El reciente escándalo del huachicoleo fiscal desnuda una verdad incómoda: México padece una corrupción sistémica que corroe las bases del Estado. Con 555 empresas implicadas, ocho puertos usados como puertas de entrada del fraude y pérdidas estimadas en 170 mil millones de pesos anuales, no hablamos de simples irregularidades administrativas, sino de un fenómeno que exhibe la captura del aparato estatal por redes criminales. Alberto Capella. El Universal. 13/09/2025.
El termino huachicol fiscal fue acuñado por el periodista Ramón Alberto Garza García, director del portal Código Magenta, en Monterrey, N. L., cuando dio seguimiento al asesinato, en noviembre de 2021, de Sergio Carmona Angulo conocido como “el rey del huachicol”, en San Pedro Garza García. Ramón Alberto tuvo acceso a los teléfonos celulares de Carmona Angulo y ahí se nació la punta del iceberg, que culminó en días recientes con la detención de 14 personas, entre ellas marinos y exfuncionarios de aduanas relacionados con el contrabando de combustible.
Por huachicol fiscal, se entiende la comercialización e importación de combustibles, principalmente gasolina y diésel que se hace pasar por otro tipo de hidrocarburos para no pagar los impuestos correspondientes, principalmente el Impuesto Especial sobre Producción y Servicios (IEPS) y el de Valor Agregado (IVA).
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En el multimillonario negocio se comercializa la gasolina y diésel declarando productos exentos de impuestos al ser importados y comercializándolos en México como gasolina o diésel a precios de mercado mediante la red mencionada en el epígrafe.
Después de Ramón Alberto, otros periodistas han tocado el tema, entre los que destaca Carlos Loret de Mola.
Aquí surgen dos preguntas:
¿Se requirieron 46 meses para que las autoridades mexicanas tomaran las primeras acciones sobre este delito?
¿Fue coincidencia que la fecha de la detención de las 14 personas implicadas en el ilícito, coincidió puntualmente con la visita de Marco Rubio a México?
La triste realidad es que la Marina se encuentra en medio de un escándalo de corrupción con una poderosa red de tráfico de huachicol operada desde los más altos niveles durante el sexenio de Andrés Manuel López Obrador y los primeros meses de este. En el asunto hay ya todo un rosario de muertes. Héctor de Mauleón editorialista de El Universal, afirma que: “Un nuevo cártel surgió en aduanas y puertos durante el sexenio de López Obrador. El gobierno federal atribuye el rosario de muertes a otras causas. En la misma Marina hay otra idea: a los que conocen los detalles del escándalo del huachicol, alguien los anda callando”
Ramón Alberto Garza afirma que “Toda esa red corrupta y criminal fue posible con el beneplácito de los dos hombres de mayor confianza del entonces presidente Andrés Manuel López Obrador: Adán Augusto López y Audomaro Martínez.
De esas alianzas inconfesables emergió el ahora conocido como el Cártel de Tabasco, o el de las Cuatro A: Andrés Manuel, Andy, Adán Augusto y Audomaro. Si la Fiscalía General de la República de verdad quiere conocer a los verdaderos capos del huachicol fiscal y del huachicol diésel, que intensifiquen las investigaciones en torno a esos cuatro tabasqueños.
A esos cuatro nombres de prominentes tabasqueños solo tendrían que sumarse cuatro más: Manuel Bartlett, Ricardo Peralta Saucedo, Alejandro Esquer y Mario Delgado. Ellos acabarían por completar el “Cártel de los Ocho Magníficos”, los que idearon y operaron el esquema; los que controlaron las aduanas; los que traficaron con los combustibles; los que lograron enormes ganancias para sí mismos y para empoderar a su partido, Morena.”
Ramón Alberto extiende un reconocimiento a la presidenta Claudia Sheinbaum, quien está permitiendo que las cosas sucedan. Que no está protegiendo los ilícitos que son evidentes, pero, sobre todo, que está dejando que su hombre de confianza, Omar García Harfuch, opere en completa libertad.
A su vez, el prestigiado columnista de El Financiero Antonio Navalón aplaude también la actuación de García Harfuch.
“El régimen –en este caso identificado bajo las figuras de García Harfuch y de la propia presidenta Sheinbaum– no solo se juega su credibilidad frente al vecino incómodo, sino también su autoridad y capacidad de gobernar frente a los propios. Es decir, ya nadie podrá frenar que se llegue hasta la última consecuencia para terminar, de una vez por todas, con esta red de corrupción.
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Le guste o no, esté preparada o no, lo que es un hecho es que el proceso entró en una etapa de alta velocidad e impacto y no tiene punto de retorno. La presidenta debe saber que los enemigos internos —los más peligrosos, los que buscan preservar su linaje histórico y ahora cubrir sus crímenes— harán todo lo posible por aligerar responsabilidades. En ese juego – y dicho de otra manera – es evidente que Omar García Harfuch corre peligro.”
María Elena Morera, Presidenta de Causa en Común, afirma: que “Con el dinero que fue a parar a redes criminales se podrían haber construido 354 hospitales medianos, levantado 17,700 escuelas o financiado el tratamiento de 1.18 millones de niños con cáncer cada año. En lugar de eso, el dinero terminó en manos de funcionarios corruptos, empresarios cómplices y cárteles. Ese es el costo real del huachicol fiscal, no solo son recursos perdidos, son vidas y derechos arrebatados a los mexicanos.” El Universal. 13-09-2025
A manera de conclusión puede afirmarse que la Presidenta Claudia Sheinbaum, saldrá fortalecida de esta herencia de corrupción que le dejo su antecesor, en sus deseos de acaparar todo el poder y la Marina recuperará el prestigio que AMLO le arrebató al inmiscuirla en tareas que no le corresponden
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