Hace exactamente 20 días tuvimos el primer debate presidencial, para ser exactos el domingo 7 de abril. Un debate que, para la opinión pública, dejó mucho que desear, pues el escenario pintaba para un terreno muy hostil, con preguntas a modo para que, quienes afirman ser opositores del régimen obradorista, pudieran acabar con el discurso de la candidata morenista.
Corrupción, violencia y salud, fueron algunos de los temas que salieron a relucir en este primer careo de frente al 2 de junio y la candidata opositora, Xóchitl Gálvez, no pudo aprovechar para llevar contra las cuerdas a una candidata como Sheinbaum que su mejor estrategia fue evadir acusaciones y al puro estilo de su jefe, afirmar y desmentir con “otros datos”.
Es fundamental resaltar que el postdebate fue mucho más interesante que el debate per se, pues diversos actores de la política actual salieron a defender a su “gallo”, un claro ejemplo fue el propio presidente que además de salir y aplaudir la actuación de su pupila, también demostró descontento con su desempeño, pues en ningún momento defendió el gobierno que encabeza AMLO, tal y como lo comenté, Sheinbaum únicamente evadió acusaciones que claramente dejaban mal parado al gobierno del tabasqueño.
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Por otro lado, Xóchitl Gálvez se hizo sentir victoriosa, pero en realidad, su papel en el debate dejó mucho que desear y, si hablamos del postdebate, es más de lo mismo. Durante los días siguientes, se dedicó a compartir en redes sociales algunos fragmentos de su participación y tuvo diversos eventos. Xóchitl aún podía cuestionar la inacción de su rival, pero prefirió mantener ese mismo perfil que utilizó durante el debate.
Por parte del equipo “Fosfo fosfo”, tenemos a Jorge Álvarez Máynez, quien pareciera que mediáticamente fue el personaje al que le sentó mejor el debate, pues gracias a su sonrisa infinita y los memes, posicionó su imagen en redes sociales, permitiéndole capitalizar este canal de comunicación muy importante hoy en día para los candidatos. Su canción “Presidente Máynez” lo hizo catapultar entre la juventud, pasando de ser el candidato que pasaba desapercibido al más famoso en el mundo digital.
Este marco, un poco general, nos da la idea de cómo llegarán las candidatas y el candidato al segundo debate presidencial este domingo 28 de abril, pues mediáticamente ha sido muy diferente la percepción. Justo al terminar el debate algunas casas encuestadoras habían “registrado información” que daba por ganadora a Gálvez y la posicionaba como la candidata con mayor intención del voto, esto era una completa falacia, pues se demostró días después que los números no habían cambiado casi nada.
Un ejemplo de esto es la ultima medición realizada por “Barómetro Bloomberg”, con corte al pasado 14 de abril, posiciona a Sheinbaum con una intención del voto del 60%, Gálvez con un 32% y Máynez un 8%. Esta medición permite ver como cambió la intención del voto previo y post debate, dando como resultado que, luego de aquel careo del 7 de abril, Claudia creció dos puntos porcentuales, Máynez uno y Xóchitl perdió tres puntos. Como podemos ver, esos puntos perdidos por Gálvez, fueron divididos entre sus adversarios. Al final de cuentas, la más afectada postdebate fue la ex senadora panista.
Así mismo, la casa encuestadora “Mitofsky”, en marzo de 2024, contabilizaba una preferencia de 50.5% para Sheinbaum, 28.8% para Gálvez y un 4.8% para Jorge, post debate, en abril de 2024 (el levantamiento se realizó del 10 al 13 de abril), los porcentajes son de 51.4%, 26.7% y 9.3%, respectivamente. Aquí, podemos ver que el que llega mejor parado es Máynez, pues casi duplicó su intención del voto.
Haciendo zoom... a este escenario que nos espera. Realmente este debate será muy diferente al pasado, ya que se dice que serán menos preguntas y otorgarán más tiempo a que puedan hablar los candidatos. Esperemos que esto nos regale un mejor escenario, uno de propuestas, de diferencias, de incomodar al rival, de hacerlo responder por la falta de medicina, de seguridad, la presencia de la corrupción en todos los niveles. También, esperemos a que se defiendan con argumentos no evadiendo, que nos regalen un buen debate, no solo un intercambio de formas de pensar y de datos. Al final de cuentas, los tres candidatos llegan muy parecido a como fue el primer debate, con una pequeña diferencia, que ya no queremos la misma puesta en escena que nos dieron hace tres semanas.
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