TECOLUTLA, VER. - El jardín de niños “El Pípila”, ubicado en la calle Juan Escutia de la colonia Emiliano Zapata, en el municipio de Tecolutla al norte del estado de Veracruz, se encuentra bajo el agua. Su fundación se registró en un predio que forma parte de una ciénega y esto deriva en que constantemente sufra inundaciones, sin embargo, el problema ha escalado al grado de que ahora las paredes han absorbido dicha humedad y existe un dictamen de protección civil que advierte del riesgo de colapso.
Ante esta situación la asociación de padres de familia exige la intervención de la Secretaría de Educación de Veracruz a través de la Dirección de Espacios Educativos, esto para realizar la reconstrucción de su institución en otro sitio, debido a que sufren de inundaciones constantemente por la naturaleza del terreno, lo que ha provocado que los salones se encuentren fracturados y los infantes corran un peligro inminente.
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Esta situación se ha derivado del crecimiento de la mancha urbana, aunado a la cercanía en la que se encuentra esta institución con una ciénaga, provocando que con cualquier lluvia los salones se inunden, aludiendo los quejosos que se inundaba únicamente la entrada y el patio, pero ahora el nivel del agua ha alcanzado los salones, de manera que éstos se inundan y del piso brota el agua.
El dictamen hecho por la unidad de Protección Civil, dio como resultado que la escuela debe ser demolida, ya que las paredes presentan severos agrietamientos, de manera que podrían venirse en cualquier momento, situación que representa un serio peligro para los estudiantes.
Los padres de familia acudirán a la ciudad de Xalapa para exigir atención para los estudiantes de este espacio.
La institución tiene una matrícula de 44 alumnos que acuden a recibir su educación inicial en dicho espacio. La escuela tiene 26 años de funcionamiento, actualmente cuenta con dos aulas didácticas, dirección, bodega y baños. Tras el paso del huracán “Grace”, el domo con el que contaban para resguardarse de las condiciones climatológicas sufrió serios daños, ya que algunas láminas se encuentran flojas y en cualquier momento pueden desplomarse.
Con el paso del frente frío número 8, el nivel del agua alcanzó varios centímetros, inundando todas las aulas, incluso tardó varios días en descender, de manera que se vieron obligados a tener que suspender las clases durante toda una semana. Así mismo uno de los salones dejará de ser utilizado debido al mal estado en el que se encuentra, situación que obligará a que un grupo de alumnos deba tomar clases bajo un tinglado.
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mb