VERACRUZ, VER.- Los rayos del sol se reflejan en la piel morena de Beto Martínez, con una playera mojada trata de cubrirse la espalda. Camina por la plancha de concreto del Paseo del Malecón, donde trabaja como “sacamonedas”, un oficio que a pesar de los años perdura en la ciudad de Veracruz.
Por más de dos décadas y media ha recorrido ese lugar con un short azul marino con franjas blancas y el torso desnudo. Los vientos y la baja temperatura que hace en la ciudad en el mes de noviembre, época donde los frentes fríos son más comunes, no es motivo para que el hombre de 50 años deje de trabajar.
Este martes 7 de noviembre, el viento le dio tregua y el sol le permitió llegar un poco más temprano al malecón para ganarse unas monedas de los turistas que pasean por la zona y que le lanzan al agua para que pueda arrojarse al mar con un clavado preciso y, en menos de un minuto, sacar esos 10 pesos que llevará a su familia.
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“Aquí estamos, aguantamos el frío. Una de dos; nos morimos de hambre o nos morimos de frío. A veces nos da gripa, dos o tres días y nos curamos y a seguirle”, dice.
De acuerdo con Beto, en este trabajo no importa si las condiciones del clima no se prestan para estar en el fondo del mar, es una actividad que tienen que hacer para llevar algo de dinero a sus hogares, además de que la mayoría son personas mayores que no tan fácilmente encuentran trabajo en otros lugares.
“Cuando los vientos no están muy fuertes, de 80 o 70 kilómetros todavía (venimos a trabajar), pero ya cuando esta de 120 de 130, pues ya no, porque el agua salpica para a fuera y corre al turismo”, agrega.
Buscan otros trabajos por mal tiempo
Cuando el norte supera los 130 kilómetros por hora, suspenden sus actividades. En algunas ocasiones hay temporadas que las rachas de viento se extienden por tres días y se ven obligados a buscar otros empleos temporales para mantener a sus familias.
También se dedica a la albañilería. Los días en los que no puede trabajar en el malecón, busca entre sus familiares trabajos pequeños para realizar hasta que las condiciones mejoren. También trabaja en la recolección de chatarrería.
No solo es en la temporada de nortes cuando dejan su trabajo del turismo por otros empleos, también es en las épocas bajas, cuando se ven en la necesidad de buscar otros oficios. En promedio un “sacamonedas” ganan entre 200 a 300 pesos al día, lo que aseguran les alcanza para mantener a su familia.
Son alrededor de 17 personas que trabajan en este oficio y que ya se encuentran registradas ante el ayuntamiento de Veracruz. Entre jóvenes y adultos de entre 50 años. Según Beto, todos tienen un uniforme que los representa, que es el short azul marino y una playera blanca, aunque esa prefiere no usarla porque se manchan.
El horario laboral de Beto es a partir del mediodía, aunque los lunes y martes a veces prefiere no venir, ya que asegura no son días buenos para ellos a comparación de los fines de semana que llegan más turistas.
“Por medio día o unas seis horas te puedes ganar 200 pesos y cuando hay turismo, puedes ganar hasta 300 pesos. A veces que hay que hacerle como el payaso, cualquier chiste y hacer reír al turista para que te echen una moneda y convencerlos”.
Gajes del oficio
Aunque son alrededor de 17 personas que trabajan como “sacamonedas” este martes solo se encuentra Beto y Benjamín, de 23 años, ya que los demás llegarán un poco más tarde o quizás hasta el siguiente día, cuando la afluencia de turistas sea más.
Benja tiene 8 años de ser “sacamonedas” y en ese tiempo también padeció las inclemencias del tiempo, la contaminación y pasar varias horas dentro del mar en búsqueda de la moneda que le arrojan los turistas.
“Es malo, cuando está el agua fría y te entra el frío en el cuerpo es malo. Te resfrías o te puede dar un calambre abajo, te puedes entumir y no alcanzar a salir. Entonces es lo que yo hago, salir, como los garrobos a tomar un poquito de sol y otra vez nos vamos al agua”, comenta Benjamín.
El joven menciona que no solo se arriesgan a tener un calambre dentro del agua, si no a otros factores como que ser picados por erizos de mar, al igual que a la contaminación que hay por las descargas y el aceite que botan los barcos, lo que a veces les suele provocar urticaria.
Aseguran que exponerse por varias horas a la salinidad del agua también les perjudica con el paso del tiempo en su visión.
“Estar a cada rato debajo del agua te castra la vista. A mí me pasa que en la noche ya no veo bien, veo borroso y sí hay mucha iluminación me lastima la vista. Por toda la sal, el salitre que hay en el agua, las toxinas”, agrega.
Su historia
No hay un registro histórico oficial de la fecha en que los “sacamonedas” se colocaron en el Paseo del Malecón, pero de acuerdo con lo que cuenta los más veteranos del lugar llevan ahí aproximadamente 83 años.
Esta tradición que forma parte de la identidad del puerto de Veracruz, nació por la necesidad de hombres como Beto y Benjamín para llevar a sus familias un ingreso extra que prevaleció hasta ahora.
En el caso de Beto, recuerda que sus inicios comenzaron a raíz de que no tenía empleo y requería llevar comida a su familia.
“Yo vine porque me quede sin chamba y trabajaba en la albañilería y vine a nadar un día y aquí me quede. Tenía como una semana que no había trabajado. Tenía tres hijos y pues había que llevar algo”, dice Beto.
En el caso de Benjamín, fue más por el gusto de nadar y ganarse unos pesos extras para su familia. Pero ambos mantienen viva la tradición de ser “sacamonedas” para los turistas que llegan y que al diario los graban para subirlos a redes sociales.
vtr