XALAPA, VER.- Rosana y César, estudiantes de licenciatura en Agroecología y Soberanía Alimentaria de la Universidad Veracruzana Intercultural (UVI), se sumaron a la manifestación que realizaron este jueves 24 de agosto en Xalapa estudiantes de maestría, doctorado y especialidad para exigir que se mantengan las becas del Consejo Nacional de Humanidades, Ciencias y Tecnologías (CONAHCyT).
Al igual que los estudiantes que participaron en la movilización, piden un apoyo económico para continuar su formación; sin embargo, en sus casos el reclamo no es directo al CONAHCyT, ya que buscan recibir los recursos federales de la beca del programa Jóvenes Escribiendo el Futuro, que otorga 2 mil 500 pesos mensuales por un periodo de 10 meses, y que ya se pagan en otras regiones del Estado.
Los dos jóvenes se sumaron al contingente que marchó por calles de Xalapa para exigir que se respeten las becas de CONAHCyT, pues al menos 500 estudiantes podrían suspender su formación profesional al no obtener el apoyo que van desde 12 mil hasta 19 mil pesos mensuales.
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Rosana explica que en su caso la beca de Jóvenes Escribiendo el Futuro del Sistema Único de Beneficiarios de Educación Superior (SUBES), les permitiría financiar parte de su formación educativa.
Las universidades interculturales, asegura, tienen una condición de “privilegio” o se encuentran por arriba del resto de las licenciaturas de la Universidad Veracruzana, para poder acceder a una beca del gobierno federal.
Sin embargo, en el caso de Xalapa, explica, existe la creencia de que los estudiantes que viven en la capital del Estado no requieren apoyo, pero muchos de los matriculados en la UVI son de municipios conurbados, lo que les obliga a pagar su transporte, y en el caso de su licenciatura, deben incluir los gastos de su comida.
La de licenciatura en Agroecología y Soberanía Alimentaria de la Universidad Veracruzana Intercultural (UVI) tiene clases desde las 8 de la mañana hasta las 4 de la tarde, lo que implica que estén en Xalapa más de 9 horas.
Además, como parte de la formación universitaria, deben realizar prácticas de una semana en regiones donde se empapan de las formas de cultivo y de los mecanismos o formas en la que los productores aplican fertilizantes.
“Tenemos entendido que ya se les dio la beca a las demás sedes, en grandes Montañas y Selvas, excepto a Xalapa. Lo que se nos explicó es que estamos bajo una modalidad mixta, por eso no nos dan beca; sin embargo, en Orizaba también es modalidad mixta y ellos ya tienen sus becas, no sabemos qué está pasando”.
La licenciatura en Agroecología y Soberanía Alimentaria de la Universidad Veracruzana Intercultural (UVI) en Xalapa va por su segunda generación en el periodo agosto 2023-julio 2024.
Rosana, con 38 años, está estudiando su segunda licenciatura, además de que ya tiene una maestría que cursó en el Conacyt, y destaca que en su nueva carrera deben estar en la facultad desde las 8 de la mañana a las 4 de la tarde.
Como parte de la formación, explica, deben ir a una semana a campo. Se apoyan de la experiencia de los agricultores para producir de manera natural, sin tanto químico, y les apoyan en su producción.
“Esa movilidad no es de voy y vengo, es de quedarse en el campo a hacer las prácticas. Es una semana de ir a los campos y no tenemos apoyos. Hay mucha disertación en la licenciatura, porque muchos trabajaban y estudiaban, pero, en los trabajos no te aceptan que te ausentes una semana”.
Ante ese escenario, algunos estudiantes se quedan sin trabajo y otros más se han dado de baja de la licenciatura. En la primera generación entraron 30 alumnos y actualmente, cursan solo 9 estudiantes, platica.
Explica que la mayoría de los alumnos matriculados en la Universidad Intercultural proviene de municipios cercanos a Xalapa como Xico, Jilotepec, Coatepec, Coyolillo que son cercanos a la capital, pero que el traslado les implica un costo de transporte público y comida.
“Se piensa que las becas no se otorgan por cierto privilegio de que estamos en la capital, en Xalapa, pero no es así, yo radico en Dos Ríos, municipio de Emiliano Zapata”, cuenta en una entrevista.
Debemos hacer labores del hogar, para pagar alimento y hospedaje
En la formación profesional, es primordial acudir a diferentes regiones agrícolas para conocer qué es lo que hacen los productores locales, eso les implica movilizarse por una semana completa al campo.
“Al principio todos íbamos al mismo sitio, por ejemplo, Coatepec. Llegamos a hacer un recorrido por toda la Cuenca del Actopan, esa semana, nos apoyaron con un autobús, pero nada más, la comida y el hospedaje corría por nuestra cuenta.
“Aun así, los estudiantes son bien entrones y hubo un chorro de convocatoria. Allá veíamos a dónde comer, porque ya nos habían dado el autobús”.
Después de eso, cuenta que los dividieron en equipos a y les fueron asignados comunidades cercanas a Xalapa, los maestros los ayudan a contactar a los productores, el resto es su responsabilidad.
“A mí me tocó Coyolillo, nos apoyan al contactarnos con productores. Lo que nosotros buscamos rescatar son los saberes tradicionales del campo, para dejar los productos tóxicos y usar la agroecología”.
En su formación profesional, dijo, los maestros los “conectan” con los productores, y en ocasiones los campesinos les ofrecen su casa para poder instalarse mientras realizan sus prácticas; ocasionalmente los invitan a comer, pues igual las condiciones económicas en algunas regiones son de pobreza.
“Ver a dónde te vas a quedar, qué vas a comer, eso es por tu cuenta, Yo salgo de Dos Ríos (Emiliano Zapata), y como ya no es Xalapa no te cobran estudiante. De Plaza Cristal me traslado a Coyolillo que cobra 25 pesos, y al rato es el regreso más la comida.
“Suena feo, pero la gente de las comunidades hace la caridad. Ellos se han venido a acercar a ti como estudiante, y la gente te dice; vente a comer (…) o quédate en mi casa. Y la forma en cómo podemos pagar es lavando los trastes, levantando la cocina, para agradecer a las familias”, platica a La Silla Rota.
Hay un grupo que les tocó ir a la comunidad del Paisano, hacia Perote. Ahí persiste la violencia y la gente es muy desconfiada y no les permiten ir a su casa, ni a comer ni a dormir.
La estudiante comenta que han recurrido a todas las instancias, y aunque se les ofreció incluirlos en el listado de becarios no reciben el apoyo económico que, para algunos estudiantes sería idóneo para continuar con sus estudios.
Rosana dice que su esposo trabaja, y se considera privilegiada, porque su pareja le financia la educación, pero hay muchas madres solteras, jóvenes de 18 años, “muchos se han ido. En nuestra generación entramos 30 y somos 20, pero estamos en el tercer semestre. En quinto semestre eran 30 y se quedaron 9, siguen esperando la beca”.
César es el segundo hijo de la familia que busca cursar una licenciatura
César, de 18 años, dice que la licenciatura es parte de su formación profesional. Su mamá es costurera y su papá, ocasionalmente, le da dinero para pagar su carrera. Es originario de San Marcos de León, una comunidad de Xico.
Tan solo de camiones paga 250 pesos a la semana y el monto podría ser mayor, pero el camina desde la terminad de los Sauces, ubicado a la entrada de Xalapa en los límites con Coatepec, hacia la zona UV, en la USBI.
“Normalmente me levantó a las 6, para estar en Xalapa a las 7 y media, y camino para llegar a la facultad”, dijo y mencionó que es el segundo hijo que está estudiando una licenciatura; sin embargo, su hermano abandonó la carrera.
mb