OPINIÓN

El lado oscuro de los celos

Tinta y tinte de una mujer

Créditos: Valeria Aime Tannos Díaz
Escrito en VERACRUZ el

Esta semana he estado pensando en los celos por las implicaciones que ese sentimiento, según muchas personas tan inocuo, ha teñido en tantas vidas. Parece ser un sentimiento tan noble, o valioso, que siempre existe gente dispuesta a argumentar su naturalidad, o beneficio. 

Incluso hay quien reconoce, no solo sentirse halagado al descubrirse como objeto de celos, sino que necesitan ser objeto de celo. Parece lógico: algo es valioso en tanto que otros también lo deseen. ¿no? 

Primero entendamos de qué hablamos cuando hablamos de celos. Para el Diccionario del Español de México el celo es el “Impulso extremo hacia el cuidado de algo apreciado o querido, y dedicación que ello produce” o el “sentimiento de sospecha y posesión, que despierta el amor egoísta hacia otra persona” 

Es curioso que la primera acepción del celo se refiera a algo “apreciado o querido” mientras que la segunda acepción hable de un “amor egoísta”. Pienso en aquella famosa frase del filósofo Slavoj Zizek: “Para mí el amor es un acto extremadamente violento que significa: selecciono a alguien y le digo 'te amo más que a cualquier cosa'”

Al respecto, la encuesta “El mexicano y los celos” elaborada por Mitofsky dice que el 37% de los mexicanos consideran que las mujeres son más celosas, mientras que el 29% piensa que los hombres son más celosos. Un tercio de la población cree que ambos son igual de celosos.

El estudio dice, además, que los mexicanos se perciben como poco celosos: el 61% se considera muy poco celoso. Solo un 20% se ve a sí mismo como muy celoso. En temas más concretos, sin embargo, las cosas cambian: Solo 1 de cada 4 personas aceptaría que su pareja tuviera una relación de amistad con una expareja

Una tercera parte de los mexicanos declaró haber tenido algún problema con su pareja a causa de los celos. El 41% de los encuestados dijo haber tenido que decir mentiras para evitar un “conflicto de celos”. En suma, pareciera que ese noble sentimiento, llevado al extremo, deviene en problemas. 

Dejando de lado un poco lo técnico y adentrándome más a una opinión personal, me gustaría recalcar que los celos en su esencia son peligrosos. Se vuelven más peligrosos cuando no tenemos un control y dejamos ir el sentimiento en lugar de pensar fríamente. 

Por lo menos una vez en la vida todos los hemos sentido y todos hemos actuado en consecuencia de ese sentir, pero ¿te has preguntado cuales serían los peores escenarios si no sabemos controlarlos? Ese sentir podría llevarnos a la posesión de una persona e incluso a la muerte

Un caso muy particular de este tema es el de una mujer tiktoker de Perú que fue asesinada por su esposo, en su propia casa, estando su hijo en la habitación de junto. El asesino (su esposo) declara que la razón por la que la mató fue por un tema de celos incontrolados. 

Hoy en día el pequeño hijo vive en la misma casa donde fue asesinada su madre con los abuelos paternos, y no es el que el asesino sea un monstruo o tenga alguna enfermedad mental; era un simple esposo que sintió celos y no pudo controlarlos. No es un caso aislado ni en Perú, ni en México. 

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Recordemos el video icónico del gobernador de Nuevo León, Samuel García, en el 2020, cuando en una videollamada le dijo a su esposa que bajara la pierna porque ella únicamente debía enseñarlas para él, cabe mencionar que ambos estaban muy entretenidos comiendo. Ese comentario no era parte del escenario. 

En ese momento el video se hizo viral e incluso muchas personas llegaron a tomarlo como objeto de burla, la mayoría de identificó con Samuel dándole la razón en que “a nadie le gusta que otras personas vean a sus mujeres”, pero creo que hoy en día ya hemos cuestionado más a fondo ese comportamiento.

Curiosamente, en el mundo se relaciona mucho a México con esa vaga idea de que aquí hombres y mujeres solemos ser muy celosos. Nuestra cultura nos ha dicho que los celos nos hacen sentir amados y que la posesión es una forma de expresar que queremos a nuestras parejas. 

Lo grave de este tema es la normalización que tenemos cuando se habla de sentir celos de nuestra pareja. Vemos muy natural revisar celulares, prohibir salir con amistades, prohibir tener redes sociales, e incluso muchas personas normalizan el “no permitir” que sus exparejas tengan parejas después de ellos. 

Por muy complicado que suene, la mejor manera de actuar en una relación es confiando en la otra persona y dejar de pensarle como un objeto nuestro. Hay que considerar que la persona que está en una relación con nosotros es porque ahí quiere estar, y, te invito a reflexionar que la muerte es una consecuencia brutal de los celos. 

mb