El ministro del poder
En un momento particularmente sensible, y como le anticipamos aquí en febrero, apareció ya el libro “El ministro del poder. Un infiltrado en la 4T”, bajo la firma de Hernán Gómez Bruera, y en alusión a Arturo Zaldívar, exministro, expresidente de la Corte y autoproclamado autor de la reforma judicial que en tres semanas desembocará en la elección de al menos 900 jueces, magistrados y jueces federales -y en paralelo, muchos más integrantes de poderes judiciales locales. Zaldívar no deja de acumular ejemplos de que es el personaje más incómodo, la herencia más tóxica del pasado gobierno. Gómez Bruera, a quien no se le puede negar dominio de lo escénico, asegura haber sido amenazado y acosado judicialmente para no publicar esta obra.
Reparte Claudia “coscorrones” en Morena
Nos aseguran que resulta inevitable traducir a nombres y apellidos el claridoso mensaje de la presidenta Claudia Sheinbaum con motivo del Consejo Nacional de Morena, al hacer un llamado contra la división interna, los alardes de poder y el nepotismo, exigiendo por otro lado más austeridad y humildad a los dirigentes. No a los anuncios en espectaculares, dijo para que la escucharan las y los Andrea Chávez. No a heredar cargos públicos, como ocurre hoy con las candidaturas morenistas en el Veracruz que gobierna Rocío Nahle; no al uso de helicópteros, guaruras y camionetones, como le gustan al diputado Pedro Haces, que llegó a salpicar a Ricardo Monreal. ¿Cuántos más se habrán puesto el saco?
¿Militares de EU en México?
Hace ya 83 años, en plena guerra mundial, Estados Unidos hizo varias “inocentes” sugerencias para que destacamentos militares del vecino país ingresaran a territorio nacional a fin de “proteger” el interés nacional de ambas naciones. En 1942, con Manuel Ávila Camacho presidente y Lázaro Cárdenas exmandatario y comandante de la Región Militar del Pacífico, se debió expulsar a un contingente que ingresó por Baja California alegando tener autorización del alto mando del Ejército mexicano. En algún momento Ávila Camacho habría mostrado dudas sobre si se les debía permitir el ingreso, a lo que el general Cárdenas argumentó: “Si los dejamos entrar, ¿luego cómo los sacamos?”. La presidenta Claudia Sheinbaum reveló este fin de semana que rechazó una petición similar de Donald Trump, quien ayer se quejó por ello. Pero, mire usted, es que la historia sirve para algo.
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¿Morena baja nivel ante Cuba?
Quizá no esté enterado, pero la Número 2 de la jerarquía en Morena es Carolina Rangel Gracida, política originaria de Michoacán y cuya gestión como secretaria general, si la tiene, se difumina frente al protagonismo del secretario de Organización, Andrés Jr. López Beltrán, y de la propia presidenta del organismo, Luisa María Alcalde. Pues sépase ahora -cuando la presidenta Sheinbaum critica el “turismo político”- que doña Carolina viajó a La Habana y fue recibida por el mismísimo presidente de la isla, Miguel Díaz-Canel, en el marco de un “Encuentro Internacional de Solidaridad” con el régimen castrista -una de las tres dictaduras en el continente, junto con Venezuela y Nicaragua. Según el reporte del legendario diario “Granma”, allá están “muy contentos” con la visita. Se habrán quedado esperando a los “camaradas” Andrés y Luisa María. Por algo será. Pero dicho ya en serio: En la nueva era Trump ¿cuál puede ser el rol de México ante una Cuba autoritaria, congelada en el tiempo y en proceso de inanición?
