COATZACOALCOS, VER.– Cubriéndose con bolsas de plástico, sabanas viejas o cartones, es como pasan la noche decenas de migrantes, en medio de las lluvias intensas que se han generado esta semana en el sur del estado de Veracruz, tras el paso de la depresión tropical Once-E.
“Horrible, es una travesía bastante ruda y fuerte; estuvimos aquí afuera y nadie durmió por la lluvia”, expresa Gabriela, originaria de Venezuela, y quien llegó a Coatzacoalcos desde hace una semana, como parte de su ruta migratoria hacia Estados Unidos.
Descansan a un costado de las vías del tren, debajo del puente de la avenida Uno, un sitio emblemático para los migrantes y de donde parte los trenes de carga y de pasajeros.
Te podría interesar
Carlos, es otro migrante que llegó a esta ciudad, hace un par de día, muestra su ropa mojada, pues no encontró con que cubrirse del agua.
“La verdad estamos mal, estamos mojados, de hecho, los niños pasaron una noche mal, porque su ropa esta mojada y no tenían para cambiarse”, expresa el migrante de 39 años.
Comienzan a enfermarse
El refugio para migrantes está lleno, por lo que no tienen de otra más que descansar a la intemperie. Se cubren con bolsas y algunas sabanas o como pueden; los colchones se mojaron y tienen que dormir en el suelo o cartones que les regalan los vecinos de las colonias cercanas.
ÚNETE A NUESTRO CANAL DE WHATSAPP. EL PODER DE LA INFORMACIÓN EN LA PALMA DE TU MANO
Debido a que sus ropas están mojadas, algunos comienzan a enfermarse de gripa y tos. Aunque preocupa más el estado de salud de los niños migrantes como Karlis de apenas nueve años.
“Me siento un poco mal porque me moje, ahorita me siento un poquito bien, pero tengo malestar en la barriga y moco”, expresa la menor mientras juega en la tierra mojada.
Esta semana las lluvias incrementaron en el sur de Veracruz por la depresión tropical once-e, por ello, los migrantes piden ayuda de las personas, necesitan ropa, sabanas, colchonetas y comida.
Lo que resta de la semana permanecerán a un costado de las vías del tren en Coatzacoalcos, o hasta que aborden los trenes. Son al menos ochenta migrantes entre adultos y niños los que se encuentran en esta situación.
No hay para comida, y menos para medicamentos, por lo que esperan recuperarse de las enfermedades respiratorias que padecen.