VERACRUZ, Ver. — En un acto de justicia largamente esperado, la familia de doña Ernestina Ascencio Rosario y sus organizaciones representantes celebran la decisión de la Corte Interamericana de Derechos Humanos (Corte IDH). El tribunal declaró la responsabilidad internacional del Estado mexicano por la violación sexual, tortura y muerte de la mujer indígena nahua de 73 años, agredida en febrero de 2007 por miembros del Ejército Mexicano en la Sierra de Zongolica, Veracruz.
Para las víctimas, esta decisión reviste una importancia histórica que permitirá abordar las múltiples barreras que enfrentan las mujeres indígenas en el acceso a la justicia. La Corte determinó que las violaciones cometidas fueron resultado de la violencia institucional, la discriminación estructural y la violación del derecho a la verdad.
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El análisis de la Corte hizo visible cómo el Estado, a través de declaraciones públicas de altas autoridades —incluido el entonces Presidente de la República—, garantizó la impunidad de los responsables. Para Patricia Benítez Pérez, coordinadora del Centro de Estudios Sociales y Culturales Antonio de Montesinos (CESEM), la sentencia respalda finalmente las palabras que en vida expresó doña Ernestina: “Pinomeh xoxokmeh nopan omotlahtlamotlakeh” (Los hombres de verde se me echaron encima).
“La verdad acallada durante 19 años de la familia Inés Ascencio ha sido dignificada en el más alto tribunal de justicia en la región”, señaló Benítez Pérez.
Por su parte, Julia Marcela Suárez Cabrera, representante de Asesoría Jurídica y Defensa de los Derechos Humanos (AJDH), subrayó que este reclamo por la verdad posibilitó que la Corte ordenara medidas que garanticen los derechos de las mujeres indígenas en todo México, combatiendo el racismo estructural que sufren sectores históricamente discriminados.
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El camino hacia la reparación y la verdad
Para resarcir el daño, la Corte ordenó realizar una investigación penal exhaustiva y seria que derive en la sanción de los responsables de la tortura y muerte de doña Ernestina. Entre las medidas de reparación destacan:
- Acto público: Reconocimiento de responsabilidad por parte del Estado.
- Educación: Otorgamiento de becas de estudio para los nietos y nietas de la víctima.
- Salud: Atención médica y psicológica con pertinencia cultural y el fortalecimiento del centro de salud en Soledad Atzompa.
- No repetición: Registro nacional de intérpretes de lenguas indígenas y programas de formación con perspectiva de género para servidores públicos.
Tras conocer el fallo, Martha Inés Ascencio, hija de doña Ernestina, expresó su satisfacción por el inicio de la impartición de justicia en el asesinato de su madre, ya que faltará todavía el cumplimiento de la sentencia.
“A tres meses de cumplir los 19 años de la muerte de mi mamá, hoy escuché un poco de justicia, pero falta que el Estado cumpla con lo que le ordenaron”.
El tema fue abordado este mismo miércoles 17 de diciembre en la conferencia mañanera de la presidenta Claudia Sheinbaum Pardo, quien afirmó que habrá cumplimiento en cada una de las sentencias que se establecieron por la CIDH.
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