COATZACOALCOS, VER. – Desde que tenía tres años, Luciana Arisbeth Vázquez Lugo, soñaba con ser bombera. Este fin de semana murió en el municipio de Acayucan al sur de Veracruz, a causa del cáncer que padecía desde que nació.
Al enterarse de su muerte, el cuerpo de bomberos decidió realizar un homenaje de cuerpo presente: antes de que el ataúd partiera, montaron una guardia de honor en el que fuera su hogar.
“Luciana es toda una guerrera, y como toda una guerrera se retira a la casa del padre, como toda una ganadora Luciana nos deja para partir a una mejor vida”, expresó su tía ante cientos de personas que acompañaron el cortejo fúnebre.
Un camión de bomberos y una ambulancia escoltaron el féretro desde su hogar donde fue velada, a la iglesia San Martín Obispo, en el municipio de Acayucan, donde era esperado por el padre que ofreció la misa. Detrás, el contingente con globos blancos.
Para los padres de la pequeña, Marcelino Vásquez y Reina Lugo, “Luciana, se retiró de este mundo como toda una heroína”.
En 2022 fue nombrada comandante de bomberos honoraria en Coatzacoalcos
Luciana fue sometida a decenas de quimioterapias y llevaba su control en el Hospital General de Zona 36 del IMSS (Instituto Mexicano del Seguro Social). Fue ahí donde la conocieron los bomberos de Coatzacoalcos y al escuchar sus sueños, decidieron hacerlo realidad.
El 11 de noviembre del 2020, cuando apenas tenías tres años, la nombraron comandante honoraria de la corporación y le pusieron el casco y su traje, que hoy están sobre su ataúd color blanco.
“Ella era una niña extremista, que, si iba bailar era hasta que se canse, si iba a reír, su risa iba resonar hasta la siguiente cuadra y hasta la siguiente casa, quiero pedirles un minuto de aplausos para mi sobrina. misión cumplida guerrera”, expresó su tía.
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Cuatro meses antes de su muerte, el padre de Luciana, le donó su medula ósea con la esperanza de que viviera, sin embargo, ya no resistió más quimioterapias.
El cuerpo de la pequeña, fue llevado al crematorio de una funeraria local y posteriormente las cenizas fueron entregadas a sus padres para conservarlas por siempre, en un emotivo recorrido que consternó a los acayuqueños.
“Adiós guerrera, estarás en un lugar mejor”, gritaron familiares y amigos, al soltar los globos afuera de la funeraria.
mb