VERACRUZ, VER. - Dos niños corren a lo largo de la banqueta, sobre la calle Miguel Lerdo de Tejada en el cetro de la ciudad de Veracruz. Junto a ellos se encuentran 3 hombres y dos mujeres, quienes esperan sentados con maleta en mano poder ingresar a las oficinas del Instituto Nacional de Migración y obtener su permiso humanitario para permanecer un tiempo en el estado.
Ese grupo de personas es la familia de Lizbeth. Desde hace 2 meses salieron de Honduras con el sueño de buscar una mejor calidad de vida para sus hijos. Su propósito es llegar a Monterrey, Nuevo León pues aseguran que allá hay mejores condiciones laborales.
Desde hace 5 días se encuentran varados en la ciudad de Veracruz sin la posibilidad de moverse, ya que no tienen el dinero suficiente para poder comprar los boletos de autobús. Al igual que no pueden conseguir un empleo estable hasta que les otorguen el permiso humanitario para poder estar en el estado.
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Liz es de complexión robusta, tez clara y de pelo corto que sostiene con una liga para soportar el calor de Veracruz. Dice que desconocía la nueva iniciativa que el presidente de la República, Andrés Manuel López Obrador, anunció el pasado lunes 22 de mayo, la cual consiste en dar visas temporales de trabajo a migrantes centroamericanos para que trabajen en obras públicas del gobierno.
Aunque el presidente no dio detalles de qué países centroamericanos serían beneficiados con estas visas, mencionó que será enfocado a obras públicas del gobierno como podrían ser el Tren Maya, que conectará a la península de Yucatán en México, la refinería de Dos Bocas en Tabasco y el Corredor Interoceánico- Istmo de Tehuantepec.
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La hondureña asegura que para ellos no es viable esa iniciativa, pues lo que buscan es llegar a Monterrey, donde tienen conocidos quienes les contaron que en ese estado hay mejores sueldos. Por lo que ese permiso solo les podría permitir trabajar en estados donde se realizan las obras del gobierno, sin que puedan moverse a otros lugares.
“Monterrey es un estado que paga bien y todo. Hay más trabajo para establecerse formalmente y en estos pasos (Veracruz) no nos conviene, porque es menor el pago y el arrendamiento alto. Si fuera para poder transitar en cualquier estado sí, porque si uno no le gusta un estado o baja la economía, pues se mueve a otro a buscar un mejor trabajo, pero así te obligan a estar en un mismo lugar”, dice la mujer mientras amamanta a su hija de 2 años.
La familia afirma que lo mismo pasa con el permiso humanitario que ellos esperan, ya que este trámite solo es válido para el estado de Veracruz durante un año, sin que le permitan moverse a otros estados.
“Nosotros queremos quedarnos en México a trabajar, ahí en Monterrey. Nosotros no queremos ir a Estados Unidos, en Monterrey tenemos unos conocidos que nos han dicho que se gana bien y eso queremos, para darle una mejor calidad de vida a nuestros hijos, porque en Honduras está más difícil”, agrega Liz.
Su estadía en México
Lizbeth narra que llegar a la frontera de México no fue tan desgastante en comparación de las historias que tienen que vivir otros migrantes, donde cuenta, son extorsionados por las autoridades o tienen que caminar largos trayectos.
Lo que sí les ha resultado difícil es pagar su estadía en México, porque tienen a cargo a 4 menores de edad, quienes han padecido la larga espera en los estados del sur para poder llegar a Monterrey.
Antes de llegar a Veracruz estuvieron un mes en Palenque, Chiapas, donde trabajaron en cocinas económicas para poder ahorrar dinero y así pagar sus pasajes hasta el estado.
Mientras sostiene a su hija en brazos, bajo la sombra de un edificio, plática que durante el paso por la frontera de México la menor de 2 años y sus sobrinos se enfermaron de fiebre, vómito y diarrea, debido a que tienen las defensas bajas por no comer bien.
“Para ellos ha sido horrible, se han enfermado. Mi niña la tengo con desnutrición y anemia, se nos han enfermado bastante en el camino. Ahorita andan un poquito enfermos, porque han estado mal comidos”, comenta.
Actualmente no cuentan con un lugar donde vivir y duermen en los parques o refugios. El dinero que tenían ahorrado ya está por acabarse y requieren del permiso humanitario para conseguir empleo, mientras encuentran la manera de seguir su camino a Monterrey.
Salieron por pobreza y violencia en Honduras
Ellos viajaron en autobús, ya que salieron de Hondura como refugiados. Aunque la joven no quiere contar cuál fue la razón por la cual huyeron, asevera que fue por la violencia. Además de que actualmente el país enfrenta una crisis económica que obliga a sus habitantes a migrar.
El “Estudio de caracterización del desplazamiento interno por violencia en Honduras 2004-2018” indica que en Honduras al menos 247,000 personas fueron desplazadas por la violencia en el país.
“Las amenazas directas, los homicidios y las restricciones a la movilidad son los principales detonantes del desplazamiento. En el 48 por ciento de los casos las personas desplazadas identifican como perpetrador a las maras y pandillas”, señala el informe.
Mientras que un comunicado del Banco Mundial de Honduras actualizado por última vez en abril del 2023, muestra que la pandemia de la Covid-19 y los huracanes Eta e Iota, que azotaron a los hondureños en el 2020, impactaron la economía del país.
Lo que causó que el Producto Interno Bruto (PIB) disminuyera en 9 por ciento y la pobreza aumentó 8.2 puntos porcentuales. Estos fenómenos causaron que unas 400,000 personas perdieran sus trabajos y 70 por ciento de los hogares reportaron una caída en sus ingresos, según las encuestas telefónicas de alta frecuencia de la región del Banco Mundial.
Aunque el Banco Mundial de Honduras registró una reducción de la pobreza para el 2021, la inflación en 2022 limitó el progreso del país. Lizbeth afirma que la situación en su país no mejoró mucho, por lo que se vio en la necesidad de salir junto con su familia. Esperan poder encontrar un trabajo para después seguir su camino a Monterrey.
mb