"Para que el lugar de la Utopía, que, por definición, está en Ninguna Parte,
esté en alguna parte..." Fernando Birri.
Al leer, el domingo pasado la columna de Rosario Robles en "El Universal" a la que llamó “Un gigante con pies de barro” por algún motivo me recordó una visita que hice hace 15 años a la Escuela Internacional de Cine y TV de San Antonio de los Baños (EICTV), que está considerada como una de las instituciones más importantes de su tipo en el mundo.
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Fundada el 15 de diciembre de 1986, como se detalla en la fotografía que me permito anexar, fue inaugurada por el Comandante Fidel Castro, quien estuvo acompañado por Gabriel García Márquez y Fernando Birri (su primer director), entre otras personalidades. En esa ocasión me tocó acompañar a mi comandante Castro, me comentó orgulloso, uno de los guardias especiales que tenía asignado en esa época, Fidel Castro.
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En su columna, Rosario Robles no deja títere con cabeza con relación a la llamada 4T, critica desde la violencia que prevalece en el país, la corrupción sin límite del gobierno hasta el mal papel que realizan los gobernadores de Morena. Concluye Robles su columna afirmando que México es un país en llamas. De ahí el título de esta columna.
La historia de Robles en la política es criticable, por decir lo menos, baste recordar sus acuerdos con Carlos Ahumada y los problemas que causo al PRD cuando fue su dirigente. A eso hay que sumar su papel estelar en La Estafa Maestra durante la presidencia de Peña Nieto, cuando parecía que estaba recomponiendo su carrera política.
Revisar el expediente de Rosario Robles, al ser la única funcionaria de alto nivel bajo proceso por la estafa maestra, y que permaneció más de tres años en prisión, conduciría seguramente a una venganza política del grupo que se encuentra en el poder. La lucha por conservar el poder de la 4T será a morir, hay que conservar el poder a como de lugar. A COMO DE LUGAR.
La simpatía con Rosario Robles es porque pertenecemos a la generación que vivió la utopía de 1968.
El sueño de los jóvenes fue la de mejorar las condiciones de la sociedad, lograr una sociedad igualitaria. Por esta situación cuando visité Cuba, me involucré con la población, viví con los cubanos, viajé en el transporte colectivo (Guagua) y platiqué ampliamente con ellos.
En mi diario de campo con la fotografía siguiente anoté: Parte de la libreta de “Control de Productos Alimenticios” que cada núcleo familiar cubano tiene y que al parecer no ha cambiado, ni en su formato, desde el triunfo de la revolución hace más de 50 años y a la que puede llamarse con más propiedad “Libreta de Racionamiento”. Es uno de los grandes absurdos que arrastra el socialismo tropical de Cuba, una asignatura pendiente, entre muchas otras, que debe resolverse a la brevedad.
La siguiente fotografía de la misma época muestra que el estado de conservación de los edificios (que es representativo de por lo menos el 75 por ciento de los inmuebles en La Habana) y el modelo del automóvil, la forma de vestir de la gente y las condiciones del negocio que aparece al fondo a la derecha, indicadores todos que pueden generalizarse, muestran que algunas estadísticas oficiales sobre la economía de Cuba pudieran estar sobrestimadas.
Hoy, en la portada de Milenio, aparece la siguiente frase “Ya no me pertenezco…y el pueblo gobernará”: Claudia.
Concluyo con dos apuntes.
Lo que me confío un joven cubano de 32 años del que logré captar su confianza. Estoy seguro de que en algún momento cercano me suicidaré porque la forma en que se vive aquí es muy difícil. Varios de mis familiares ya lo hicieron, mi mamá, un hermano y una tía.
Y con la reflexión de Jesús Silva Herzog Márquez en La Casa de la Contradicción. 2021. Taurus. pág. 32.
“Bajo el totalitarismo se vive una tentativa de fijar de una vez y para siempre los fines y los principios de la sociedad, apropiarse y condensar en un núcleo el poder, la ley y el conocimiento.
Lefort recuerda en su ensayo sobre la lógica totalitaria una terrible línea de Trotsky. Frente a la práctica de Stalín la expresión de Luis XIV es casi una fórmula liberal. Al decir "el Estado soy yo", el rey se identificaba solo en el poder político. El totalitarismo no se conforma con eso. A diferencia del Rey Sol, Stalin puede decir con todo derecho La sociedad soy yo.”
Sabemos hacia donde vamos si se permite que la 4T siga incendiando al país.
ch