La limpieza dental es uno de los cuidados principales en tu higiene personal, sobre todo cuando tienes trabajos de ortodoncia o problemas orales, desde cuestiones de salud hasta sensibilidad en los dientes. Sin embargo, las visitas con el dentista pueden ser complicadas y no solo por el tiempo, sino también por el dinero, ya que solo la consulta puede costar de $350 a $1,500 pesos sin contar el tratamiento. Por este motivo, es una suerte contar con un irrigador bucal, un dispositivo que se encarga de ofrecerte una limpieza profunda, por un costo bajo.
¿Qué tan bueno es usar un irrigador dental?
Los irrigadores dentales para uso doméstico son excelentes, cómodos y fáciles de usar. Aunque hay varios en el mercado, uno de los más populares es el de la marca Nicefeel, que tiene un costo de apenas $550 pesos, gracias a que puedes usarlo en cualquier lugar, gracias a su sistema inalámbrico y tamaño compacto.
Usar este dispositivo es muy fácil, solo tienes que llenar su depósito de 300 ml con agua o tu enjuague favorito, seleccionar cualquiera de sus 3 niveles de presión, poner una de sus tres boquillas disponibles en tu boca y encender el aparato para que haga todo el trabajo.
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¿Cuántas veces se debe usar el irrigador bucal?
El chorro de agua tiene suficiente potencia para limpiar hasta 99.99% de los residuos de alimentos entre los dientes. Por este motivo, este irrigador bucal puede usarse todos los días, pues cuenta con una batería recargable por USB que dura hasta 20 días de uso continuo con una sola carga.
Gracias a que es portátil puedes llevarlo contigo de viaje para continuar tu rutina de limpieza dental en cualquier lugar. Y lo mejor es que puedes recargar el irrigador dental con cualquier power bank.
¿Los dentistas recomiendan irrigadores bucales?
Los dentistas sugieren el uso de irrigadores dentales porque te ofrecen muchas ventajas adicionales al cepillado tradicional. De hecho, funciona perfecto para prevenir algunas enfermedades como la caries, gingivitis y periodontitis.
Ahora bien, para quienes sí está muy recomendado es para personas con brackets o aparatos de ortodoncia, implantes dentales, encías sangrantes, sensibilidad dental o mal aliento. Desde luego, si estás en tratamiento es importante que preguntes a tu dentista si te sugiere o no usar este tipo de dispositivo; recuerda que tu salud es lo más importante.
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