Gatell y el aplomo de Claudia
No ha pasado tanto tiempo como para olvidar que tras el estallido de la pandemia por Covid, Hugo López-Gatell sufrió el contagio…de la ambición política, con escenas en Palacio con las que el vocero Jesús Ramírez y sus operadores lo convirtieron en un rockstar de portada de revista del corazón… mientras miles empezaban a morir a las puertas de hospitales saturados, o en sus casas, sin atención posible. Nadie sabe cuántos de los 700 mil muertos estimados por la ONU hubieran sobrevivido con el apoyo de una autoridad más responsable.
El gobierno de la ciudad de México, a cargo entonces de Claudia Sheinbaum, desoyó las payasadas del merolico de las mañaneras y trazó su propia estrategia, con el apoyo de especialistas de la UNAM. Hay testimonios sobre discusiones duras entre ella y el médico locuaz que soñó con ser presidente o gobernante de la capital del país. Mandarlo a la OMS, como burócrata anónimo, parece el tipo de chiste que describe al personaje.
Los olvidos de la Auditoría
El auditor superior de la Federación, David Colmenares, pasó rápido y por encimita su plan de auditorías en el último año del expresidente López Obrador, tanto que se hizo el disimulado en temas como el proyecto de Dos Bocas, el Tren Maya y muchos más. Sin embargo, sí auditó 93% de los rubros de gastos en la Corte, que encabeza la ministra presidenta Norma Lucía Piña. El señor Colmenares subió ayer a sus redes institucionales que hubo cero observaciones sobre las finanzas del máximo tribunal. Es curioso, pero nunca encontró los extraños gastos hechos por el expresidente del Poder Judicial federal, Arturo Zaldívar, como sus contratos para promoverse en redes sociales, cerrados de puño y letra, o los patrocinios de producciones cinematográficas. Olvidadizo, don David ¿no?
El señor Slim habló
El magnate Carlos Slim reapareció ayer en una de sus cíclicas intervenciones públicas que cada vez tienen menos aura de misterio, y en esta oportunidad pareció regañar al gobierno de la presidenta Claudia Sheinbaum al decir que debe invertirse más en obra pública y menos en programas sociales. Don Carlos fue una suerte de mecenas moral -y político, claro- de Andrés Manuel López Obrador, mucho antes de que éste fuera presidente. De hecho, casi desde dos décadas atrás, cuando el tabasqueño se proyectaba hacia la jefatura del gobierno de la Ciudad de México en hombros del todavía su guía y aliado, el ingeniero Cuauhtémoc Cárdenas. Ya en Palacio, AMLO lo usó muchas veces como parapeto de críticas, y en correspondencia a todo su círculo de potentados empresariales les fue requetebién en ese sexenio. ¿Por qué don Carlos luce ahora incómodo?
Los festejos de Pedro Haces
Este martes le informábamos aquí mismo que el líder del oficialismo en San Lázaro, Ricardo Monreal, y su amigo y también diputado Pedro Haces programaron una comilona para los chicos de la prensa que siguen las actividades legislativas. Y todo, pensábamos, por el fin del periodo extraordinario de sesiones. Pero eso fue apenas el aperitivo a pie de la canasta de tacos. Lo bueno vino después, y ya supimos más. El motivo de la justificada alegría era en realidad el cumpleaños de amigo Haces, que convocó a los patricios parlamentarios al salón de un hotel de lujo en pleno Paseo de la Reforma para festejarse y demostrar que no son tiempos de privaciones. ¡Salud!