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Trump y su corral para Venezuela

El despliegue militar de Estados Unidos es amenazador pero no es claro qué pretende y hasta dónde puede llegar, en tanto Maduro anunció la movilización militar de 4 millones de reservistas. | Jorge Faljo

Escrito en OPINIÓN el

Trump envió en la semana reciente buques de guerra a la zona marítima que rodea a Venezuela. Se trata de tres destructores con cerca de 4 mil soldados a los que se sumarán en una semana tres naves de asalto anfibio, es decir con capacidad para desembarcar tropas. Según declaraciones de altos mandos de sus servicios de inteligencia o información estratégica el motivo del despliegue militar es enfrentar al narcotráfico

Desde hace un mes Trump acusó a Nicolas Maduro, el presidente de Venezuela de ser el líder de un grupo terrorista internacional, el “Cártel de los Soles”, dedicado al narcotráfico. Incluso le puso precio a la cabeza de Maduro ofreciendo 50 millones de dólares por información que facilite el arresto del presidente venezolano. La acusación de terrorismo prepara el terreno legal, dentro de los Estados Unidos para posibles acciones de fuerza en otros países. 

Antes, el 24 de marzo, Trump emitió una orden ejecutiva en la que afirmaba que el régimen de Maduro constituye una amenaza extraordinaria para la seguridad nacional y la política exterior de Estados Unidos. Además lo acusa de corrupción y de haber provocado una crisis humanitaria y de salud en Venezuela; prueba de ello es que millones de venezolanos han huido del país. La orden ejecutiva más que imponer nuevas sanciones a Venezuela impone “sanciones secundarias”, en este caso aranceles adicionales de 25 por ciento a cualquier país que le compre petróleo a Venezuela

Maduro niega la acusación de narcotráfico. Más importante es que el presidente de Colombia, Gustavo Petro, declaró que el Cártel de los Soles no existe, es la excusa ficticia de la extrema derecha para derribar gobiernos que no les obedecen. Según Petro, la verdadera estructura que controla el narcotráfico es una amplia organización dirigida desde Europa y Medio Oriente. Petro dijo haber propuesto a Estados Unidos y Venezuela una estrategia conjunta para combatir el narcotráfico mediante coordinación y no sometimiento. Son, añadió, los venezolanos los que deben hablar entre sí para resolver su problema político.

Las presiones sobre el gobierno de Maduro vienen de tiempo atrás. En 2019 varios gobiernos desconocieron el triunfo de Maduro y congelaron los activos financieros de su gobierno. El Banco de Inglaterra guarda 31 toneladas de oro venezolano, con un valor cercano a los dos mil millones de dólares. En 2020 el gobierno de Maduro pidió que ese oro fuera entregado al Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo para emplearlo en el combate a la pandemia. El gobierno británico no aceptó. 

La primera administración de Donald Trump bloqueó los activos de una empresa estatal venezolana valorados en 7 mil millones de dólares, y otros miles de millones de dólares se encuentran en la misma situación en bancos de Portugal, España y Alemania. El total estimado es que entre 20 y 30 mil millones de dólares de Venezuela están congelados en el extranjero. 

Otras sanciones limitan fuertemente la posibilidad de hacer transacciones financieras, recibir pagos, hacer compras, emitir deuda externa y recibir inversiones. 

La amenaza de sanciones secundarias en marzo provocó que de momento China e India dejaran de comprar petróleo venezolano y el país perdió más del 50 por ciento de su mercado internacional. No obstante, el 22 de agosto, una relativamente pequeña empresa independiente china anunció que planeaba invertir más de mil millones de dólares en un proyecto que generaría 60 mil barriles de petróleo al día. Venezuela modificó su marco legal para evadir sanciones autorizando la operación de empresas petroleras no estatales.

Por otra parte en Venezuela opera Chevron, una empresa de Estados Unidos bajo una autorización restringida en la que tiene prohibido pagarle al gobierno de Maduro. En su lugar se compensa con petróleo deudas que la petrolera estatal venezolana le adeuda. El permiso restringido le permite operar sin perder concesiones y derechos de explotación adquiridos en Venezuela que, en su ausencia serían ocupados por otras empresas, posiblemente chinas, rusas o iraníes. 

A cambio Venezuela obtiene el pago de salarios, servicios y contratistas nacionales aunque estos ingresos no sean para el gobierno. 

Venezuela tiene las mayores reservas petroleras probadas del planeta; incluso superiores a las de Arabia Saudita e Irán. De manera paradójica su enorme riqueza petrolera del país le causó un grave daño a su economía y, en consecuencia, a la población. Las fuertes entradas de dólares del pasado abarataron las importaciones al extremo de que las empresas nacionales no podían competir y fueron destruidas; el país se convirtió en dependiente de las importaciones incluso para la satisfacción del consumo básico de la población. A esto se añadió corrupción y mala administración. 

La llegada de gobiernos de izquierda o populistas con Hugo Chavez y Nicolas Maduro trajo un mejor reparto de la riqueza petrolera y así se ganó una gran popularidad. Pero no se corrigió el problema de fondo; la dependencia extrema de las importaciones y la debilidad, en muchos rubros total ausencia de producción nacional adecuada al consumo mayoritario. Un mercado interno fuerte pero sin producción interna es un contrasentido que a final de cuentas explotó. 

Hoy en día Venezuela se encuentra en una situación de alta vulnerabilidad; no es mínimamente autosuficiente en rubros estratégicos del consumo mayoritario y las sanciones que atacan su comercio externo, exportaciones petroleras e importaciones básicas, se traducen en una crisis humanitaria que ha empujado a millones a emigrar. 

Trump ha buscado que la situación desesperada empuje a la población a derrocar al gobierno de Maduro. No obstante el chavismo no solo repartió beneficios sino que tuvo una estrategia de organización de su base social que al parecer sigue siendo fuerte. 

El despliegue militar de Estados Unidos es amenazador pero no es claro qué pretende y hasta dónde puede llegar. Maduro anunció la movilización militar de 4 millones de reservistas. Está descartada una invasión por tierra que sería sangrienta y políticamente inaceptable en Estados Unidos. Aunque con Trump nada se da por descartado.

Jorge Faljo

@JorgeFaljo