que se pueda”. 

Además de ocasionalmente vender artículos y postres, Geovanna es una mujer que comenzó a trabajar desde sus 16 años como auxiliar de oficina.

“Mucha gente cree que no ganamos más porque no le echamos ganas”, recalca, ya que, así como ella, 1.6 millones de mexicanos trabajan más de 48 horas a la semana. 

Geovanna cuenta que lo menos que ha ganado como profesionista, han sido 4,500 pesos aproximadamente, en donde “salía libre” con apenas 500 pesos cuando solo eran sus gastos y los de su casa.

Ahora, al depender también su madre de ella, al tener más gastos y un sueldo superior, cuenta que ha podido ahorrar y organizar salidas mensuales, algo que no era posible para ella hace 4 años. 

De acuerdo con datos del INEGI, la clase baja en lo que menos gasta es en actividades de turismo, y en lo que más gasta suele ser en gasolina; porcentaje que no aplica para Geo ya que “lo que tengo ahorrado ni siquiera es la mitad de lo que necesito para un auto usado”. 

Para que Geovanna pueda tener esa cantidad de dinero ahorrado, mes con mes tiene que hacer ciertos sacrificios, como invertirle diversas horas de la semana a la preparación de la comida que se lleva al trabajo, donde pasa 9 horas diarias.  

“Para manejar el presupuesto que tengo necesito traer mi lonche y no comer comida en la calle, lo que conlleva a llevarme más horas del día, porque hay que ir a comprar las cosas, desinfectar la verdura y cocinar”. 

Hace dos años, Geo tuvo la oportunidad de tener un trabajo con mayor salario; propuesta que tuvo que rechazar ya que se encontraba a dos horas de distancia, lo que le quitaría tiempo para limpiar, cocinar y lavar, además de tiempo para realizar su hobby: cantar. 

“Me gustaría ganar unos 12 mil pesos mensuales, pienso que me daría un poco más de holgura al no estar presionada cada fin de mes –admite entre una risa entrecortada–, que quizá tuviera la oportunidad de salir de vacaciones, de renovar algunas cosas de la casa ya muy antiguas, y darme quizá el gusto de comprar ropa y zapatos más seguido”, admite.  

Sin embargo, aunque este salario le diera un poco más de tranquilidad económica a Geo, tampoco alcanzaría a pertenecer a la tan añorada clase media: una clase social que ni siquiera el INEGI puede definir por sus complicaciones socioeconómicas y culturales, donde en promedio las personas ganan 23 mil 451 pesos mensuales en la zona urbana.

mb