COATZACOALCOS, VER. – Yahir de 21 años es originario Manabí, una de las veinticuatro provincias que integran el país de Ecuador, al sur de América. Desde que abandonó la escuela aprendió a hacer pasteles y encontró un empleo en un negocio local, mismo que el año pasado cerró sus puertas por las famosas vacunas extorsivas o como es conocido en México, cobro de piso.
Yahir asegura que nunca fueron víctimas de un atentado o hecho violento en su natal Manabí, pero su salario se redujo a cien dólares a la semana, dinero que no alcanzaba para ayudar a sus padres quienes también trabajan en Ecuador.
“La situación está terrible, está complicada, hay trabajo, pero está complicado, muy peligroso. Es las vacunas a todos los negocios les está pegando, hay lugares que bien cobran y otros que no”.
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Yahir relata que la violencia se agudizó hace aproximadamente seis o siete meses en Ecuador, con la llegada de nuevos grupos de la delincuencia organizada. Aunque no está seguro, pero en su provincia corrió el rumor que se trataban de carteles mexicanos.
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“Hay rumores de que, sí son mexicanos, pero no sé exactamente. Este año es el más violento, los últimos meses que hay crimen organizado”, señala.
Yahir salió hace dos meses de su país y un par de ocasiones ya fue detenido por agentes migratorios, sin embargo sigue intentando llegar a Estados Unidos. No pierde la esperanza de hacer pasteles en el país norteamericano.
“Pues sí quisiera hacer pasteles allá, pero sino primero trabajo de lo que caiga para comenzar a mandar dólares a mi familia, poque sí necesitan”, exclama.
Aumenta flujo migratorio de ecuatorianos: INM
Debido a la ola de violencia, que ya le arrebató la vida al candidato a la presidencia Fernando Villavicencio, la crisis económica también se ha desbordado en Ecuador.
La inseguridad y la aprobación del uso de armas son los principales factores para que miles de ecuatorianos decidieran abandonar su país. La policía ya no tiene control, por eso huyen de manera irregular a pesar del peligro que representa pasar la selva del Darién, así como la ruta migratoria de México a los Estados Unidos.
A pesar de que provienen de diferentes provincias, los ecuatorianos se identifican y se unen en grupos en el camino; así fue como Yahir encontró a Daniel, Ana, Brandon y Kléber, este último de Machachi.
“Está muy critica la situación, no hay mucho trabajo, la delincuencia está muy fuerte, hay sicariato, robo. Principalmente por las vacunas, por eso matan y hacen de todo. Tengo un negocio y pasan cobrando y si no pagas te matan”, señala Kléber.
Kléber se dedicaba al campo en Machachi, y ganaba menos de diez dólares al día, dinero que no le alcanzaba para mantener a su familia conformada por él, su esposa y cuatro hijos, por ello decidió emprender el sueño americano.
Todos descansan en los bajos del puente de la avenida Uno en Coatzacoalcos al sur de Veracruz, en espera de abordar el tren que les permita continuar con su viaje. Por ello aprovechan a comer lo que les regalan algunos altruistas y en el refugio para migrantes.
De acuerdo con cifras del Instituto Nacional de Migración (INM), en el primer semestre del 2023 más de nueve mil migrantes ecuatorianos ingresaron a territorio nacional de manera irregular por la frontera sur, periodo que coincide con el aumento de la violencia, inseguridad, y crisis económica en el país sudamericano.
Este pequeño grupo se ha encontrado con otros migrantes en Chiapas y Oaxaca y tratan de ayudarse, pues, aunque algunos como Yahir y Kl??ber ya fueron detenidos por agentes migratorios en más de una ocasión, no desisten del sueño americano.
“Lo vamos a lograr con la ayuda de Dios, porque vamos con fe”, finaliza Yahir.
mb