Para los mexicanos no es común ver y menos escuchar a los hombres de empresa en abierta incursión en política. Tampoco es habitual escuchar y ver a los grandes empresarios enfrentados al poder político, al extremo de que hoy resulta impensable que el poder económico pudiera enfrentar al poder político.
Y menos podemos imaginar un choque frontal entre el poder del dinero con el mismísimo presidente, o con la primera presidenta, Claudia Sheinbaum.
Pero el asunto resulta aún peor, si recordamos que la historia mexicana consigna cuestionables y vergonzosas venganzas de presidentes populistas, como Luis Echeverría, quien a través de su espantajo radical llamado “Liga Comunista 23 de septiembre”, llevó a cabo los asesinatos de empresarios como Eugenio Garza Sada y Fernando Aranguren.
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Sí, el primero era un mítico, un exitoso y valiente empresario de Nuevo León y, el segundo, un hombre de empresa del estado de Jalisco, no menos valiente y consciente del México que le tocó vivir.
Y viene a cuento el tema porque la mañana del pasado 3 de septiembre del 2025, la “señora presidenta” les confirmó a los mexicanos que su gobierno no solo tiene miedo, sino pavor a la posibilidad de que un hombre de empresa se convierta en candidato presidencial.
Sí, en ese juego maniqueo de “las mañaneras”, la presidenta montó un circo en el que sus peloteros le preguntaron –de manera engañosa–, sobre la posibilidad de que el exitoso y reputado empresario, Ricardo Salinas Pliego, se pudiera convertir en candidato presidencial para el aún lejano 2030.
Lo cierto es que los idiotas de Palacio creyeron que engañaban a los ciudadanos con sus preguntas a modo –sembradas a la presidenta–, sin entender que sólo lograron confirmar que en Palacio no existe miedo, sino verdadero pavor al empresario, Salinas Pliego.
Sí, desde Palacio lanzaron al dueño de Televisión Azteca a las nubes de la adelantada sucesión presidencial, en una jugada idiota que les costará no solo mucho dinero, muchos puntos de imagen, sino toneladas de popularidad frente a los ciudadanos.
Y es que, a querer o no, el empresario Salinas Pliego es hoy epítome de la resistencia social contra la dictadura de Morena y de sus gobiernos.
Sí, Salinas Pliego es no solo el más severo crítico de la dictadura de la “4T”, sino que es el jefe de la resistencia social frente a esa grosera dictadura en que se ha convertido Morena.
Sin embargo, la verdadera noticia es que en Palacio y en Palenque no solo saben que Salinas Pliego, pudiera buscar la postulación como virtual precandidato presidencial para el 2030, sino que tienen miedo y verdadero pavor de perder el poder
Y por eso las preguntas.
¿Se imaginan a Salinas Pliego como aspirante presidencial? ¿Imaginan a un poderoso empresario de medios, dueño de canales de televisión, de diarios y exitosas empresas –y reconocido como uno de los más acaudalados del país–, en la pelea por la candidatura presidencial en el 2030?
Sí, está claro que el poder presidencial, con la señora Claudia en Palacio, no sólo tiene miedo, sino verdadero pavor a la eventualidad de que Salinas Pliego se convierta en aspirante presidencial.
Por eso, porque no podemos olvidar el poder político de los hombres de empresa, aquí un fragmento del Itinerario Político del 5 de noviembre de 2018, titulado: “¿Domesticaron a la IP?”.
Así lo dije: “No son pocas las voces que suponen, con razón, que los grandes capitales nacionales –y los grandes medios de comunicación–, no han entendido el papel histórico que impone un inevitable cambio de régimen.
“Por eso –porque ignoran el papel empresarial en la historia–, no pocos de esos grandes capitales no sólo parecen domesticados sino que –a su vez–, creen que serán capaces de domar al populista en el poder.
“Y en el intento de domar a la fiera, vemos concurridas bodas “fifí”; comilonas de empresarios elogiando a lopistas, además de fastuosos foros de elogio mutua y hasta un repentino gusto empresarial por el béisbol.
“Todo ello sin olvidar las zalameras coberturas informativas, que lo mismo organizan Televisa, que Televisión Azteca, Grupo Milenio, Reforma y otros medios que compiten por el mayor elogio al nuevo poder presidencial.
“Y cada vez son más las voces preocupadas por la pasividad empresarial. ¿Dónde están hoy los empresarios que –igual que sus pares hace medio siglo–, enfrentaron a Cárdenas, Echeverría y López Portillo…?
¿Dónde están los modernos Eugenio Garza, Manuel Clouthier y, sobre todo, aquellos empresarios de todo el país que empujaron los ideales de Gómez Morín –y la creación del PAN–, ante el populismo de Cárdenas?
“Hoy, pocos hombres de empresa parecen dispuestos a hacer frente al populismo lopezobradorista, a pesar del manotazo autoritario que significó el derrumbe del NAIM.
“Por eso, vale recordar –frente al atolondramiento empresarial–, que en septiembre de 1973 un grupo de la liga comunista 23 de septiembre asesinó al patriarca del empresariado regiomontano, Eugenio Garza Sada en un supuesto intento de secuestro.
“Hoy existe certeza plena de que se trató de un crimen de Estado, no sólo solapado por el gobierno de Luis Echeverría, sino ideado desde el poder mismo. Y es que el Grupo Monterrey –y su patriarca, Eugenio Garza–, habían enfrentado al populismo de Echeverría que amenazó con la estatización del Tecnológico de Monterrey, en un intento de doblegar al Grupo Monterrey.
“Otro septiembre, de 1982, en su último informe, José López Portillo anunció la nacionalización de la banca. En respuesta, Manuel Clouthier –mítico dirigente de Coparmex y del CCE–, chocó contra el populismo estatista de “Jolopo” y movilizó al empresariado de todo el país.
“El resultado fue un ingreso masivo de la IP al PAN –entre ellos Vicente Fox–, quienes dieron la batalla contra el populismo desde la trinchera política. Ya en 1939, muchos empresarios se habían sumado al movimiento de Manuel Gómez Morín, contra el populismo de Cárdenas, que dio origen precisamente al PAN.
“¿Dónde están hoy los empresarios? ¿Los domesticó el populismo “lopista”? Al tiempo”. (FIN DE LA CITA)
Sí, siete años después volvemos a preguntar: ¿Domesticó el poder político al poder empresarial?
Todo indica que pocos empresarios con responsabilidad política y social, como Ricardo Salinas, están al frente de la exigencia democrática de su tiempo. ¿Será realidad esa exigencia?
Al tiempo.
